viernes, 17 de febrero de 2012

El Valor de la Esperanza.



1. La génesis de una obra maestra.

     “Dedicarse a vivir, o dedicarse a morir.  Menuda verdad”.

     La anterior cita textual de la película de 1994, La Redención de Shawshank (conocida en Latinoamérica como Sueño de Fuga o Sueños de Fuga, también Sueños de Libertad y en España como Cadena Perpetua) de Frank Darabont y basada en la novela corta Rita Hayworth y la Redención de Shawshank de Stephen King, resume con precisión uno de los temas principales del filme: la fe frente a la adversidad como motor para no perder nunca la dignidad.
    Es así como la cinta en la que me detengo en estos momentos, trata un tema tan trillado como el del “hombre inocente encarcelado por un crimen que no cometió”, pero a la vez desarrolla esta historia de manera tal, que hoy en día dicha obra se ha convertido para muchos en algunos de los mejores filmes en la historia del cine, por no mencionar en uno de los largometrajes más hermosos y emotivos jamás hechos.  Es la historia de Andy Dufresne, un joven y exitoso banquero al que debido a la sospechosa muerte de su esposa y del amante de ésta, es encarcelado de por vida en la prisión de Shawshank, lugar donde conocerá a su amigo del alma, Red, y donde el protagonista nunca perderá la esperanza, marcando además la existencia de todos lo que lo rodean.  A su vez casi desde comienzos de su reclusión y durante más de dos décadas, urdirá un plan secreto para lograr escapar de su prisión.
    Por otro lado, Red oficia de narrador en el filme, cumpliendo con ello la labor de “guía turístico” de la prisión, ya que con sus comentarios nos permite conocer la subcultura de la cárcel.  Su discurso ayuda a atar cabos entre los hechos e invita a la reflexión con sus palabras, todas cargadas de una poesía que no deja indiferente.  Esta voz en off acentúa la calidad literaria del relato, al convertir el monólogo de Red en la conciencia del mismo filme y fusionar la imagen con el arte de la narración misma.
    Tal como lo expuesto más arriba, esta historia es otra de las tantas adaptaciones para el cine (por no mencionar a las hechas para la televisión y el cómic) de la obra del llamado “Rey del Terror”, el autor estadounidense Stephen King.  Hasta antes de la publicación de la novela corta que inspiró este filme en 1982, en el tomo compilatorio de cuatro novelas cortas llamado Different Seasons[1], traducido al español como Las Cuatro Estaciones, tan sólo en unos pocos cuentos este narrador había demostrado que no sólo de monstruos, psicópatas y gore podía escribir.  De tal modo, esta fue su primera publicación donde demostró con creces que su verdadero talento no estaba en asustar y causar repulsión en sus lectores, si no en que como los grandes artistas de la literatura, muy bien podía llegar a reflejar en sus fabulaciones los grandes temas que preocupan al ser humano, como también en crear personajes de gran fuerza que en su caracterización bien representaban partes de nuestra propia humanidad.  Más adelante este aspecto más sensible del autor llegaría a apreciarse en muchas obras más, hasta conseguir por fin el crédito en la prensa especializada, lo que en el caso de sus seguidores hace rato ya había obtenido.[2]
    Pero no es del libro del cual quiero “hablar” hoy, puesto que esta novela la leí hace casi veinte años atrás (una época de mi adolescencia que recuerdo con un cariño muy especial) y aún no me he dado el gusto de volver a leerla.  No obstante su adaptación cinematográfica sí es la que acapara mi atención nuevamente, siendo que además ya me la he visto unas 7 veces más o menos; y puedo decir orgulloso que la fui a ver al cine en su momento, cuando estaba nominada a 7 Premios Oscar, de los que no ganó ninguno[3], aunque con el tiempo ha demostrado “no envejecer”.  Por otro lado, me la he vuelto a ver tan sólo hace un par de días y ahora tengo más que fresca en la memoria su imagen; por ello puedo explayarme con solvencia y seguridad acerca de este filme.
    La Redención de Shawshank fue la primera película hecha por Frank Darabont, quien hoy en día ya es considerado uno de los grandes directores en la actualidad, habiendo estrenado otras tres películas de considerable valor y éxito (siendo dos de estas tres, otras adaptaciones del trabajo del propio Stephen King).  Cuando era aún un estudiante universitario, Darabont aprovechó la oportunidad que King le da jóvenes y emprendedores directores  para filmar obras basadas en sus cuentos, pagándole estos la simbólica suma de un dólar; estos cortometrajes reciben el nombre genérico de Dollar Babies y Stephen King permite hacerlos siempre y cuando sus autores no los estrenen comercialmente, aunque sí en certámenes pequeños y artísticos.  Fue entonces que el director/guionista en ciernes realizó lo que hasta la fecha es considerado como uno de los mejores Dollar Babies e incluso un cortometraje soberbio en general: La Mujer de la Habitación (1983), basado en el cuento del mismo nombre de King y que ya en su primera recopilación de cuentos Nigth Shift (El Umbral de la Noche en la lengua del Quijote) dio muestras del aspecto más humano del escritor.  Esta historia acerca del dolor ante la pérdida de un ser amado y de cómo sobrellevamos dicha carga en vida, gustó tanto al escritor, que con facilidad se hicieron amigos y cuando Darabont le confesó su deseo de adaptar para el cine Rita Hayworth y la Redención de Shawshank, obtuvo sin vacilaciones su bendición. 
    Darabont aparte de su trabajo en el cortometraje ya mencionado, había demostrado con creces su habilidad para escribir guiones de gran fuerza e incluso para algunas historias que en un principio podrían parecer ridículas o de mero propósito comercial: como lo pueden ser el remake de The Blob (La Mancha Voraz) y Pesadilla 3: Guerreros del Sueño, considerada lejos una las mejores entregas de la saga del asesino sobrenatural Freddy Krueger.  A estos créditos de los que salió con más que dignidad, se le suman su guión para La Mosca 2 y la que quizás es su labor más destacada en el terreno de hacer guiones para otros directores: Mary Shelley´s Frankenstein, considerada para muchos como la mejor versión para el cine de la famosa obra romántica.   Otro de los puntos más altos de Frank Darabont, es el hecho de que fue el responsable de llevar magistralmente a la televisión la serie de cómics The Walking Dead, oficiando no sólo de productor, si no que también como guionista y director del capítulo piloto que desde ya demostró la calidad que tendría el programa; lamentablemente y contra lo que se esperaba, Darabont dejó el show cuando ya estaba por comenzar a realizarse la segunda temporada y todo al parecer por serias diferencias con el resto de los productores del programa.

2. Las virtudes intrínsecas de una película.

    Cuando Frank Darabont realizó su versión del la novela corta en cuestión, procuró no sólo ser fiel al texto original, como a su particular atmósfera, si no que también fue leal a sí mismo e introdujo una serie de elementos nuevos que en el texto escrito, o bien no estaban, o bien apenas se desarrollaban.  De este modo logró una película que en medio de este equilibrio entre el aporte suyo y el trabajo de Stephen King, permite provocar un montón de emociones a su espectador.  Pese a que uno no haya tenido que vivir un drama como el de sus personajes (la cárcel misma), pueda sentirse reflejado en cuanto al realismo de estos, quienes muy bien nos representan a cada uno de nosotros en medio de nuestros triunfos y bajezas.
    Tanto el título del libro como el de la película, hacen mención directa a la idea de la redención, tema que en el caso del propio King y en gran parte de sus obras está claramente presente.  Un autor que fue educado en el cristianismo como Stephen King no deja de presentar  las ideas de la salvación y las segundas oportunidades, otorgándoles un carácter bíblico y espiritual (y pese a que hoy en día no abraza ninguna iglesia en especial, en más de una ocasión ha manifestado su tradición religiosa implícita y explícitamente, como también sus valores cristianos).  Es así como a lo largo de esta cinta se desarrollará una historia  en medio de un ambiente tan rudo como lo puede ser la cárcel, un lugar donde la violencia y la corrupción se pueden respirar hasta atosigar a uno.  Pese a lo hostil del lugar, muy bien pueden sobrevivir la amistad, la piedad, la autenticidad y todo lo mejor de nosotros mismos, al punto de permitir que nunca se pierda la esperanza en una nueva oportunidad para ser libres y felices.
    En el filme vemos cómo llega Andy Dufresne a la prisión de Shawshank, un lugar con sus propias reglas y donde al parecer un hombre refinado como él es incapaz de sobrevivir.  El coprotagonista, Red, quien se convertirá en su mejor amigo, percibe en él, así como muchos de quienes lo acompañan, que Andy es un hombre distinto.  Pues Andy a diferencia de los que están encerrados con él, no ha perdido la esperanza, aún cree en el valor de la libertad y por ello convierte las paredes que lo rodean en un lugar mucho menos agreste de lo que es: les trae la música, la literatura, el gusto por la educación y les recuerda lo que significa ser una persona digna y con principios.  Resulta más que interesante el hecho de que en Shawshank “todos son inocentes” y nadie es supuestamente culpable del crimen que está purgando, pese a que muchos cumplen cadena perpetua. Y sin embargo el pasado, los verdaderos hechos que llevaron a cada uno a ser privado de su libertad, no importan, pues lo que desde ahora en adelante tiene importancia es quién es cada uno dentro de esta cárcel; es así como Andy es acogido por Red y sus amigos, quienes creen que Andy es uno más de ellos, no obstante Andy lo es, pero también es mucho más que eso. 
    Pasan décadas desde que Andy llega a Shawshank y allí no sólo conoce la amistad incondicional entre hombres, también descubre que el mal puede tener muchas manifestaciones.   Como dice William Golding “El hombre produce mal, como la abeja la miel”, a lo que debe enfrentarse y prepararse nuestro protagonista, si quiere salir lo más ileso posible del lugar, en mente, cuerpo y espíritu.  Es así como esta inclinación a lastimar al más débil, abusar del poder que se tiene y disfrutar tanto de la violencia como de las divisas que entrega la corrupción, están presentes en más de un personaje en esta cárcel.  Prisioneros y carceleros comparten el mismo lugar en  Shawshank, claro, cada uno en el lugar que les corresponde, pero aún así ello permite que esta inclinación a la perversidad se exprese en ambos grupos por igual.

  • Es el mal de la violencia sexual que ejercen el grupo de prisioneros que una y otra vez intentan violar a Andy, convirtiendo algo que por elección propia debería dar placer, en la pesadilla de quien es mancillado y visto como objeto y no persona.
  • Se observa en la maldad del que se regocija lastimando a otros y aprovechando su cargo como autoridad.  Éste es el Capitán Hadley, para quien los prisioneros hace rato dejaron de ser personas con derechos; de este modo los castigos que inflinge son un medio para ejercer su poder.  Tanto este guardia, como el cabecilla de los prisioneros que violan a Andy, disfrutan de tener a otros debajo suyo para satisfacer sus instintos sádicos.
  • Pero hay una expresión del mal mucho más peligrosa que las anteriores, como  si se tratase de un verdadero demonio, ya que se esconde bajo una apariencia engañosa y supuestamente patriarcal: el alcalde Norton.  Éste se muestra como un hombre de Dios, intachable y preocupado por quienes se encuentran bajo su administración.  Sin embargo lo que le interesa en realidad es el bienestar propio y no vacila si para conseguirlo, debe utilizar a los demás, aún a costa de las vidas de estos.  De este modo es manipulador, cínico y rencoroso.  Los otros malvados del filme se muestran tal y como son, malignos, pero es en la falsa apariencia de este hombre, que Andy tiene a su peor enemigo.
  • Existe una cuarta manifestación del mal en la película, la cual está ligada a Andy de una forma más que estrecha: el hombre que en realidad asesinó a su esposa y al amante de ésta, razón por la cual Dufresne se encuentra encarcelado.  Se muestra a este hombre solo en una breve, pero intensa escena.  Su sonrisa enfermiza con sus dientes amarillos recuerda al Guasón de los cómics de Batman.  Este individuo se muestra como el epítome del mal terrenal, un ser sin conciencia, ni remordimiento y que se regocija en su propia malevolencia.

     Tres de los cuatro personajes mencionados arriba, reciben su justo castigo por sus fechorías, siendo el tema de la justicia uno de los más trabajados en la literatura del señor King.  Pero tanto el escritor como Darabont en su guión para su propia cinta, nos muestran que hay una justicia que va más allá de las leyes terrenales de los hombres; por esta razón cuando llega “el juicio” a estas personas, es algo mucho más significativo que la justicia que se podría esperar en una obra más convencional.  Si bien en algunos casos el castigo llega por manos de los propios hombres, siempre en el filme se trata de algo que representa un poder superior al humano, ya sea para algunos la mismísima Providencia o una “justicia poética”.
    Los destinos finales de los dos amigos, Andy y Red, se encuentran muy ligados entre sí.  Ambos deben pasar por todo un proceso vital de tribulaciones para poder por fin lograr la verdadera felicidad, que por tantos años les fue esquiva.  Al final de su vía crucis, logran reencontrarse en medio de un locus amoenus, un lugar grato que está  lejos de ser la gris construcción de Shawshank.
     Cuando por fin Andy logra abandonar Shawshank, lo hace luego de todo un proceso que representa un renacimiento para él.  Como si hubiese salido del vientre materno en un difícil parto, el  viaje se hace tortuoso.  Cuando ya sale a la libertad, como un recién nacido, lo hace sucio, pero el agua de la tormenta que se cierne a su alrededor, lo limpia y lo purifica.  Por lo tanto Dufresne, tal como en el texto de San Pablo, “muere como un hombre viejo, para nacer como un hombre nuevo”; ya que al dejar la prisión, también deja su vida anterior.  Una vez logrados sus primeros propósitos, puede iniciar su proyecto de vida que lo acercará a su idea de lo que es la verdadera felicidad.
    En el caso de Red, su redención es gracias a la influencia benigna de su amigo, quien le dejó más de una enseñanza con su ejemplo.  En tres ocasiones distintas, al principio del filme, más o menos en la mitad y luego del clímax de la historia, Red se enfrenta a un grupo en la prisión que evalúa la posibilidad de concederle la libertad condicional; siguiendo la línea de la numerología y bajo la tradición literaria, es como dice el dicho “A la tercera es la vencida”, que Red por fin logra recuperar su derecho a ser libre.  Las dos primeras veces no dudó en argumentar que en efecto se había convertido en una mejor persona y que ya había pagado sus culpas (sin embargo ambas veces le rechazan su petición); no obstante es en esta última cita, que Red ya mira con otros ojos la vida y su existencia misma, habiendo llegado por fin a conocerse a sí mismo y a aceptarse (en otras palabras, por fin está en paz con su persona).  Es entonces que el filme nos regala uno de los mejores monólogos/diálogos en la historia del séptimo arte:

“― Ellis Boyd Redding, su ficha dice que ha cumplido 40 años de su cadena perpetua. ¿Se siente rehabilitado?
― ¿Rehabilitado? Bueno, veamos. No tengo idea de lo que significa. ― Significa poder reincorporarse…
― Sé lo que significa para ti, hijo. Para mí es una frase hueca inventada por políticos para que jóvenes como tú vistan traje y corbata y tengan un empleo. ¿Qué es lo que quieres saber en realidad? ¿Si estoy arrepentido?
― Bueno, ¿lo está?
― No hay día que no lo lamente. No porque esté aquí, o porque creas que debo. Pienso en lo que era antes, un joven estúpido que cometió ese terrible crimen. Quiero hablarle. Quiero hacerle entrar en razón. Contarle cómo es todo. Pero no puedo. Ese chico ya no existe y este viejo es lo que queda. Debo vivir con eso. ¿Rehabilitado? Es una mierda de palabra. Pon el sello en los formularios, hijo, y no me hagas perder el tiempo. Porque a decir verdad me importa un carajo.”

    Tal como lo hizo años después de este filme, con The Mist (2007), otra adaptación de King por Darabont, el director/guionista extendió el final original un poco más de lo que había hecho Stephen King.  Se podría decir sin vergüenza que con esto en ambos casos, Darabont mejoró el desenlace; si en The Mist creó uno de los finales más dramáticos y espantosos que se puedan hacer, con La Redención de Shawshank, realizó una de las escenas más positivas e inspiradoras que puedan haber, permitiendo ver la reunión (sin diálogos), de los dos amigos luego de que les haya tocado vivir juntos tantas penurias (y aún así, tantas alegrías) en la cárcel.  La sonrisa final de Red caminando por la playa para ir al encuentro de su compañero, nos muestra que mientras haya fe y persistencia, nada es imposible y que el corazón del ser humano es también capaz de los actos más nobles que puedan existir.


[1] De hecho, esta primera colección de novelas cortas de King posee cuatro “joyitas”, siendo que la mayoría de las que componen el volumen poseen destacadas adaptaciones para el cine: Cuenta Conmigo (1986), basada en El Cuerpo y dirigida por Rob Reiner, considerada también entre los grandes filmes que adaptan una obra de Stephen King; y El Alumno Aventajado (1998), titulada acá como El Aprendiz, de Bryan Singer.
[2] Y dentro de estas obras se pueden mencionar, entre muchas otras más, la tercera colección de  novelas cortas de King Corazones en la Atlántida, La Milla Verde, que dio origen a otra gran película adaptada por el propio Darabont, la novela de terror Un Saco de Huesos y Dolores Claiborne (el resto también con sus propias versiones para el cine, bastante buenas la verdad, y en el caso de Un Saco de Huesos, con una miniserie para la TV aceptable).
[3] Recordemos que los famosos Premios Oscar de Hollywood no consideran necesariamente la calidad artística de los nominados, si no que valoran más el marketing, la publicidad y los intereses políticos.  Ese mismo año, esta cinta estaba nominada a Mejor Película, junto a “monstruos” como Forrest Gump y Pulp Fiction, que para nada son malas, sin embargo sí contaban con todo un gran montaje publicitario para conseguir el éxito asegurado y la película de Darabont era de un estudio menor, el cual no podía permitirse tanto derroche de este tipo (de hecho, Forrest Gump se llevó ese año la mayoría de los premios, incluyendo a Mejor Película).  A su vez, no es la primera vez que un filme en su momento de estreno no recibe la atención como se merece y luego con los años, logra reivindicarse, como ya sucedió con El Ciudadano Kane, ¡Qué Bello es Vivir! y Blade Runner.


martes, 7 de febrero de 2012

El Mejor Batman de Todos (4° parte).



    La cuarta y última serie a la que le dedico esta serie de artículos, terminó de emitirse tan solo a finales del año pasado, llegando a poseer 65 episodios a través de tres temporadas (la misma cantidad de capítulos que The Batman, su antecesora); sin embargo cuando se creía que el programa daría a la luz muchos más capítulos y temporadas, en especial gracias a que las dos primeras tuvieron 26 y 24 episodios respectivamente, el show fue cancelado de manera inesperada.
    Conocida en Latinoamérica como Batman el Valiente, se encuentra inspirada en una colección antigua de revistas de DC homónima, caracterizada por contar historias de duplas o equipos de superhéroes que luchaban en conjunto contra enemigos y amenazas a las que en solitario no podían enfrentar.   La publicación apareció en 1955 y terminó de editarse en el año 1983.  Alcanzó nada menos que 200 números y a partir del número 67 Batman fue quien llevó la batuta dentro de sus páginas, luchando contra el mal apoyado por el resto de los personajes de DC Comics.  Por lo tanto la serie rinde tributo y se inspira en esta colección, centrándose en el encapuchado de Ciudad Gótica, quien hace alianza junto a otros superhéroes en su cruzada.
    Es  así como a lo largo de su desarrollo desfilaron un montón de personajes, superhéroes y villanos, como nunca antes se vio en las series mencionadas (salvo en la Liga de la Justicia, pero ésa es otra historia), destacando en especial varios de ellos a los que se les dio mayor protagonismo, como lo son Acuaman, Flecha Verde, Bicho Azul (pero siendo este el tercer superhéroe en usar este nombre: el adolescente latino Jaime Reyes, si bien el segundo y más popular Bicho Azul, Ted Kord, salió brevemente en la primera temporada y ya recién en la segunda contó con un emotivo capítulo donde tuvo el protagonismo que se merecía), Tornado Rojo y el Linterna Verde Guy Gardner, Wild Cat (llamado Lince en el doblaje latino), Plastic Man y al icónico grupo de los Outsiders, que en su origen en el cómic fue liderado por Batman.  De este modo, gracias a esta serie los fanáticos por primera vez pudimos ver caracterizados a muchos de los personajes que por años no tuvieron espacio dentro de las animaciones televisivas.  En todo caso, una de las ideas del programa fue potenciar  a muchos de estos personajes considerados para algunos secundarios o de menor importancia, para acercarlos al público general y de ese modo provocar interés por ellos (y claro, subir las ventas de las propias historietas con sus aventuras).   Recién en la tercera y última temporada aparecerían por fin los otros dos grandes personajes de DC, con lo que entonces la llamada “Trinidad” estaría completa: Wonder Woman y Superman.
    En cuanto a la versiones de gran parte de los personajes usados en Batman the Brave and the Bold, estos son representados bajo la imagen que los caracterizaba en las décadas del 50 y 60, es decir, durante lo que corresponde en parte a la llamada “Edad de Plata” de los cómics.  De este modo, tanto en su personalidad, como vestuario y estética en general superhéroes y villanos tienen acá una imagen retro.  Así es como el Batman de esta serie usa su antiguo traje con los colores plomo y azul, Acuaman no lleva barba, ni menos posee un arpón en reemplazo de una mano perdida (y además es risueño y hasta ingenuo, a diferencia de la variante desarrollada a partir de la etapa guionizada por Peter David, donde lo vuelve hosco, irónico y casi xenófobo), Flecha Verde también usa el pelo corto y nada de vello facial, el Guasón es cabezón, Gatúbela no es aquí la antiheroína de buen corazón, si no que es despiadada y viste el vestido ajustado con el que se le conociera otrora, el alienígena Déspero lleva su cresta en forma horizontal y no vertical como en su etapa post Crisis…y así muchos más.
    Sin embargo también aparecen personajes muchos más recientes, como lo son el popular Astro Dorado y Jaime Reyes, el Bicho Azul 3.  En el caso de este último, el personaje sirve para desarrollar la idea de Batman como inspiración de héroes más juveniles e inexpertos, convirtiéndose Batman en su modelo a seguir, elemento también trabajado en el programa bajo el grupo superheroico de los Outsiders; a Plastic Man Batman también lo toma bajo su tutela.  Este idea de Batman como maestro de otros paladines de la justicia, aparte de su relación con Robin (que acá sigue siendo el siempre utilizado Dick Grayson), muestra al Cruzado de Ciudad Gótica como a un justiciero que en muchos aspectos supera a sus compañeros, por cuanto estos requieren de su persona para complementarse mejor y tener un referente al cual seguir para perfeccionarse.
    Otro aspecto a considerarse en la serie, es su estética llena de colores vivos y donde los personajes en sus contornos son remarcados con una gruesa línea negra, que realza sus figuras.  Destacan en los cuerpos humanos las formas cuadradas, lo que en conjunto con lo anterior les otorga un mayor aspecto de caricaturas.
    El modo de cómo se desarrollan los guiones, es a partir de dos segmentos que se dividen en una pequeña historia de a lo más un par de minutos y luego de los créditos iniciales que le siguen a esta primera parte, la historia central que en el mayor de los casos no tiene relación con el primer corto; esta aventura principal y más extensa es la que otorga el titulo al capítulo, el cual siempre lleva un signo de exclamación.  Es así como ambos segmentos del show poseen sus propios superhéroes e historias durante la mayoría de los episodios.  Si bien estos poseen un carácter autoconclusivo, hay unos cuantos que corresponden a historias relacionadas entre sí, capítulos dobles e incluso en la segunda temporada hay una historia tratada en dos partes titulada The Siege of Starro!; acá Batman y un gran número de superhéroes se enfrenta a la diabólica estrella alienígena gigantesca e imperialista Starro, conocida como el primer enemigo al que se enfrentó en los cómics la Liga de la Justicia (apareciendo en repetidas ocasiones y encarnaciones en las historietas de este supergrupo y en el caso de las series animadas de Batman, sólo en la tercera temporada de Batman del Futuro).  Respecto a este enfrentamiento con el equinodermo conquistador, durante la segunda temporada de Batman the Brave and the Bold en los episodios anteriores a dicha aventura en dos partes, se estuvo preparando esta batalla en los primeros segmentos del show, al mostrar cómo los distintos superhéroes iban cayendo bajo el control mental de la criatura.
    En cuanto a los argumentos mismos del programa, estos se caracterizan por ser historias donde la espectacularidad y las grandes batallas entre superhéroes y criminales abundan, puesto que la aparición de una gama tan grande de personajes permite que como nunca antes en las series animadas de Batman la aventura y la acción primen por sobre las tramas de carácter más psicológico y detectivesco; todo esto en parte porque muchos de los enemigos que aparecen corresponden a las galerías de villanos de otros superhéroes, de modo que los guiones llevan a Batman a luchar en el espacio contra alienígenas, en el pasado, en ambientes mágicos u otros.  El humor abunda en la serie, pero menos mal no es infantil y está pensando de tal forma que a chicos y grandes agrade como en las series de Timm/Dini.  Dentro del desarrollo de la serie, se quiso alejar  de la imagen oscura y atormentada de Batman, en beneficio de uno mucho más sociable y dispuesto a regalar una sonrisa, sin dejar de lado su brillantez, sólidos valores morales y dotes de líder.   Los mismos argumentos del programa que privilegian los elementos más imaginativos y estrafalarios del universo DC, permiten jugar con el personaje de Batman y hacer una que otra alusión a los propios cómics; de este modo, por ejemplo, en más de una ocasión se ve a Batman usando trajes diferentes al típico que lleva en el programa, siendo estas vestimentas más que similares a las usadas en los distintos elseworlds del personaje (estos elseworlds son cómics ambientados en realidades alternativas que cuentan historias donde al superhéroe se le hace vivir una vida muy distinta, a diferencia de la que se muestra en los cómics de la continuidad y/o canon del UDC) o trajes propios de los cómics de la Edad de Plata y hasta de la Edad de Oro; a su vez estos cambios de traje tienen relación con el capítulo mismo, como además versiones alternas de Batman que aparecen en él.
    Considerando que en el programa prima la espectacularidad por sobre las temáticas más profundas e intimistas (lo que en todo caso no le quita valor, ya que sólo que corresponde a otra visión de Batman y no tiene por qué ser igual que las series anteriores), los guiones dejan de lado las tramas que tengan relación con el mundo más real, con el ser humano cotidiano y todo lo más dramático, como lo son las problemáticas sociales.  Por ende, los episodios no abordan la vida de los superhéroes fuera de sus labores como tales, incluyendo sus relaciones con “civiles”; es así como la figura de Bruce Wayne recién viene a aparecer hasta la segunda temporada (primero lo hace a manera de recuerdo para mostrar el famoso incidente que le costó la vida a los padres de Batman, lo que lo llevó a convertirse en lo que es; luego el propio Bruce Wayne toma mayor relevancia mostrando esta faceta cívica del Caballero de la noche).  A su vez un personaje tan importante en los cómics y las otras series ya vistas en estos artículos, como lo es nada menos que Alfred Pennyworth, también recién aparece durante el segundo año de la serie (hasta antes sólo se le había nombrado).
    La serie contó con capítulos memorables en sus tres temporadas y se espera al menos saquen un largometraje animado basado en ella, tal como se acostumbró hacer con los programas anteriores dedicados al personaje.  Dentro de los episodios que con gusto puedo destacar, se encuentran en la primera temporada Trials of the Demon! Donde aparte de salir el demonio Etrigan y Jason Blood en una historia donde se explica el aterrador origen del Caballero Fantasma, Batman lucha junto a nada menos que a Sherlock Holmes y al Dr. Watson, siendo el desenlace inolvidable con las últimas palabras que le dedica Batman al famoso personaje de Sir Arthur Conan Doyle.  Podría nombrar muchos capítulos más de esta primera temporada, pero me quedaré tan solo con Legends of the Dark Mite! y en el cual hace su primera aparición el hilarante personaje de Bat-Mito (el Batiduende de la infantil serie de los setenta), que acá está trabajado acorde a nuestros tiempos que exigen guiones más inteligentes y caracterizaciones verosímiles; el episodio en cuestión fue escrito por el mismísimo Paul Dini, quien nos regaló una historia llena de guiños a Batman mismo y surrealista como ella sola.  De la segunda temporada a mi pesar no puedo decir mucho, pues sólo vi los seis primeros capítulos y de la tercera nada.  Sin embargo en la segunda temporada puedo permitirme mencionar un emotivo capítulo homenaje al primer grupo de superhéroes de DC, me estoy refiriendo a la Sociedad de la Justicia, llamado The Golden Age of Justice! (si bien ya antes habían aparecido en varias ocasiones Wild Cat y Canario Negro); además no dejo de mencionar Sidekicks Assemble!, que aborda el tema de los jóvenes compañeros de superhéroes adultos y donde se observa el destino final de Robin.   Para ser sinceros, las tres temporadas que duró el programa, están llenas de capítulos de antología.
    Pese a su carácter supuestamente más liviano, si se le compara con las series de Timm/Dini, Batman the Brave and the Bold posee una carga dramática inesperada, puesto que en muchos casos los personajes (superhéroes) mueren debido a sus enfrentamientos con los archienemigos que aparecen.  A su vez hay episodios donde si bien no se produce lo anterior, sí la emotividad se encuentra a flor de piel y de seguro a más de alguno le hará sacar una lágrima (como en Chill of the Nigth! escrito por el propio Paul Dini y The Knights of Tomorrow!, ambos de la segunda temporada).
    También es destacable el elemento propio de la comedia musical que de vez en cuando se observa acá, con ingeniosas canciones que hacen que los personajes canten y hasta bailen (memorable es la coreografía y el canto que hacen las llamadas Aves de Presa en The Masks of the Matches Malone!), sin caer en lo ridículo barato y aportando al verdadero desarrollo de la trama.
    Cabe destacar otra vez el uso en el programa del personaje de Batmito, siendo que los episodios donde aparece son algunos de los mejores, provocando una hilaridad como nunca se vio en una serie de Batman; aparte de la primera aparición ya mencionada de este ser de la Quinta Dimensión, no se puede dejar de recomendar Emperor Jojer! (idea tomada de un famoso cómic de Superman) y en especial Bat-Mite presents: Batman´s Strangest Cases y donde adaptaron algunos de los cómics más bizarros de Batman.
    Ligado al propio Batmito, no se puede dejar de lado el último capítulo del programa donde por primera vez en una serie de superhéroes animada hubo un verdadero episodio final, que así mismo se mostrara como tal.  Es así que Mitefall! concluye el programa de una manera increíble, que mezcla tanto risas como emotividad.  El nombre de este capítulo está tomado de una historieta que parodia la célebre saga de La Caída del Murciélago y donde Batman-Azrael se enfrenta a inigualable Batmito.
    En cuanto al éxito y la calidad del programa, esto se debe en parte a la genial decisión de contar con el trabajo de guionistas consagrados y cuyos trabajos en los cómics mismos es ya reconocido, como el ya mencionado Paul Dini, quien seguiría con sus aportes con posterioridad.  Es así que en la misma primera temporada J. M. DeMatteis contribuyó con dos grandes capítulos, volviendo a escribir en los siguientes años de emisión;  por último una de las pocas mujeres guionistas de cómics, Gail Simone, cuya labor en las historietas es altamente considerada y recomendable, escribió el capítulo de final de la segunda temporada.

    Aprovechando el éxito del programa en un comienzo, se lanzó una versión en cómic de éste, con historias originales.  Si bien la colección The Brave and the Bold era mucho anterior al programa, ahora el cómic antepone la palabra Batman a las revistas, usando el logotipo de la serie.  A su vez estas historietas poseen la misma estética del show, usando los mismos diseños de personajes para la TV.
    La edición en DVD y Blue-ray de esta serie resulta bastante irregular y acá en el “poto” del planeta es más que difícil conseguírsela, de modo que uno debe recurrir a tener episodios sueltos y/o bajarla de la red o comprar ediciones “custum” o pirateada/clonada (como lo que tuve que hacer para conseguirme completa la serie).  Tal y como están tomando la pésima costumbre en USA, han sacado primero ediciones de un disco y con muy pocos capítulos (a veces incluso con 4 miserables episodios); también han editado packs con la mitad de las temporadas y existen ediciones completas con las temporadas en su totalidad, pero conseguirse algo así por acá…más fácil encontrarse un unicornio o un yeti (a menos que uno lo compre por Internet).  Mucho menos pensar en que saquen ediciones en Zona 4 con todo el material adicional subtitulado, que en este sector de la galaxia ni siquiera la Liga de la Justicia llegó así y Batman del Futuro quedó sólo en la segunda temporada (si es que uno, como quien les escribe, tuvo la dicha de encontrarse con las ediciones mexicanas).  De toda esta tanda de series animadas DC, sólo Batman la Serie Animada y Superman la Serie Animada se encuentran con relativa facilidad en las tiendas.  Espero en un futuro cercano los distribuidores se den cuenta del ¿gran? mercado potencial que tienen en Latinoamérica y alcance algo para Chile.
    Considerando todo lo anterior, esta última serie resulta ser una obra que en su particular forma de retratar al Señor de la Noche, permite verlo como tan sólo se le pudo apreciar en la serie de La Liga de la Justicia.  A su vez se agradece que haya permitido desplegar a tanto personaje DC que antes nunca se le pudo ver animado y menos en la televisión.  También es significativo el hecho de que en su corte más familiar y/o infantil, la serie acercara a los públicos de menor edad al fantástico universo DC.


miércoles, 1 de febrero de 2012

El Día en que Osamu Tesuka se revolcó en su Tumba…


….fue cuando vio el bodrio que hicieron los gringos con la adaptación fílmica de su clásico mangánime Astro Boy.
     Así es, nuevamente la falta de creatividad de Hollywood se notó cuando en USA hicieron “su” versión del famoso personaje de cómics japonés (que también tuvo sus respectivas adaptaciones a la televisión nipona).  La película  desastrosa corresponde a un filme de 2009 que, siguiendo la ya acostumbrada moda de las producciones animadas estadounidenses para el cine, está hecha con graficas computacionales.  Es evidente el gastadero de dinero que usaron sus productores para dicha obra, ya sea tanto por la calidad del trabajo técnico, como por los actores famosos que contrataron para doblar a los personajes (Nicolas Cage, Donald Sutherland, Charlize Theron y otros); no obstante, si la cinta es incapaz de tener un guión inteligente y además no posee el espíritu de la propia obra de su autor, era obvio que dejaría a más de un espectador descontento (y para qué hablar de los seguidores del llamado “Dios Tesuka”).
   Antes de hacer un análisis mayor de este desastre, sería bueno recordar quién fue Osamu Tesuka, cuál fue su aporte y en qué consiste precisamente la historia original de Astro Boy; teniendo en cuenta también la relevancia de este manga y su respectivo animé para la historia de su país, el cómic y la animación en general.
   Nacido en 1928 y fallecido en 1989, Osamu Tesuka es al Japón lo que es Walt Disney a Estados Unidos.  Esto, puesto que fue Osamu Tesuka fue el responsable de que Japón tuviera la gran industria de animación que posee hoy en día, siendo el país en el mundo que más producciones de este tipo realiza por año (puesto que fue éste el primero en su nación en crear y producir una serie de animación para la televisión).  El fuerte deseo de Tesuka por realizar sus propias producciones animadas, así como su amor por la historieta, se debieron en parte además a su admiración hacia el creador del Ratón Mickey, lo que se puede apreciar en la estética de sus primeros trabajos, en el diseño de personajes e incluso en los ojos grandes con lo que los dibujó, característica que sacó de las animaciones de Disney y que luego otros autores mangakas copiarían del mismo Tesuka.  Fue así como la primera producción animada para la TV nipona, fue nada menos que la adaptación de su propio manga Astro Boy, en el año 1963.  Luego le siguieron otros clásicos animés que incluso llegaron por estos lugares, como lo son La Nueva Isla del Tesoro, La Princesa Caballero y Kimba el León Blanco (el mismo que Disney se atrevió a copiar descaradamente en su película El Rey León, cambiando tan sólo el nombre del protagonista por “Simba” en vez de “Kimba”).  Numerosas producciones salieron de su persona, muchos de ellos cómics de gran calidad, con personajes poseedores de gran carisma y con tramas donde los antecedentes literarios abundaron, lo que le otorgó a sus historias cierta madurez, incluso en sus historietas de corte infantil.  Si el mismo Astro Boy tiene su fuente en el Pinocho de Carlos Collodi, La Nueva Isla del Tesoro no deja de ser su revisitación al clásico de Robert Louis Stevenson, así como El Mundo Perdido no deja de ser su propio tributo a la obra de Arthur Conan Doyle y a las aventuras de su otro personaje famoso aparte de Sherlock Holmes, el Dr. Challenger.  Dentro de su vasto trabajo se pueden nombrar Black Jack, cuyo protagonista es un superdotado médico que desentraña crímenes (por cierto, su creador era además de profesión médico) y a la obra de ciencia ficción Metrópolis, donde su admiración hacia el clásico homónimo mudo de Fritz Lang, es más que evidente (ambos cómics tuvieron sus respectivas versiones en animé altamente recomendables).  La labor de Tesuka llegó a tal punto de ser considerada en su patria, que se le concedieron todo tipo de honores, incluyendo un museo que se hizo sobre su labor, abriendo sus puertas en 1994.  Cuando en 1980 viajó a USA, llegó a dar una conferencia en las Naciones Unidas.
    Astro Boy es la historia de un niño robot, quien fue creado por el Dr. Tenma, luego de que su único hijo murió en un triste accidente automovilístico; de este modo, el eminente científico sumido en el dolor e incapaz de vivir con su soledad y de aceptar que su unigénito ya no se encontrara con él, realiza una versión mecánica de éste.  Así es como el Dr. Tenma es el maestro Geppetto del texto clásico italiano, siendo que a ambos llegó este hijo maravilloso, uno creado sintéticamente por sus propias manos y el otro gracias a la magia y a la piedad de un hada por la soledad del anciano.  Sin embargo al darse cuenta de que este nuevo ser es incapaz de crecer y de en otras palabras de ser un individuo “normal” que le dé las mismas satisfacciones que un hijo de carne y hueso, lo abandona.  Es entonces que acá se introduce un elemento que rompe con el molde creado por Collodi, Tenma no es humilde, ni el mejor ejemplo para este niño artificial; en cambio el niño robot demuestra a lo largo de las miles y miles de páginas de sus aventuras, que bien merece el amor de quienes lo rodean.  No obstante Astro Boy llega a conocer  a otro científico, el Dr. Ochanamizu, quien sí será la figura tierna y paterna que necesita el protagonista; luego se le crea una familia también robot para que le haga compañía, incluyendo una hermanita pequeña que es idéntica a él y hasta el mismísimo Tenma se redimirá aceptando en su vida su creación.  En cada una de sus hazañas, el pequeño robot demostrará su valor, como su gran corazón, lo que le permitirá en medio de un montón de batallas con numerosos enemigos (y no todos 100% malvados), ganar amigos y aliados.  El discurso provida y de amor a la humanidad de parte del autor se nota a la legua, más al abordar tanto a través de este manga, como el de otras de sus creaciones, historias donde brillan las nociones de compasión, lealtad, honor, autosacrificio y redención, todos temas tan caros al cómic y la animación japoneses (lo que sin duda dice mucho de la cultura del país del Sol Naciente y que se aprecia también tanto en su historia y tradición, como además en su literatura y cine).  Por las razones anteriores es que hoy en día un lector/espectador del manga y su versión en animé puede llegar tanto a disfrutar como a valorar el plano más literal de las aventuras de Astro Boy, como de también descubrir sus distintos subtextos e interpretarlos; esto porque la obra en sí va más allá del mero hecho de entretener, no menosvalora la inteligencia del público infantil, ni hace uso de recursos facilistas como un humor mal empleado (tal como sucede con la adaptación que inspiró este texto).  Por lo tanto, el Astro Boy original posee la calidad de los clásicos que superan las barreras del tiempo, ideológicas y de edades entre sus receptores.
    Uno se pregunta si los gringos de adrede echan a perder las versiones del animé que realizan, como ya sucedió con el fiasco de Dragon Ball Evolution (¿Goku en la escuela?); o se extraña, cuando ya han sido capaces de realizar remakes más que aceptables del cine de terror oriental, tal como fue con las dos películas de El Aro, Agua Turbia y Shutter, entre otras (si bien, cabe considerar que por lo general los directores de estas adaptaciones provienen del cine independiente y extranjero, como lo serían un japonés para El Aro 2, un brasileño y otro japonés respectivamente).  Y  la presente reflexión es debido a que la película hollywoodense de este manga deja mucho que desear.  Hay varios puntos que se pueden tomar en consideración con respecto a las fallas de esta cinta, por lo tanto ahora me daré el “gusto” de considerarlas una por una:

  • La película parte dando su propia versión acerca de la génesis del personaje, con muerte de hijo incluida, crisis de Tenma, posterior creación de Astro Boy y el consecuente rechazo por parte de su padre.  Toda esta secuencia podría llegar a aceptarse a manera de adaptar el manga original, pero luego la historia se desvirtúa y del resto del cómic en que se inspira bien poco tiene.  Al parecer este filme estadounidense opta por una historia completamente “original”, dejando de lado el abundante material que dejó Ozamu Tesuka para usar como fuente de inspiración.
  • Quizás porque la película es estadounidense, está ambientada en una tal Metro City, especie de isla flotante que nada tiene que ver el Japón futurista de la historieta original.  Intentan darle un aspecto de ciberpunk a la ambientación, con la diferenciación entre el sofisticado y pulcro aspecto de Metro City, y el mundo devastado y lleno de la basura que desde arriba botan (contraste tal como se ve en un mangánime tan famoso y elogiado como es Alita, Gumm para los japoneses, otra historia con robots y androides). 
  • El largometraje muestra a algunos de los otros personajes del cómic, como lo son el Profesor Mostacho y el mismo Dr. Ochanamizu, pero cuando uno cree que se los usará como es debido en la trama, apenas se les da importancia en beneficio de los personajes inventados para el filme (incluyendo a un grupo típico de “niñitos odiositos” que se hacen amigos de Astro Boy).
  • El “malo” de la historia es malo con mayúscula, sin poseer las facetas de los contrincantes a los que acostumbra enfrentarse Astro Boy en el manga; su proyecto es sólo obtener poder y carece de un desarrollo psicológico adecuado que le otorgue humanidad.  Este maniqueísmo tan yanqui que separa al bueno del malo de forma tan tajante, se supone ya lo habían superado en USA, pero al parecer con un producto de este tipo, aún siguen por allá pensando igual.  Hay un malvado secundario en el filme y en cierto sentido, resulta más atractivo que el principal.
  • Se nota que el filme se hizo pensando en un público infantil, si bien se quiso hacer uno que otro homenaje a Tesuka para complacer a los fanáticos (como cuando sale la propia caricatura del autor siendo parte de uno de los científicos que trabajan con los protagonistas o la también más que breve aparición del típico chanchito/calavera que acostumbra usar Tesuka y sus sucesores a manera de chiste).  Esto, porque el fuerte del guión se centra en la relación de amistad que establece Astro Boy con el grupo de niños huérfanos  y a los que conoce en la Tierra, sin desarrollar en plenitud su relación con personajes adultos.  Además el humor usado no deja de ser ingenuo la mayoría de las veces y también está más que claro el fin pedagógico y moralizante de muchas de las situaciones de la trama; por lo tanto no se aprecian segundas lecturas que permitan una reflexión más profunda.
  • La música compuesta por John Ottman es aburrida y carece de todo sentido de épica para un personaje cuyo heroísmo hasta en un filme tan mediocre queda claro.  Quizás con la labor de otro artista podría haberse conseguido un producto final más atractivo.

     En suma, mejor ocupar el tiempo en otro filme o aún mucho mejor, conseguirse los animé y/o el manga.




La representación de otras razas en el Mío Cid



     Los moros en el “Cantar del Mío Cid” en general toman el papel de los enemigos de la fe católica, a los que hay que combatir tanto por una razón política y de derecho natural de los españoles a las tierras usurpadas (pues son los invasores de la Península), como también por su calidad de paganos:

    “Después que partimos de la limpia cristiandad,-no fue por nuestra voluntad, sino por obligación- (…); si en estas tierras quisiéramos permanecer, firmemente debemos escarmentarlos”.[1]

     Al ser descritos como el adversario por antonomasia de los cristianos, a estos se les extermina en la batalla sin vacilación.  Esta visión casi maniqueísta de quienes son los buenos y los malos, se manifiesta  en el poema bajo la también figura “justiciera”  del obispo don Jerónimo (nada menos que un representante del clero de la Iglesia Católica). El personaje en cuestión participa en las batallas y gustoso mata moros sin considerar este acto un crimen o atentado contra la vida humana.   En la batalla se les extermina sin piedad, pues en la guerra todo vale.
     Sin embargo también existen moros “justos”, reyes de esta raza que rinden tributo al mismísimo rey Don Alfonso, como el rey Sevilla Almutamiz, a quien el Cid debe defender de sus enemigos.  El Cid lo protege valerosamente y agradecido Almutamiz lo premia dándole “muchos dones”, además de los tributos respectivos para su Señor.
   Pero también se encuentra la fiel y querida figura de Abengalvón, rico moro al que el héroe llega  a confiar a sus hijas y yernos sin vacilar.  En el poema se le muestra a este personaje como a un hombre honrado y valeroso, quien no vacila en defender a las hijas de su amigo cuando se da cuenta de las malas intenciones de los infantes de Carrión:

    “El moro cuando lo supo, se alegró de corazón; salióles a recibir con grandes alborozos; ¡Dios que bien les sirvió a su gusto!”[2]

     A su vez los moros forman parte de la sociedad española, integrándose, los que no sirven a los reyes musulmanes, sin mayores problemas a la vida cotidiana en la España cristiana.  Esto a tal punto, que en repetidas ocasiones se habla de “moros y cristianos”.  Con muchos de ellos el Cid tiene tratos comerciales y hasta tiene gentilezas, como poco después de que gana Castejón y Alcocer, decidiéndose no matarlos una vez son derrotados.
    En cuanto a los judíos, la visión que hay de ellos en el texto medieval es mucho más simple y menos halagüeña, puesto que se les muestra como personajes que sólo están interesados en conseguir ganancias.  Apartados de los demás, murmuran entre sí, concertando sus planes y opiniones:

   “Nosotros tenemos necesidad en todo de ganar algo”.

    Los únicos personajes de esta raza que salen y destacan en el poema son Raquel y Vidas, los mismos que dicen lo que arriba se destaca, y a quienes manda el Cid a Martín Antolinez en busca de un préstamo.  El Cid  llega a engañarlos sin culpa para conseguir su objetivo.  Eso sí, se deja claro que por la buena voluntad de los judíos, estos recibirán con creces devuelto el dinero prestado.  Durante su breve encuentro, se les muestra lisonjeros, como cuando besan las manos del Cid apenas están frente a él, gesto que repiten de nuevo con don Rodrigo una vez hecha el arreglo financiero.
   Considero que lejos el momento donde más se les muestre un aspecto positivo a los judíos, es cuando ellos se sienten agradecidos por la intervención de Antolinez en la transacción comercial y le dan un valioso obsequio, si bien esta era una tradición entre los suyos en este tipo de situaciones.

    “Raquel y Vidas aparte se alejaron ambos y (se dijeron) entre sí: Démosle buen don, pues él nos lo ha buscado (…), vos lo merecéis, queremos daros buen regalo”.



[1] El Cid arenga  a sus huestes para quitarles a los moros de Valencia sus posesiones.
[2] Abengalvón se siente muy dichoso al recibir en sus tierras a los familiares del Cid.

La relación entre Dante y sus guías



    El primer guía de relevancia que tiene Dante en su viaje al reino del Más Allá del Purgatorio (puesto que Sordillo y Estacio no tienen mayor relevancia mientras permanecen a su lado) es el poeta romano Virgilio, autor de “La Eneida” y hacia quien en repetidas ocasiones se manifiesta el gran aprecio que siente Dante por él.   Virgilio lo acompaña para mostrarle cada uno de los distintos círculos que comprenden el lugar, en los que las almas relegadas a este sitio purgan sus culpas (se purifican hacia su último destino que es la redención y el reencuentro con Dios, tal como sucede con el propio Dante).  Pero también Virgilio le enseña su conocimiento sobre el Purgatorio, sus reglas, el nombre de quienes ahí moran, protegerlo cual un amoroso padre (“Hijo mío” le llama Virgilio), y también, lo que a mi parecer es más importante, darle lecciones de ética sobre el amor y las responsabilidades de nuestros actos.
    A lo anterior Virgilio dice sobre su papel en el periplo de su discípulo:

    “(…) su alma (la de Dante) (…) no podía venir sola, porque no puede ver como nosotros (los muertos).  Por esta razón fui yo sacado de la vasta garganta del Infierno para enseñarle el camino y se lo enseñaré hasta donde mi ciencia pueda guiarle”.

    En las propias palabras de Dante sobre la compañía de su maestro: “Su auxilio me ha sostenido hasta aquí en las cuestas y recodos del monte (…)”
    Virgilio no sólo es el guía de Dante, sino que también un compañero con quien comparte las mismas emociones del viaje, la ayuda de un padre amistoso y cómplice.  Resultan aquí clarificadoras sobre la dialéctica que se produce entre estos dos personajes, los términos que usa Dante para referirse a su primer guía: Mi buen Guía, mi Protector, mi señor, mi amado pedagogo, el gran doctor.
    Una vez que el camino de ambos ha terminado, luego de que Dante es purificado por el fuego, Virgilio le reconoce a su discípulo que lo ha superado, felicitándole.  De este modo, ambos se separan pues de ahora en adelante Dante irá acompañado por Beatriz, quien a diferencia de Virgilio es una guía no sólo sobrenatural, sino que providencial  (por esto el reencuentro entre ambos es festejado por ángeles que los rodean).  Dante se va con la bendición del poeta romano, puesto que ya su tarea se ha completado:

    “Has visto el fuego temporal y el eterno, hijo mío, y has llegado a un sitio donde no puedo ver nada más por mí mismo.  Con ingenio y con arte te he conducido hasta aquí: en adelante sírvete de guía tu voluntad.  (…)No esperes ya mis palabras, ni mis consejos.  (…)Así, pues, ensalzándote sobre ti mismo, te corono y te mitro.

   Si Virgilio era la figura paternal para Dante durante su viaje, Beatriz cumple el rol no sólo de la mujer amada por quien siente veneración, pues también toma una connotación de protectora, de madre para Dante y le ayuda a completar la purificación final cuando Dante logra reconocer sus errores en su presencia.
    “Las cosas presentes en sus falsos placeres desviaron mis pasos, apenas se me ocultó vuestro rostro” le dice arrepentido Dante a Beatriz.  A lo que le contesta ésta:
   “A la primera herida que te causaron las cosas falaces del mundo, debiste elevar tus ojos al cielo, siguiéndome a mí, que no era ya como ellas”.
    Dante debe encontrar el perdón y tal como diría San Agustín, morir como hombre viejo para transformarse en un hombre nuevo: encontrar el perdón y entonces recién podrá entrar al Paraíso con Beatriz, quien le mostrará este maravilloso reino en todo su esplendor.  Por esto, Beatriz lo bautiza de nuevo y así Dante está listo para la última etapa de su viaje:

    “La hermosa Dama abrió sus brazos, rodeó con ellos mi cabeza, y me sumergió de modo que hube de beber el agua”.

    De este modo queda más claro que nunca la función divina y mística de Beatriz. Como si fuera un particular Juan Bautista, o el representante de Cristo (ella bautiza con agua, mientras que Jesús con fuego), Beatriz termina por purificarlo.

Octocéfalo


    En la pág. Web de la editorial chilena Terra Austral, dedicada a la fantasía, ciencia ficción y terror, a finales del año pasado se hizo un concurso para ganarse un libro con una colección de cuentos de varios escritores nacionales dedicados a estos temas.  El libro en cuestión se llama OCTOCÉFALO y para ganárselo había que competir escribiendo una descripción de la criatura con ese nombre y que sale en la portada de dicho tomo.  Los hados no quisieron que ganara.  Ignoro hasta qué punto el siguiente texto puede recibir el nombre de "microcuento", pero igual lo dejo con ustedes. 
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    Ni la más febril alucinación producto de la mente de un esquizofrénico o de un drogadicto, puede llegar a ser la sombra de lo que es ese ser. Es la suma de todos los horrores, el cúmulo de los monstruos que afloran en tus pesadillas, como cuando en la oscuridad de la noche, tus miedos más primigenios se materializan para tomar el control de ti. Todas las formas retorcidas de una naturaleza cruel y bestial se hayan mezcladas en él: Es el saurio antediluviano que pobló tus fantasías infantiles, que se une con el dragón satánico de tantos cómics medievales; el raro insecto de piel quitinosa que un día con espanto encontraste recorriendo tu cuello, la criatura marina viscosa e imposible que pese a todo sabes te aguarda en las profundidades; el pájaro negro de mal agüero, cuyo graznido te despierta ominoso de tu sueño; es el hombre deforme que ves escondido a lo lejos y que temes se te aparezca un día para agarrarte del brazo y llevarte con él...Es todo eso y mucho más y cuando menos lo esperes vendrá por ti para quedarse contigo y nunca, entiende bien, NUNCA permitirte que la paz y la cordura vuelvan a tu vida. Es el Octocéfalo.
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