jueves, 1 de septiembre de 2011

Revisitando Salem´s Lot.

Nota: Este texto, como muchos otros publicados en mi blog, corresponden a trabajos que ya había publicado en la revista virtual Insomnia. Era el año 2005 y como muchos fanáticos de King, esperaba ansiosamente las tres últimas novelas de su saga de La Torre Oscura.  Tal como detallo en la introducción de este artículo, dicha expectación fue la que me llevó a leer por segunda vez esta gran novela, de modo de ponerme al día con uno de sus inolvidables personajes.


    Dos son las grandes razones que me impulsaron a leer esta gran novela por segunda vez, luego de más de diez años desde que me la compré con mucha alegría, cuando aún era un adolescente y al parecer era el único chico “raro” que leía a tan temprana edad este tipo de texto (un placer culpable que aumentaba con cada nuevo libro). Por un lado está el hecho de que ahora que estoy por bordear los treinta y soy un profesional cuya área es específicamente la literatura.
     Por el otro, me he dado cuenta de que tengo un montón de obras de King en mi biblioteca que he leído y disfrutado tan sólo una vez (a diferencia de sus películas y miniseries que me las he repetido bastantes veces).

1. En el principio.

    Cuando leí aquella vez este libro considerado por la prestigiosa revista especializada en el género del terror Fangoria, dentro de la lista de las 10 mejores novelas sobre vampiros, hace poco nomás que había visto por fin (y esta vez sin el miedo numinoso que me provocaban los monstruos cuando era niño) en la tele la miniserie de Tobe Hooper que en mi país se conoció como La Hora del Vampiro; gocé un montón el libro, dándome cuenta de lo alejada que estaba en muchos aspectos la versión que hizo alguien como Hooper…pero cuando se es joven y no se ha recibido la instrucción adecuada que da la universidad y la vida misma, la lectura es tan sólo un ejercicio de entretenimiento y se velan a los ojos otros aspectos que un adulto culto bien puede apreciar y disfrutar. Por ende, una relectura de la novela me abriría las puertas a múltiples paisajes de la calidad literaria de Salem’s Lot, luego de haberme transformado además en un pequeño “experto” de la obra de Stephen King. Habían otros de sus libros que también esperaban volver a ser leídos y también analizados con una mayor profundidad, pero el hecho de que empezara con éste y no con otro, justamente está ligado al segundo motivo.
    Cada día que pasaba, el camino de Rolando de Gilead y su grupo de pistoleros hacia la Torre Oscura estaba más cercano hacia el final y entonces fue que me enteré que el padre Callahan se les unió. Sobre este genial personaje de la segunda novela de King nada se sabía desde que se fue maldecido, escapando del pueblito desolado por los vampiros. Cualquier otro autor no lo habría ocupado más en sus siguientes textos, pero Stephen King con su magna saga de La Torre Oscura, en la que desembocan muchos de los sucesos y personajes de sus otros trabajos, tuvo la idea de incorporarlo y darle especial protagonismo luego de treinta años de darnos a conocer a este apesadumbrado sacerdote.
   “¿Cómo era el Padre Callahan realmente?”, me preguntaba. “¿Qué relación habrá entre la única novela de Stephen King sobre vampiros y La Torre Oscura?”, quería saber. Así fue cómo tomé de mi biblioteca primero esta novela y me la devoré en poco más que una semana.
    Bueno, existe además una tercera razón para releer primero Salem´s Lot en vez de otros de sus libros: la nueva versión en miniserie de dicha obra, que tan sólo hace poco se estrenó en USA y que con tan grandes actores en sus filas, prometía un producto mucho mejor que la setentera adaptación televisiva, que si bien es digna y efectiva para la época, me parece está muy alejada de lo que King realmente quiso mostrar en su obra. Así que antes de ver este remake, quería leer el original.
   Si tal vez he dado la lata contando algo tan personal como lo anterior, me disculpo, pero igualmente creo que más de algún lector se sentirá identificado con estas ideas y experiencias mías, pues muchos comenzamos a leer a King a tan temprana edad. ¿O no?

Y ahora…directo al libro.

2. La novela y su encanto.

    Como mi intención a la hora de escribir este artículo no es la de contar de qué trata el libro en cuestión, sino qué comentarlo y analizarlo dentro de lo posible, me extenderé tan sólo unas pocas líneas en narrar su argumento central. Salem’s Lot es uno de esos típicos pueblitos de los Estados Unidos apartados de todo el mundo; un lugar ficticio de esos que tanto a King y a otros autores de dicha nación les gusta presentar a manera de reflejo de la particular forma de ser de sus conciudadanos En este pueblo existía una leyenda negra que giraba en torno a la abandonada casa de los Marsten, donde décadas atrás habían ocurrido horribles hechos de sangre. Cuando llega un misterioso hombre a vivir a ella, supuestamente con la idea de poner una tienda de antigüedades, el horror comienza a expandirse por el lugar, primero con la desaparición de un niño (realmente un rapto y una inmolación de este infante) y luego con la infección provocada por los vampiros. En realidad el extraño hombre llamado Straker es el sirviente vivo (porque de humano realmente sólo tiene la apariencia) de un antiquísimo vampiro, cuyo origen se pierde en el origen de los tiempos. Pero un grupo de individuos, liderados por el protagonista, Ben Mears, un atormentado escritor, se opondrán a los designios del mal.
    La verdad es que la narración es bastante compleja, pero la novela ya es bastante conocida y en el especial de esta revista bastante se habló sobre ella. De modo que me detendré en otros aspectos del libro que supongo no han sido explotados o vistos con anterioridad en estas páginas.
    En primer lugar me interesa declarar que la literatura de terror es en muchos casos una manifestación profundamente religiosa, en la que al tratarse la eterna lucha entre el Bien y el Mal (bastante identificables bajo personajes claramente delineados), se está proyectando todo un dilema moral de por medio. Es sabido por muchos que Salem’s Lot es el homenaje de King a la famosa novela de Bram Stoker Drácula, libro en el que la satánica figura del Conde se opone a la religiosidad de los héroes de esta obra. Bueno, en el caso de Salem’s Lot Stephen King nos presenta una de sus obras más teológicas (aparte de The Stand, claro) al mostrar cómo la fe en Dios y el amor son los únicos medios para derrotar la corrupción y la falta de valores que se hayan bajo la imagen de Barlow y sus vampiros. A diferencia de otros autores que han tratado el tema de los chupasangres y que les han quitado su connotación religiosa de parias y apostatas rendidos frente a la seducción del mal, Stephen King sigue los parámetros tradicionales estipulados por la obra victoriana de Stoker. Es más, hay numerosas partes del libro de King donde la reflexión religiosa y las connotaciones ligadas a este tema ocupan parte importante de la narración.
   El conflicto se agudiza bajo la figura de dos personajes: el Padre Callahan, buen hombre que si bien no duda de la fe en Dios, vive como un borracho que no quiere aceptar su problema de la bebida, producido en parte por sus propias dudas acerca de su papel como Ministro de Dios (en otras palabras, el Padre Callahan es un ser débil espiritualmente, defecto que aprovechará Barlow para derrotarlo). Por otro lado está Ben Mears, quien vive culpándose de la muerte de su esposa y que vuelve a su pueblo natal con la intención de redimirse. Es así como ambos sentimientos y ansias de expurgación se encauzarán hacia la lucha contra los vampiros, teniendo cada una un fruto diferente. El Padre Callahan saldrá derrotado porque si bien demuestra heroísmo al defender al niño Mark de las garras de Barlow, no es capaz de creer en sí mismo; mientras que Ben Mears una vez tocado por el amor de Susan, es impulsado para vengar el crimen de Barlow al haberla convertido a ésta en vampiro y terminar con el reinado del mal que se estaba apoderando del pueblo.
    Barlow sabe que su propia maldad no es suficiente para derrotar a lo que le llama “La Luz”, pero como buen demonio entiende que lo mejor que tiene a su disposición es la astucia para engañar, mentir y horadar en las heridas abiertas de los corazones de sus contrincantes. Eso es lo que hace con el Padre Callahan, de quien se ríe por su falta de autoestima y con Mark, al que deja huérfano frente a sus propias narices. Resulta realmente inolvidable el pasaje en el libro cuando es leída la carta que deja Barlow para sus “invitados” en la Casa Marsten; dónde habla acerca de quién es realmente y deja sus intenciones para cada uno de sus perseguidores. Los detalles son exquisitos y sólo alguien como Stephen King logra darle tanto realismo “morbosamente humano” al mal y sus oscuros designios. En cierto sentido, este momento del libro, me recuerda a la “despedida” que hace el derrotado demonio Leland Gaunt en Needful Things, luego de que es echado de una ya devastada Castle Rock por el sheriff Alan Pangborn (momento en el que Leland le dice a su enemigo que su futuro hijo sabrá de él).
    El otro gran tema de la literatura de terror es la culpa, luego la soberbia. Ya lo he dicho, hay harto de culpa en este libro, mientras que la soberbia aquí está dedicada a Barlow, quién se burla de Dios y de su representante que es obviamente Callahan…pero como en el Antiguo Testamento es castigado y su ruina es la muerte, la desaparición total de toda voluntad y deseo de permanencia por toda la Eternidad.
    Hay otros momentos realmente inolvidable en el libro: su Prólogo y Epílogo tan cargados ambos de dolorosa melancolía y en los que se ve cómo los héroes están solos una vez que han asumido sus destinos. El primer encuentro de Mark con los vampiros, bajo la imagen de su antiguo amigo ya convertido en un Hijo de la Noche y la propia revelación acerca de la amenaza sobrenatural que se cierne sobre Salem’s Lot que tiene el viejo profesor Matt al enfrentarse a su otrora ex alumno ya vampirizado. La ya citada batalla “espiritual” entre Callahan y Barlow. La pelea entre Mark y Straker. El episodio en la morgue, etc. Todos estos momentos hacen de esta novela un ejercicio de lectura que promete no sólo placer y sustos, sino que también el descubrimiento de un libro que se convertirá en el recuerdo de algo digno de recomendar a todo aquél que en verdad gusta no sólo de la buena literatura de terror, sino que de la literatura de calidad en general. La forma de cómo está narrado, sus personajes y situaciones, lo hacen merecedor de todos los elogios posibles.
    En cuanto al pueblo mismo éste es un personaje más de la novela. Hay varios momentos en la narración en los que King habla sobre él como si fuera algo vivo, una conciencia colectiva latente que poco a poco es consumida por el mal que traen los vampiros. Se alternan los datos de corte anecdótico y cotidiano de sus habitantes, con la paulatina intervención del mal en sus vidas; realmente es genial vivir como lector-testigo este proceso de desmoronamiento del tejido social norteamericano tan frágil, pese a su supuesta superioridad como “pueblo civilizado”. A mi parecer aquí King proyecta con su especial pluma literaria la manera de cómo una sociedad va perdiendo su encanto, su pureza frente a un mal que muy bien puede manifestarse bajo la forma de los vampiros, demonios tentadores o la guerra, la droga y el consumismo como muy bien se verá mejor en una faceta mucho más realista en su libro Corazones en la Atlántida.

3. Los personajes.

    Al ser la segunda novela publicada de su autor, Salem’s Lot se podría considerar como la obra que sentó varios de los precedentes de la obra en general de King, ya sea en su estilo y temáticas particulares, como especialmente en los personajes que creó en ella, los que comparten ciertas características con otros de sus otros libros.
    Por un lado tenemos a su protagonista, Bean Mears, el escritor. Él es el artista, el individuo que no ha olvidado su pasado, por mucho que le atormente y que como creador, mantiene dentro de sí la cualidad empática suficiente como para estar predispuesto a enfrentarse a los terrores de la niñez materializados. En contraposición a él y a sus similares, están los otros adultos más racionales e idiotizados por la vida contemporánea. Es así como las víctimas más fáciles para los monstruos siempre serán los graves, aquellos que viven bajo los paradigmas de una mente ajena a los ritos ancestrales, la religión, el folclor y lo místico; los que no se pueden adaptar a la novedad de lo fortuito. Por esta misma razón, Mears es capaz de enfrentarse a Barlow y el resto de los vampiros, sin perder la cordura.
    Otro personaje característico en Stephen King es el del niño, quien acá está representado por Mark. Como niño, al igual que el Club de los Perdedores de IT, éste sigue creyendo con firmeza en las manifestaciones sobrenaturales del mal. Mark es un chico valiente, que madura con rapidez luego de la horrible muerte de su familia y se convierte en el hijo putativo de otro niño ya adulto, Ben. Es el héroe con el que todo niño se identificaría, pues se enfrenta a sus terrores infantiles y lleva una vida de aventuras asombrosas por muy macabra que sean su circunstancia.
    Matt es el anciano sabio, el mentor de la tribu que por un momento forman los protagonistas durante la catástrofe. Su vitalidad pese a la edad y a sus achaques se mezclan con su inteligencia y tenacidad, por eso una vez que tiene la certeza del verdadero origen de poder que se cierne sobre sus vidas, no vacila en investigar acerca de los mitos relacionados a los vampiros. De este modo no pierde validez frente al resto de los creyentes, al sobrepasar lo racional de su mundo de intelectualidad para cruzar el umbral de lo sobrenatural.
   El padre Callahan es un personaje muy especial, a quién ya me referí con anterioridad; quizás su símil más cercano dentro del resto de obra de King sea la madre Abigail. Ambos son los representantes de Dios en la Tierra, y por ende, su misión es tanto la de mantener la fe, proteger paternalmente al resto de los creyentes, como la de oponerse a Satán o a cualquiera de sus manifestaciones. Sin embargo, su debilidad será su ruina y tan sólo una vez ya en el mundo de Rolando tendrá la oportunidad de redimirse y ser lo que en verdad es: un representante de la Luz.
   Los antiguos habitantes de Salem’s Lot vampirizados son sólo peones en la lucha entre el Bien y el Mal, a los que Barlow usa a su antojo con el fin de conseguir más poder. Ellos son la imagen de la deshumanización y pérdida de la inocencia, de todo lo bueno que significa ser persona; sólo las pasiones más bajas se mantienen en lo que otrora fue una criatura de Dios, donde antes había un alma. No son el Mal en sí, son sus víctimas.
   El vampirismo es visto en esta novela, al igual que en otras que tratan el tema, como un flagelo que pende sobre las cabezas de los individuos, algo de sumo poder que llega inesperadamente a una comunidad y que poco a poco comienza a echar raíces hasta contaminar a la gente; por esta misma razón lo comparé con el tema de la droga, la guerra, como también podría ser el alcoholismo o la violencia. Si bien Barlow es acá el reflejo de todo lo malo y oscuro que se esconde en el alma humana, es también el Tentador, la serpiente en el Edén de la vida pueblerina alejada de la bulla de la ciudad y al que hay que derrotar. Pero Barlow no es un ser encantador, ni seduce de forma tan sutil como Lucifer, pero sí igual que éste su oferta es la de la vida eterna y de domino sobre nuestros semejantes; este es el pecado y la tentación de Straker, quien ha renegado de su condición humana a favor de la satisfacción de su placeres. Debido a lo anterior, tenemos tres expresiones del mal: las víctimas inocentes que pierden su libertad frente a las garras de la maldad una vez que se encuentran en sus redes, la tentación misma de la Oscuridad y el individuo que por su propia voluntad ha aceptado servir al mal.

4. Conclusiones.

    La obra que acabo de analizar es lo suficientemente compleja como para dedicar páginas y páginas a ella, pues tiene tantos temas a su haber, que se la puede abordar desde numerosos ángulos. Yo le he querido dar un sentido distinto a mi trabajo, en contraposición a los textos tan geniales que en anterioridad salieron publicados en esta revista en el especial dedicado a Salem’s Lot.
   Comparto la opinión con otros de que es una de las mejores obras de King, la que a su vez se complementa con los cuentos que abordan el antes y el después de los eventos ocurridos en esta historia. El año pasado salió una versión definitiva de la novela, la que incluye más de 50 páginas que en su momento King se vio obligado a autocensurarse para poder publicarlo, así como los cuentos ya mencionados. Sería espectacular una edición en español de esta nueva versión, habrá que esperar no más que la buena voluntad de las editoriales de habla hispana se decidan a comprar los derechos.
   Aparte de las dos miniseries basadas en el libro, se encuentran los tres últimos tomos de la saga de Rolando que tienen al Padre Callahan como importante personaje…de modo que le libro no pierde su vigencia, ni carece de elementos para comparar y apoyar su lectura con complementos.

3 comentarios:

  1. La verdad es que guardo un buen recuerdo de la primera serie televisiva de Salem's Lot, la protagonizada por James Mason (en el papel del malvado Straker) y por el cantante y actor televisivo David Soul, famoso por su participación en la serie Starsky & Hutch.

    Tu reseña me ha dado ganas de leer el libro de Stpehen King (respecto a la serie, no me atrevo del todo a visionarla y casi prefiero mantener el buen recuerdo que conservo de la infancia).

    La conexión de la historia de Salem's Lot con la saga de la Torre Oscura --a través del personaje del padre Callaham-- añade un nuevo interés a esta historia de King, al situarla dentro de un contexto mitológico más amplio.

    Por mi parte, una de las mejores novelas de vampiros que he leído es Sueño del Fevre, de George R.R. Martin, una original recreación del mito en al antiguo Sur esclavista.

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  2. Se ve que la historia es compleja, en la parte del articulo en donde mencionaste que king hablaba en momentos de la obra de salem's lot como si fuese otro personaje, me fue inevitable acordarme de Christine, el libro sobre el auto que masacraba a la gente ue estuviera en contra de los ideales de esta, aunque al final no era mas que la maldad de Lebay (si mal no recuerdo su nombre).

    Otro punto que puedo ver en esta novela, es que king respeto los parentesis del concepto de vampiro, ya que para mi gusto eso es bueno, resulta practicamente ridiculo el hecho de commo han estereotipado a un vampiro con una belleza demasiado dedicada al publico adolescente femenino, perdiendose todo el valor del vampirismo que se implanto con dracula, al igual con nosferatu en la decada del 20.

    Atte. Fabian Ibarra

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  3. Esta es una de las grandes novelas de vampiros, por no mencionar de su autor. Esa idea tan de moda de ahora de hacer a los vampiros seres tan efímeros es una lástima, si bien una escritora como Anne Rice bien supo mucho antes que la Meyer y compañía, convertirlos en seres hermosos...pero aún así monstruosos y que realmente reflejan la ambivalencia de nuestro espíritu humano.

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