sábado, 20 de octubre de 2012

¿Quién dijo que los remakes no pueden ser buenos?



    Está más que repetido aquel discurso de que a Hollywood se le están acabando las ideas y que por ello el último tiempo (¿los últimos cinco años y fracción tal vez?) se han valido de “viejas” películas para estrenar nuevos filmes, que se constituyen en actualizaciones de éstas, o sea, para hacer los bien llamados remakes (palabra anglosajona ya bien introducida en la lengua de Cervantes).  Ante esta fiebre por rehacer viejos éxitos del séptimo arte uno se pregunta hasta qué punto son válidas no sólo desde el punto de vista comercial, si no que también artístico.  En contraste, se puede entender el afán gringo de hacer su versión de cintas extranjeras y que para mi gusto por lo general han llegado a ser dignas obras y en muchos casos verdaderas joyas; dentro de esto basta con nombrar las adaptaciones usacas en plenos ochenta de Tres Hombres y un Biberón, a principios de los noventa con Sommersby (ésta y la otra basadas en películas francesas) y ya en el presente siglo de tanto filme oriental como Agua Turbia, El Aro, El Ojo, Shutter y El Grito.  No le voy a negar a los gringos su capacidad para llevar a su propio contexto estas historias con éxito, que en muchas ocasiones las hacen más digeribles para un público masivo y occidental (lo que se observa claramente con los largometrajes originados a partir del cine oriental).
   ¿Por qué razón hacer una nueva versión de una obra que en muchos casos ya tiene su buena cantidad de admiradores y ha ganado el título de clásico? Pues yo bien creo es debido a que muchas veces la intención de sus gestores, además de forrarse de dinero seguro en las taquillas a partir de una ficción que ya posee un público seguro, es la de remozar una obra y muchas veces incluso mejorarla al hacer hincapié en perfeccionar el guión original, hacerla más dinámica y incluso más artística; no en vano varias de las primeras versiones fueron de bajo presupuesto, con actores principiantes, si bien demostraron en su momento su calidad fílmica, razón por la cual una revisión de estas bien puede justificarse (dentro de esto se puede recordar en los ochenta el caso de Evil Dead II de Sam Raimi, quien hizo con este filme no una continuación de rigor de su ópera prima, si no que todo un remake ahora que pudo contar como mucho más dinero).  A su vez, nuevas generaciones han nacido desde la versión original, razón por la cual ante el remake pueden llegar a conocer una buena trama que de otro modo no habrían podido saber de su existencia (y además luego de ver este “refrito”, bien podrían llegar por sí mismas a disfrutar la película matriz).
    Recordemos en este momento cuáles han sido los últimos remakes: La saga de zombies de George Romero ha sido revisada en su trilogía original luego del remake hecho en 1990 de La Noche de los Muertos Vivientes, completándose con El Amanecer de los Muertos y El Día de los Muertos, siendo la segunda de ellas todo un hallazgo y el filme que hizo famoso a su director Zack Snyder; el director y guionista Wes Craven pareciera ser uno de los predilectos a la hora de que sus obras sean modernizadas, lo que se puede ver con La Última Casa a la Izquierda, El Despertar del Diablo y Pesadilla; asimismo todo un clásico setentero y gestor de una saga, fue nuevamente llevado a las salas con El Horror de Amityville; La Hora del Espanto (también conocida en español como Noche de Miedo) tuvo su propia versión actualizada; lo mismo sucedió con El Padrastro; no se puede dejar de lado lo que hizo Gus van Sant con Psicosis, que prácticamente resultó ser una copia descarada de la obra maestra de Alfred Hitchcock, al repetir hasta las tomas de este querido clásico; tampoco se puede olvidar lo hecho con Escupo en tu tumba, remake al que ya se le dedicó su propia crítica en este blog.  Y no se puede olvidar que se nos vienen otra Carrie y un nuevo Robocop.  Pareciera que el cine de terror y de ciencia ficción son los favoritos a la hora de adecuar al público del siglo XXI viejas leyendas del celuloide.
   Sin embargo el cine estadounidense comercial no sólo se nutre de sí mismo para acaparar ganancias, puesto que también hace uso de los grandes de la literatura para asegurarse un éxito en las taquillas y, si hay una verdadera intención artística de parte de sus responsables, lograr el beneplácito de la crítica.  De este modo clásicos como Shakespeare, Dumas, Verne, Victor Hugo, Conan Doyle, Poe y Lovecraft han sido una y otra vez fuente de “inspiración” para directores y guionistas.  Lo mismo ha sucedido con las mil y una versiones existentes del Drácula de Bram Stoker y Frankenstein de Mary Shelley.  Por lo tanto no es nuevo en el séptimo arte esto de volver a contar la misma historia; incluso se podría afirmar que el gusto por contar una y otra vez una narración quizás conocida por muchos, viene ya de la añeja tradición oral donde bardos, rapsodas, juglares y cuentacuentos fueron los primeros a la hora de hacer uso de un esquema preestablecido, pero poniendo una cuota personal de su parte para hacer más interesante el resultado (y hasta mejorarlo incluso); lo mismo lo hicieron los trágicos griegos al llevar al teatro sus mitos, que si bien conocidos al revés y al derecho por su público, cada autor les otorgaba su propia impronta.
   En el cómic de superhéroes, esto de relatar de vez en cuando la misma idea, pero haciendo los cambios de rigor, es habitual.  De este modo es que bien nos encontramos cada cierto tiempo con historias que vuelven a contar los orígenes de personajes tan emblemáticos como Superman, Batman o Spiderman.  Tan sólo el año pasado DC reinició todo su particular universo, algo que ya había hecho en 1986 y esta vez nuevamente quiso renovar su mitología, adaptándolo a los tiempos presentes.  Un experimento similar hizo Marvel al crear su universo Ultimate con versiones modernizadas de sus superhéroes, lo que realizó a partir del año 2000.   Tanto en los casos de DC como en Marvel, estos “experimentos” fueron un éxito y le insuflaron nueva vida a sus historietas. 
    Todo lo anterior, a raíz del reciente estreno del remake de un filme de 1990 y que para muchos (incluyéndome) es considerado una obra maestra del cine de ciencia ficción: Total Recall, conocido en Latinoamérica como El Vengador del Futuro, filme protagonizado por Arnold Schwarzenegger en pleno auge de su carrera y dirigida por Paul Verhoeven, quien ya antes había destacado con Robocop y luego haría otros filmes tanto elogiados como criticados, tales como Bajos Instintos, Tropas del Espacio y El Hombre sin Sombra (la verdad es que siempre su fuerte fue la ciencia ficción, bajo una mirada bastante violenta, claro).  La cinta a su vez estaba basada en un cuento del escritor del género Phillp K. Dick, siendo al parecer la primera de una cantidad considerable de obras inspiradas en sus fantasías paranoides: Podemos Recordarlo por Usted al Mayor.   El filme contó también con el histrionismo de grandes actores, que apoyaron el por lo general pobre desempeño dramático de su protagonista, destacando Sharon Stone y Michael Ironside.  Por otro lado, aparte de los increíbles efectos especiales que incluso hasta nuestros días siguen maravillando, la cinta tuvo una inolvidable banda sonora a cargo de Jerry Goldsmith, aclamado compositor que aquí hizo un tema central realmente magnífico.   El guión de la historia estuvo a cargo, entre otras personas, por los creadores de Alien: Dan O´Bannon y Ronald Shusett.  Por último, esta película ganó varios premios y fue todo un éxito de taquilla.
   Sin querer contar la historia, pero sí dar sólo unos cuantos detalles para entusiasmar a quien aún no ha tenido el gusto de verla, ésta cuenta sobre un hombre que decide usar los servicios de una empresa capaz de implantar recuerdos falsos en uno.  Es así que para hacer más interesante su monótona vida, opta por la opción en la cual le hacen creer que es un espía que vive en el planeta Marte.  Sin embargo al hacer uso de esta memoria implantada se da cuenta que su verdadera identidad es similar a la de su yo falso; por lo tanto se ve involucrado dentro de una gran confabulación por la cual su vida peligrará más de una vez.  Durante su aventura, además conocerá a unos cuantos personajes extravagantes, verdaderos mutantes que llegan a acaparar toda la atención.
   Por cierto, las premisas con la que parte esta historia, la de un hombre que se somete a un recuerdo falso donde vive extraordinarias aventuras y luego descubre que en realidad esa memoria es la real, mientras que toda su vida anterior fue una tapadera para escapar a sus enemigos, con el posterior nuevo enfrentamiento a estos, ya había sido abordado en un famoso manga y luego en su versión en animé, llamado Cobra de Buchi Terasawa.  El cómic data de 1978, mientras que su primera película y luego serie de televisión (ambas animadas) de 1982.  Ahora bien, el cuento de Phillip K. Dick fue publicado en 1966, por lo que Terasawa lo había leído y gracias a ello se inspiró para crear a su famoso y carismático personaje.  De este modo se podría considerar que estas versiones (el manga y el animé) fueron en verdad las primeras adaptaciones de la obra del escritor.
   Frente a un largometraje como éste y al saberse que se estaba haciendo un remake, para quien vio especialmente esta obra por los años en que se estrenó, repitiéndosela de vez en cuando con el devenir de los años, puede resultar muy entendible resistirse a la idea de una nueva versión.  Más de uno se habrá preguntado si un filme “perfecto” como éste ameritaba ser revisado y actualizado ¿Son 22 años tiempo suficiente para realizar una nueva versión? ¿Se podría superar la labor ya hecha y es más hacer algo mejor que lo ya conseguido?  Pues había que esperar no más a que se estrenara este remake.
     La nueva versión se estrenó tan sólo el 3 de agosto en USA y al poco tiempo después en Chile.  Su director fue Len Wiseman, responsable de la mayoría de las películas de la saga de Underworld, entre otros filmes.  En los protagónicos, está Colin Farrell, con Jessica Biel y Kate Beckinsale, entre otros.  Para la música se contó también con un destacado compositor, como en el filme original, siendo esta vez Harry Gregson-Williams el responsable de acompañar las futuristas imágenes llenas de acción desde principio a fin. Ahora bien, Colin Farrell  es mucho mejor actor y mucho más guapo que Arnold Schwarzenegger, habiendo hecho películas en casi todos los géneros posibles (quizás sólo le falta hacer una de artes marciales …y una porno, siendo este último caso algo que de seguro a más de una seguidora y un seguidor suyo le gustaría ver y tener) y ya antes había protagonizado un remake con Noche de Miedo, haciendo de vampiro; a su vez, si en el filme de 1990 Sharon Stone era la belleza femenina que se “robaba la película”, a falta de ella en este caso, acá tenemos dos.  Para ser justos con esta película, bien se podría decir que este Vengador del Futuro más que un remake de la obra anterior, es una nueva adaptación del cuento de Phillip K. Dick, ya que la versión de Wiseman brilla por sí misma.  Si el trabajo de Verhoeven y compañía ya era una delicia para los sentidos y en especial para los amantes de la ciencia ficción, ésta última cinta no deja de serlo: la película no para de entregar momentos de acción adrenalínica y la ambientación (apoyada por los efectos especiales) es tan cuidada y artística, que en realidad pareciera que estuviésemos viendo la imagen de un increíble futuro. 
    Pero lo más destacado de este largometraje, es que respecto a la película de 1990 si bien mantiene como pilar la idea central del guión, en todo el resto posee sus propias líneas argumentales, alejándose en esto bastante de la primera adaptación del cuento (como no lo he leído, ignoro cuál de los dos filmes es el que respeta más el texto original).  Es así como en este último caso la trama sucede en la Tierra y no hay vestigios de una civilización extraterrestre y mucho menos de los mutantes, lo que ya la diferencia en gran parte de la primera obra.  No obstante la película actual se permite hacerle uno que otro “homenaje” o guiño a su predecesora: Por ejemplo, resulta difícil para el espectador del filme clásico olvidar a la mujer de tres pechos…pues aquí también aparece una con esta especial anatomía y cuando lo hace afirma que para disfrutar su compañía, sería necesario tener tres manos, lo que resulta una alusión indirecta a otro personaje de la película de Schwarzenegger; a su vez el personaje de Colin Farrell para engañar a quienes van tras él, vuelve a usar un artilugio sobre su cabeza que lo hace cambiar su fisonomía, si bien en este caso corresponde a un holograma, mientras que el otro era una sofisticada máscara; la memorable escena en la que el protagonista de la película descubre gracias a una gota de sudor de su interlocutor que no está dentro de un sueño, acá se repite con sus correspondientes diferencias, pero ahora es gracias a una lágrima que Colin Farrell salva otra vez su vida; por último, como ya se ha dicho, esta obra sólo transcurre en nuestro planeta, no obstante en al menos dos ocasiones se hace referencia al llamado Planeta Rojo: primero cuando al personaje principal le ofrecen una memoria falsa de espía en Marte y luego cuando se observa una publicidad de viajes a este lugar.
   Luego de todo lo comentado y hasta cierto punto analizado, bien podemos darnos cuenta que “remake” no necesariamente tiene que ser sinónimo de “más de lo mismo” y de falta de originalidad, puesto que a la larga una nueva versión de un clásico demás que puede entregar sus propios aportes, ya que una obra de arte nunca deja de inspirar a otros para crear a su vez sus propios trabajos (si no recordemos las distintas versiones del Don Juan, desde el de Tirso de Molina, pasando a los de José Zorrilla, Moliere, Lord Byron y muchos más); además hoy en día lo que hay son variantes de los mismos tópicos, leiv motivs y temas, ya que hace rato que todo resulta ser una reinterpretación de los mismos arquetipos; por lo tanto plausible resulta ser el lograr darle a estas ideas nueva vida.   En este caso, el filme de El Vengador del Futuro de este año demás que cumple con lo afirmado en este párrafo y merece ser visto sin prejuicios de puristas.

domingo, 14 de octubre de 2012

El Arte de leer…en el Baño (u Oda en Prosa/Panegírico de la lectura de baño).


    Para todos quienes de seguro entenderán tanta “parrachotada” mía en estas líneas y en especial para mis amigos con quienes comparto de este mismo fino arte que menciono arriba.

    Durante mi adolescencia, cuando estaba entre tercero y cuarto medio, mi papá me daba una mesada, aparte de los doscientos pesos que me entregaba para el colegio de lunes a sábado.  Eran cinco mil pesos (para mí toda una fortuna en aquel entonces), que no dudaba en gastármelos de inmediato en nuevos libros para mi colección y por lo general leerlos altiro.  A veces le preguntaba a mi mamá que cuándo me regalarían ropa nueva: “¡Ponte los libros en las patas!” me dijo más de una vez, quien suponía era una mejor inversión ropa y calzados que un libro.  Para cuarto año medio, cuando me entregaron mi lista de libros de ese año en el colegio, me di cuenta que varios de los títulos ya los tenía conmigo y no se me ocurrió mejor idea que entregarle una lista de obras “alternativas” a mi papá, aprovechando que las otras ya no debía comprármelos; él nunca se enteró, claro, pero de ese modo pude tener conmigo, de los que recuerdo, Duna de Frank Herbert y El Caso de Charles Dexter Ward (mi querido papá con la gran dedicación que tenía por mí, su único hijo que amaba la lectura y sí valoraba la educación que le estaba dando, recorría todo San Diego buscando los caprichos míos).
   Es así como cuando uno le ha tomado el gusto a la lectura, aprovecha cualquier instancia para hacerlo, ya sea comenzar a leer un nuevo texto, o retomar aquello que quedó inconcluso y que nos llama a continuar disfrutando de ello.  No importa el lugar, la hora o en qué circunstancia nos encontremos (cómodamente sentados, echados en la cama o de pie, en el metro, la micro o haciendo fila en un trámite…incluso haciendo bicicleta en el gimnasio)…quien sabe lo grato que es replegarse al mundo de las letras no dudará en tomar las páginas que tiene a mano y con ello detendrá el tiempo, evitando el aburrimiento en ese gusto por lo general solitario de leer un buen libro, una revista o un cómic.
    Me acuerdo que cuando comencé a leer por iniciativa propia, al tomar la locomoción colectiva (micro en Chile) no me era algo completamente placentero, puesto que hacerlo implicaba sentir también náuseas, quizás debido al movimiento del vehículo o el ambiente enrarecido por los humos de éste.  Pero entonces me dije que no pensaba hacer de mis viajes algo tedioso, que me obligara a dejar la lectura por una simple debilidad de mi organismo: Así que decidí adaptarme y me propuse dominar mi cuerpo para disfrutar de ilimitadas horas leyendo durante mis viajes, sin tener que sentirme mal y mucho menos renunciar a mi pasión por una buena historia (puede sonar rebuscado o inverosímil, pero así fue, tuve que hacerme el propósito de superar mi propia naturaleza para conseguir mi objetivo…y lo logré).
    Si uno entonces es capaz de leer en cualquier lado y circunstancia, es obvio que no importa haya ruido alrededor, de noche y de día, en los momentos de calma o simplemente para combatir el hastío, un libro amigo o cualquier lectura hará de esos preciosos minutos u horas algo productivo y agradable para uno. 
    A veces las preocupaciones pueden venirse sobre alguien y mortificarlo con ideas poco gratas, es cuando un buen descanso a la realidad es necesario y que también el acto de leer se transforma en un bálsamo que permite evadirse de ello.  Es cuando una historia bien contada, uno u otro personaje que te cautiva con sus aventuras y desventuras (muchas veces peores que la que puedas estar pasando), te desconectan por un rato de la cotidianeidad y te otorgan la serenidad necesaria para recargarte y luego enfrentar con más energía el resto de la jornada.  Algunos rezan, van a misa y/o se confiesan, otros beben, fuman o se drogan para olvidarse de sus cuitas, hay quienes prefieren comer, dormir, charlar, hacer deporte, escribir poesía o adentrarse en el placer más inmediato del sexo para ignorar durante un rato sus malestares; de este modo cada uno escoge según sean sus gustos y posibilidades aquello que le permita hacer de su existencia algo más grato frente a la adversidad.  Algunas opciones son válidas para uno que otro, otras pueden merecer la censura en muchos casos para la mayoría, pero lo que sí es cierto, es que no todo lo que hacemos para sentirnos bien es en verdad algo que nos otorgue un beneficio real y que con el tiempo su efecto positivo sea verificable.  No obstante cuando optamos por la lectura para paliar nuestro espíritu mancillado (y quisiera también incluir acá a cualquier otra manifestación artística que podamos gozar como receptores), no sólo podemos lograr  con ello la tan ansiada escapatoria de lo que nos tiene tensos, pues aparte de conseguir relajarnos y hasta entretenernos, bien puede ser (y seguro les ha pasado como a mí), que en medio de la lectura tengamos una epifanía y con ello encontremos la respuesta que nos permita solucionar aquello que nos tiene mal; puede ser también que simplemente lo que leemos nos haga reflexionar, nos permita hacer un examen de conciencia o para ser más claro, en medio de la lectura nos encontremos con alguna clave que haga que nos iluminemos y ese conocimiento vaya en beneficio de nosotros mismos.  Particularmente en mi caso siempre he dicho leo para divertirme y no me da asco ello, puesto que además soy un ferviente defensor de la concepción del arte por el arte, ya que para mí y para muchos la única justificación de éste es la belleza misma que produce su contemplación; ahora bien, si esa obra de arte le permite a quien la disfruta sacar algún otro provecho que vaya más allá del simple acto del gozo estético, bien por uno y por el artista, quien también ha logrado con su trabajo plasmar sus ideas y propósitos a tal punto de impactar en el corazón de sus destinatarios.  Por todas estas razones, una buena lectura siempre será uno de los mejores remedios para el alma.
    Es entonces cuando por fin me permito llegar al nombre que le he dado a este “ensayo”.  Si el acto de leer es algo que implica que uno lea y lea apenas tenga tiempo, entonces encontrar un buen lugar para hacerlo a gusto y sin interrupciones es lo ideal para ello (como cuando lo hacemos en la comodidad de nuestra cama, el sillón favorito que tenemos o en el pleno locus amoenus de un refrescante parque, sobre el pastito del campo o mientras disfrutamos de la brisa marina en la playa).  No obstante cualquiera de estos lugares puede significar que alguien puede llegar a nuestro lado para interrumpirnos y sacarnos de la forma más “violenta” del viaje interior que realizamos, gracias a ese autor que ya nos lleva un buen rato seduciéndonos con sus palabras. Por esta misma razón es que veces nos “fugamos” hacia cualquier sitio para que nadie nos moleste y podamos dedicarnos al ocio de la lectura a nuestra anchas; sin embargo siempre habrá uno que otro elemento que pueda ser distractor durante nuestro periplo lector. 
    Los reyes y monarcas de la antigüedad, de los mitos y de los relatos maravillosos de la fantasía épica contaban con sus tronos para desde su lugar en ellos, controlar todo lo que estaba bajo su poder y así ordenar a su gusto el mundo que dependía de ellos (y con sus espaldas y traseros bien descansados en medio de los muchas veces púrpuras almohadones reales) .  Hoy en día quedan unos cuantos reyes, pero ya no son como los de estos mundos de antaño y los dignatarios de la actualidad son una pálida sombra de estos, ni siquiera los más poderosos, ni los más autoritarios, como los dictadores que quedan por ahí y que piensan que desde su lugar pueden hacer y deshacer a su antojo.  Puede ser que nosotros, simples mortales que a lo más tenemos poder sobre nuestras vidas (y eso hasta cierto punto no más), no seamos ni reyes, ni príncipes, sin embargo si contamos con un “trono” para sentirnos dueños de lo que tenemos a mano y allí depositar nuestra humanidad y por un rato (la extensión del tiempo aquí dependerá de cada uno según sea su necesidad y/o disposición) refocilarse en el simple, pero gratificante acto de estar a solas con uno mismo y su conciencia sentados en la taza del baño.  Entonces es que sentado en el water (como nos gusta llamarle “cariñosamente” a los chilenos) uno se deja llevar y ante nuestra naturaleza que nos hace buscar un lugar aislado para hacer aquello que nadie más puede hacer por nosotros, nos permitimos dedicarnos a una que otra actividad complementaria:  hablar por celular, cortarse las uñas, completar un puzzle, sodoku u otro juego similar, llevarnos el gameboy (o la consola minúscula que hoy en día esté de moda), incluso escribir a la par que disfrutamos del acto original que nos ha hecho cerrar la puerta del baño o sólo retirarnos a la reflexión pura como filósofos de ocasión; no obstante el baño es quizás el mejor lugar y momento para llevarse consigo aquella lectura interrumpida por nuestra obligaciones, puesto que sólo ahí sabemos que nadie querrá acompañarnos y gracias a ello se podrá estar en paz consigo mismo (bueno, no falta quién insiste en llamarnos desde fuera o golpea la puerta con insistencia, sin embargo, como somos dueños absolutos entonces del cubículo, basta con hacerse el tonto y no abrirle la puerta a nadie). 
    Sentados en el baño podemos pasarnos todo el rato del que dispongamos para la tarea de la lectura; el mismo cuerpo se dispone a acompañar con el placer físico, el placer de corte más intelectual y sublime que significa ahondar en el libro que tenemos en nuestras manos, la revista, el cómic o simplemente el diario que llevamos con nosotros cuando cerramos el pestillo y nos sentamos en nuestro trono amigo.  Para muchos este simple, pero significativo acto es todo un rito: hay quienes como yo al borde de terminar un libro decidimos hacerlo en los “sacros aposentos” de la higiene personal, de modo que en conjunto con el final del proceso orgánico respectivo, también decimos adiós a ese texto que nos acompañó con toda su dignidad… ¡Y entonces salimos del lugar con la convicción de que se ha cumplido con otra etapa y que nos espera una nueva aventura con un libro más, el que de seguro también será gozado en la incomunicación de nuestro lugar preferido!  Por esta misma razón es que a la par que muchas veces se terminan lecturas en el baño, por igual se comienzan muchas, ya que no hay cómo este sitio para poder estar concentrados en tan grata labor.
    Así es como la lectura de baño es para cada uno de los amantes de las letras, la mejor excusa y medio para dedicarnos a este placer sin tener que darles cuentas a nadie por lo que hacemos.  Por esta razón esta relación baño-lectura bien que se merece ser reconocida como una de las mejores excusas para sentirse a gusto solitariamente.  Mi comadrita Ledda me contó que mi ahijado Sebita un día salió llorando de este sitio y ella preocupada le preguntó qué le pasaba “Es que adentro me acabo de terminar de leer La Tregua” (de Mario Benedetti) le contestó.  Pues este hecho me demuestra como pocos que tan excelso acto es una verdadera regla de la vida, puesto que pareciera que la lectura solo podría completarse y apreciarse como tal si el lector bien tiene dónde realizar a sus anchas tal acción.
     Uno bien puede tener sus hábitos en el arte de leer en el baño y ello bien es plausible o como mínimo digno de consideración.  Mi querido amigo Marcelo López vez que me visita y pasa al baño para “perderse” un buen rato,  acostumbra sacar un libro o cómic de mi colección (si bien siempre anda con su propia lectura a mano) para echarle un vistazo y en una de esas si engancha, más adelante hacer una verdadera revisión de ello (yo mismo hago esto cuando estoy en casa de otros lectores y bien que me resulta provechosa esta “investigación previa” de cuáles podrían ser mis próximas adquisiciones).  En cambio gente como mis amigos Jorge Canales y Pabla Ibaceta, mantienen en sus respectivos toilettes uno que otro libro para sólo allí disfrutarlo, de modo que con mayor razón el rito de la lectura de baño se hace más apreciado ante estos encuentros literarios en los que lector y libro sólo se hayan juntos en dicho lugar.
    Nadie más que quienes hemos logrado enganchar con el mundo de la literatura especialmente, podemos saber lo que en realidad significa disfrutar de un buen libro (o cómic) y es por eso que siempre se agradecerá de poder dedicarse a ello apenas se pueda.  Si no se ha llegado a descubrir lo maravilloso que es esta experiencia de lectura y de literatura respectivamente, es imposible lograr transmitir tan loable sensación.  Uno puede explayarse de la forma más racional o poética posible, dando los mejores argumentos para lograr cautivar al otro ensalzando el noble arte de la literatura, pero a la larga es cada uno quien debe tener por si mismo la experiencia de ser seducido por ello; luego entonces, quizás, entender a cabalidad lo que decimos y compartir recién la dicha de un buen libro en nuestra disposición.  Incluso en mis más de diez años enseñando literatura, sólo puedo motivar a mis alumnos a acercarse por su cuenta a la lectura, puesto que aquí que yo (y otros profesores) sólo puedo crear el interés y nada más, pues el que debe tomar la decisión y envalentonarse es el posible nuevo lector (uno no más les abre una nueva puerta en su camino, pero si nadie entra por ella, ésta no ha cumplido con su propósito).  Es como a algunos les pasa, por ejemplo, con el fútbol (entre los que me incluyo): no puedo llegar a dimensionar, ni comprender su poder obnubilador si nunca ha conseguido seducirme; de este modo si la lectura no logra entrar en tu corazón y remecer con ello tu propio intelecto, nunca sabrás lo que significa ser feliz al apreciar la creación literaria.  Tal como ayer les comentaba en su casa a uno de mis “matrimonios favoritos”, Vale y Nelson, y al resto de los presentes, deporte y arte son dimensiones completamente diferentes, no obstante no voy a negar que quienes se recrean con ellos sólo pueden hacerlo porque poseen una historia personal y significativa con estas manifestaciones de nuestra humanidad.
     Teniendo en cuenta las palabras de arriba, quiero terminar este texto que me parece ya se ha extendido más de la cuenta y espero no se haya hecho tedioso, como que también ojalá se comprenda su sentido; puesto que con lo que digo al final del párrafo anterior y a manera de colofón, quisiera contarles una anécdota que me pasó tan sólo este viernes cuando venía de hacer clases en una empresa.  Obviamente lo que les voy a contar tiene relación con la reflexión de más arriba:
    Con el objetivo de tomar locomoción para venirme a mi casa y por fin descansar,  iba todo radiante aún sin salir del lugar al que había ido, cuando un tipo muy alegre con esa típica chispa picaresca que nos caracteriza a nuestro pueblo me para y toca el libro que llevaba en una de mis manos (El Temor de un Hombre Sabio de Patrick Rotfuus, inmenso volumen de más de mil páginas que gracias a la Niña Mary y a Ipo disfruto ahora).
    - ¡Shist….! ¿Acaso te están castigando?- Me dijo, con evidente admiración por el tamaño del tomo.
    - Pues para nada.
    - ¿Y de qué se trata?
    - Pues de un mago y todo lo que le pasa en su vida.
    - ¡Ahhhhh!-
    Era evidente que estaba frente a alguien que no era un lector y para quien el sólo hecho de pensar en leer algo así, era una tortura; a diferencia de gente como nosotros, para quienes resulta ser una de las más grandes maravillas de nuestra existencia.
    No le dije nada más, mi interlocutor tampoco dijo otra cosa, pero me habría gustado despedirme diciéndole lo siguiente:
     - Un libro nunca es un castigo, al contrario, siempre es la mejor oportunidad para que uno crezca como individuo y llegue a ser mejor persona de lo que era hasta antes de tenerlo consigo.- ¿Cursi tal vez? Puede ser, mas es lo que pienso al respecto de todo corazón.
      Si bien no volvimos a hablarnos, si me fui con una sonrisa dibujada ante la ocurrencia del tipo que, lástima, quizás nunca sabrá lo que se estaba perdiendo.



domingo, 7 de octubre de 2012

Choque de Voluntades, Choque de Reyes.


     Choque de Reyes corresponde a la segunda novela de la famosa saga de fantasía de George R. R. Martin que lleva como título genérico Canción de Hielo y Fuego.  Este libro data de 1998 y los sucesos que se narran en él transcurren inmediatamente después de los correspondientes al primer libro de la saga, Juego de Reyes.   La novela ganó dos importantes premios: El Premio Locus en 1999 a la Mejor Novela de Fantasía y el Premio Ignotus en 2004 a la Mejor Novela Extranjera.  A su vez este libro ha sido adaptado dentro de la segunda temporada (de tan sólo este año) de la serie de televisión Juego de Tronos de HBO y que es la versión audiovisual del fabuloso mundo creado por Martin.
    La historia transcurre inmediatamente después de los eventos del tomo anterior, de modo que el lector va descubriendo que pasó con sus personajes favoritos, en especial con aquellos donde el narrador se detuvo en el primer libro para contar sus propias odiseas y mostrar en distintas partes de este mundo ficticio cómo los eventos se iban desenvolviendo y relacionándose entre sí.  De este modo los distintos capítulos de esta extensa novela mucho mayor que la anterior (sobre las ochocientas páginas) retoman a todos sus héroes (salvo el que murió en el libro anterior, claro); a su vez suma dentro del relato el punto de vista de dos nuevos personajes, uno que en el volumen anterior fue un secundario y que acá toma gran relevancia, y otro completamente nuevo y gracias al cual se lograrán conocer los sucesos ligados a otros de los reyes en conflicto por conseguir el preciado Trono de Hierro y el poder absoluto.
    Considerando las últimas palabras del párrafo de arriba, el título de esta entrega, hace relación a que luego de la muerte del rey Robert Baratheon, más de un hombre poderoso se disputa el honor de ser su correspondiente sucesor, lo que provocará una guerra civil.  Por un lado en el mismísimo Desembarco del Rey, se encuentra el hijo mayor del Rey Robert, Joffrey, a quien debiera corresponderle por derecho de nacimiento la corona, sin embargo como ya muchos saben, no es el verdadero hijo del monarca fallecido, por ello usan tal conocimiento para oponérsele; a su vez los dos hermanos sobrevivientes de Robert, Stannis y Renly reclaman cada uno su lugar en el Trono de Hierro.  En tanto desde las Islas de Hierro, hay otro pretendiente al poder, quizás el más egoísta y con menos derecho para obtener el bien codiciado.  Desde el Norte, Robb ha sido coronado  rey de la zona, pero sus propósitos no son los de gobernar todos los Siete Reinos, si no que se contenta con liderar con justicia sus tierras, sin embargo ante la guerra civil que se avecina, debe tomar bando y enfrentarse con quienes les es imposible dialogar.  Tampoco se puede olvidar que desde las lejanas tierras del Oeste se encuentra Daenerys, quien se sabe en algún determinado momento volverá a reclamar el trono supuestamente usurpado a su familia.  Por último tras el Muro, se sabe de un rey que quiere cruzarlo, por lo que bien sus propósitos pueden empeorar la sitiación.
    Por otro lado, en los cielos se ha comenzado a ver un cometa rojo y el cual en cada una de las partes donde transcurre el libro, es considerado como una señal a favor según el beneficio de cada bando que la interprete.  Este fenómeno que igual posee su carácter ominoso, acentúa el ambiente más intrigante que poseerá Choque de Reyes y donde en cada lugar se encuentran fermentando los sucesos que terminarán por devastar la paz que hasta antes de la muerte del rey Robert prevalecía aún.
    El autor nos regala en este segundo volumen de su famoso ciclo, muchos más eventos de corte sobrenatural y mágico, puesto que a la vez que en los llamados Siete Reinos la guerra comienza, en el Este, donde la última de los Targaryen vive, la magia perdura más que nunca y eso se ve en las aventuras que le toca vivir a Daenerys en su búsqueda de apoyo para recuperar el trono que piensa injustamente se le quitó a los suyos.   Este cariz más fantástico parte ya con el Prólogo del libro, donde como en el caso de Juego de Tronos, se presenta la idea de que el mundo sobrenatural no ha desaparecido, tan sólo se ha replegado a sí mismo para salir en cualquier momento e irrumpir en la vida de los mortales aún a costa de revolucionar toda su existencia.  Sin embargo en los dos Prólogos, estos primeros chispazos se encuentran más bien ligados con las fuerzas de la oscuridad y del mal, aún cuando se sabe que también lo mágico se presenta como una manifestación de las fuerzas de la naturaleza que necesariamente no tienen por qué ser malignas.
    Se observa también la predilección del escritor hacia los personajes de Aria y Tyrion, justamente los dos personajes que junto con la misma Daenerys, se mostraron en el primer libro los más heroicos por el simple, pero significativo hecho, de que en su carácter de ser los tomados menos en cuenta por quienes los rodean (y en su deseo de superar sus propias circunstancias), logran encumbrarse más que nadie ante la adversidad.  Por lo tanto Choque de Reyes comienza con un primer capítulo sobre Aria, tratándose la mayoría de ellos sobre la hija menor de los Stark, lo mismo que con Tyrion (si bien el Prólogo se encuentra ambientado en otro lugar, presentándonos a Davos, uno de los nuevos personajes de la saga que tomará preeminencia y a quien se le dedicarán unos cuantos segmentos en este volumen); en tanto este libro a lo más tiene cinco episodios dedicados a Daenerys y bien separados entre sí.
    La violencia también a veces pareciera cobrar mayor fuerza en esta obra, no obstante ésta más que ser tan gráfica como en el caso de la obra anterior, aquí es más bien implícita y eso quizás es lo que la hace aún más visceral.  Tal y como en las tragedias griegas, muchos hechos sanguinarios que ocurren, se cuentan como que ya pasaron y de este modo no ocurren “frente a los ojos” del espectador; sin embargo saber cómo la crueldad humana es capaz de victimizar tanto a niños, como a mujeres, y a ancianos como a hombres adultos indistintamente, hace que este libro a veces haga que uno no ceje de sorprenderse y sienta repulsión ante tanta bestialidad.
    Entre otras cosas, el libro nos da dos pequeños, pero más que interesantes datos. Nos cuenta, si bien de forma breve, el pasado de dos de los personajes más llamativos de la obra: Jorah Mormont, la mano derecha de Daenerys en el Este y Varys, el eunuco jefe de espías de Desembarco del Rey.  Sus historias pese a no ser contadas con la extensión que se quisiera, aportarán importantes detalles para comprender la psicología de estos y puede que en los libros que le sucedan, tomen mayor notabilidad.
    El hecho de que haya su correspondiente progresión en los eventos de esta guerra, que acá ya es un hecho, tras la muerte del rey Robert Baratheon, permite que los protagonistas de Juego de Tronos vayan cada vez más separándose entre sí y con ello vayan llegando a nuevos lugares que en algunos casos, antes sólo habían sido mencionados; de este modo la narración se detendrá en describir ahora estas zonas, tanto exóticas como impresionantes en su configuración geográfica y étnica.  Todo ello permitirá a la larga crear un mundo cosmopolita y heterogéneo, con lo que los hechos se irán acomplejando aún más y así creándose más la idea de que se está produciendo una verdadera revolución que poco a poco se irá tornando más y más increíble.    Cada personaje en el que el narrador se detiene para contarnos su propia aventura, será para nosotros un guía a la hora de mostrarnos cómo se encuentra realmente configurado el universo de Canción de Hielo y Fuego.
    En pocas palabras y para no dar mayores detalles acerca de los sucesos del libro, esto es lo que se puede decir sobre cada uno de los personajes principales del tomo:

  • Catelyn: Para ser un personaje que debido a sus fuertes prejuicios, quizás pudo resultar odioso en parte durante el libro inicial de la saga,  acá logra redimirse más que nunca.  Es enviada por su hijo Rob a hacer de mensajera ante Renly Baratheon, el hermano menor del extinto rey Robert,  y lograr uno que otro acuerdo; todo esto significará para ella una participación inesperada dentro de los eventos apoteósicos que se están precipitando.
  • Sansa: Otro personaje que en su carácter poco heroico pudo bien resultar odioso en su especial configuración durante el texto que precede a éste.  Sin embargo tras los hechos del final de Juego de Tronos, ésta logra madurar a tal punto que su actuar será digno de una hija de su padre, Stark, manteniendo la dignidad ante las injusticias que le toca vivir en medio de Desembarco del Rey.
  • Arya: Como ya se ha comentado antes, la hija menor de Eddard y Catelyn, resulta ser uno de los personajes más queridos y mejores de la saga.  Esta niña pequeña con el corazón de un león (¿O de un huargo?) vivirá a lo largo de casi novecientas páginas, algunas de las experiencias más extraordinarias, maravillosas, como aterradoras del libro.  A su vez a lo largo de su periplo, Arya llega a conocer a individuos en verdad increíbles, muchos de ellos aliados, de gran atractivo para el lector y con personalidades bastante llamativas.
  • Brandon: Al dejar Invernalia Rob, el pequeño y lisiado Bran se queda a cargo de la zona, llegando a tener que tomar decisiones de adulto, pese a su escasa edad (si bien no está solo y cuenta con el consejo y la compañía de un importante grupo de gente y amigos).  Es durante sus capítulos que el elemento sobrenatural destacará bastante, en especial en su propia persona.
  • Jon: Toda su aventura sucede tras el Muro, junto al resto de la Guardia de la Noche, mientas él y los suyos buscan huellas de sus compañeros perdidos y además tratan de saber qué se teje con los planes del llamado “Rey-más-allá-del-Muro”, quien al parecer desea atacar el Norte y al resto de los Siete Reinos.   Pese a todos los eventos de gran importancia que se están incubando tras el Muro (un mundo completamente distinto y misterioso al de los Siete Reinos), puede ser que los capítulos de Jon en esta segunda entrega de la saga, no sean ni los mejores, ni los más entretenidos.
  • Tyrion: El único Lannister que despierta simpatía y admiración, cada vez sobresale entre los demás, así como va transformándose en un individuo heroico (pese a la propia imagen que posee de sí mismo, como la que tienen de él quienes lo infravaloran).  Al final de Juego de Tronos su padre lo envía a Desembarco del Rey para tomar el cargo de Mano del Rey, puesto que no confía  en el buen desempeño del adolescente rey Joffrey, ni mucho menos en su madre, la reina regente, Cersei.  Tal como se propone desde un principio Tyrion al llegar al lugar, acude con la idea de “hacer justicia”, puesto que bien sabe lo crueles que pueden ser sus familiares con los inocentes.  Tyrion hará hasta lo imposible para salvaguardar la cordura y la benevolencia en la zona.  Llama la atención el hecho de que en medio de su cruzada, llega a tener un singular apoyo de  parte de Varys, si bien ambos no confían completamente el uno en el otro (los dos son seres que a los ojos de muchos son parias y de aspecto poco grato a los ojos, personajes de temer debido a su astucia, por lo tanto esta semejanza entre ambos los hace verse como curiosos compañeros de camino).
  • Daenerys: Si bien el libro anterior culmina con los increíbles hechos en los cuales ella es la principal protagonista, en este segundo tomo casi pasan doscientas páginas para que recién tenga su primer episodio en él.  El capítulo comienza con ésta y su escaso séquito buscando sobrevivir y conseguir apoyo.  Al llegar a un pueblo fantasma, más bien desolado, los acontecimientos tomarán un camino insospechado para ésta, cuando tres extraños personajes lleguen a ella pidiendo conocer a la “Madre de los Dragones”.  Una vez producido este encuentro, la suerte de la última de los Targaryen pareciera mejorar, al ser llevada junto a su grupo a la majestuosa ciudad de Qarth, donde más de una aventura le aguarda.  Esta ciudad pese a ser un gran centro comercial, posee más magia de lo que hasta el momento se ha visto en los dos libros y es allí que Daenerys debe enfrentar con valentía y sabiduría las tentaciones del poder fácil.
  • Davos: Uno de los nuevos personajes del ciclo que desde el principio llegan a ser gratos al lector, si bien los capítulos dedicados a él apenas llegan a los cuatro o cinco en total.   Davos fue un contrabandista del mar cuya ayuda fue esencial para la subsistencia de Lord Stannis Baratheon y los suyos durante un cruel asedio en el cual si no fuese por su cargamento de cebollas traído en sus barcos, la gente habría muerto de inanición; este hecho le otorgó el agradecimiento del futuro rey que reclamaría el derecho de sucesión para reinar desde el Trono de Hierro, Stannis, el mayor de los tres hermanos Baratheon, quien además le concedió el título de Ser y a su vez lo transformó en su hombre de confianza.  Sin embargo, Stannis en su dureza, pese a concederle tales honores, lo castigó antes por sus supuestos crímenes de contrabandista y le mandó a cortar los dedos de una de sus manos.  Ante estos dos hechos, Davos tomó como emblema de su casa una cebolla y fue conocido por todos como el Caballero de la Cebolla; por otro lado, tomó la decisión de llevar en una bolsita colgando de su cuello los huesos de sus dedos a manera de amuleto.  Davos es un hombre sencillo, dado a la reflexión.  En esta novela no participa de los acontecimientos mayormente de forma directa y activa, si bien oficia como un excelente testigo de los hechos que ocurren a su alrededor, gracias al cual el lector se puede hacer un visión bastante completa de quién es realmente el mayor y menos querido de los hermanos Baratheon. 
  • Theon: En el primer libro fue un personaje secundario al que apenas se le caracterizó y del cual apenas se sospechaba qué rumbo tomaría con el devenir de los acontecimientos.  Theon Greyjoy es el hijo menor de la casa dominante en las llamadas Islas de Hierro, gente caracterizada por su actitud belicosa y salvaje.  Por años Theon vivió como pupilo de los Stark, donde se le trató con amor e hizo muy buena amistad con el propio Robb, el ahora “Rey desde el Norte”.  La verdad es que Theon fue llevado de niño a Invernalia a manera de rehén para asegurar la lealtad de su peligrosa gente a los Siete Reinos.  Confiando en las buenas intenciones de Theon, Robb lo envía de vuelta a su original hogar, sin embargo Theon tiene sus propios planes y ello bien puede significar más de una traición.  Como el resto de su familia y la mayoría de los guerreros de su calaña, Theon es un hombre sediento de poder, sanguinario y sin escrúpulos.

     Aparte de los personajes principales mencionados arriba, existen unos cuantos que bien merecen que uno se detenga en ellos para dar unos cuantos datos sobre su papel dentro del libro:

  • Melisandre: La “Sacerdotisa Roja”, una mujer de pelo carmesí, imponente y siniestra que ha conseguido ser tomada en cuenta por nada menos que el hermético Stannis y su esposa.  Esta mujer sirve al dios R´hllor, el Señor de la Luz y quien al parecer no es tan benigno como se supondría una deidad con ese título.  Melisandre domina la magia con desenvoltura y se nota en ella a una persona manipuladora y malvada.
  • Gendry: Conocido como “El Toro”, es un adolescente inmenso, musculoso y guapo que tiene la “suerte” de ser el único de los hijos “bastardos” del extinto rey Robert, que logró escapar a las purgas de Cersei.  Es llevado en el mismo grupo donde va Arya hacia el Muro para salvarle la vida.  Había salido brevemente en el primer tomo de la saga, pero como personaje lograr brillar por sí mismo en esta segunda parte.  Se convierte en un gran amigo de Arya y se insinúa que se siente atraído amorosamente por ella.  Es aprendiz de herrero, poseyendo grande dotes para esta labor.  Pese a su aspecto imponente, es alguien dulce y protector.
  • Pastel Caliente: Niño gordo de orígenes muy humildes que fue aprendiz de cocinero, hasta que se vio “obligado” a unirse al grupo de Arya.  Su primer encuentro con ésta no fue el mejor, puesto que la amenazó y al final salió perdiendo.  No obstante su verdadero carácter es mucho más agradable, si bien es un niño cobarde.  Se convierte en otro gran amigo de la menor de los Stark.
  • Jaqen H´ ghar: Uno de los tres prisioneros peligrosos que son llevados encadenados por el Guardia de la Noche Yoren para llevarlos al Muro.  Jaqen es descrito como un hombre cuya increíble belleza y encantadora sonrisa van a la par con sus dotes de gran asesino.  Acostumbra a hablar sobre sí mismo en tercera persona.  Lo hechos fortuitos hacen que tenga una gran deuda de honor con Arya y será así como en el último de sus encuentros con ésta, Jaqen le haga más de una inesperada revelación.
  • Asha: La hermana de Theon es tanto una mujer hermosa, como además belicosa guerrera de las Islas de Hierro, por lo que es alguien de temer.  Ostenta ser la verdadera heredera de sus tierras, luego de que su hermano fuera llevado a Invernalia y por ello ya no le correspondería ya el derecho a tal título, por lo que tiene con él grandes confrontaciones.  Su reencuentro con Theon es lejos uno de los mejores momentos del libro.
  • Brienne de Tarth: Como Asha, es una guerrera de gran valor y dominio en el campo de batalla, pero su semejanza con ésta llega sólo hasta aquí, puesto que Brienne en muchas otras cosas es totalmente diferente: En primer lugar no posee los increíbles atributos físicos de Asha, que hacen que muchos la miren con deseo, al contrario, es una mujer tan poco atractiva que muchos la llaman con ironía como “la Bella”, pese a temer sus habilidades marciales; a su vez Brienne es una mujer que pese a su aspecto poco armonioso, bien es alguien tímido y amable, poseedora de una voz de ángel.  Ama a Renly Baratheon, a quien le ofrece sus servicios como soldado y guardaespaldas.  Llama la atención esta oposición entre las dos mujeres guerreras del libro (belleza no es sinónimo de bondad, mientras que fealdad, de maldad, lo que bien ya se vio con anterioridad con los personajes hermanos de Jaime y Tyrion Lannister).  Brienne se convierte en la mejor compañera de aventuras de Catelyn Stark.
  • Qhorin Mediamano: Uno de los Guardias de la Noche que vive cuidando los Siete Reinos tras el Muro.  Jon llega a conocerlo y es elegido a cumplir junto a éste una importante misión.  Su apodo se debe a que le faltan unos cuantos dedos de una de sus manos debido a un enfrentamiento que tuvo hace años con un salvaje.  Es un alguien de aspecto señorial y grave, pero un buen hombre valiente de fuertes principios.  Su defecto físico es compartido con el ya mencionado Ser Davos, pero a ninguno de ellos lo invalida.  En la presencia de estos dos mancos se observa otra de las tantas dicotomías, oposiciones y/o paralelismos que pareciera gustar a George R. R. Martin en sus libros.
  • Meera y Jogen: Dos hermanos adolescentes, niña y niño respectivamente, que llegan a Invernalia para rendirle tributo a los Stark, siendo los herederos de Aguasgrises, un lugar que al parecer corresponde a una especie de ciudad flotante sobre las aguas.  Una vez en Invernalia, se convierten en confidentes de Bran, más aún cuando descubren las habilidades sobrenaturales de éste, puesto que Jogen posee la capacidad de tener sueños premonitorios, lo que le permitió desde un principio dilucidar que el destinos de estos tres estaba ligado,  a la par que se dice que su gente aún guarda ciertos conocimientos perdidos, los que provienen de los antiguos habitantes del Norte.  Su amistad con Bran será importantísima para los hechos que se desarrollarán y para que éste asuma por fin su destino.
  • Ser Dontos: Alcohólico, obeso y poco agraciado caballero al que Sansa le salva la vida y que por ello le ofrece su eterno agradecimiento, además de su ayuda para lograr escapar de su detención en Desembarco del Rey.  Joffrey lo degradó de Ser a bufón de la corte, hecho que aprovecha Dontos para proteger a Sansa.


lunes, 1 de octubre de 2012

La Verdad está ahí afuera: The X-Files.


   
    Cuando se trata de abordar la serie que hoy inspira mis palabras, inmediatamente hay que tener en cuenta toda la significancia que ha logrado este programa, el cual a los pocos años de comenzar a emitirse, se convirtió tanto en un objeto de culto, como en uno de los más populares de la televisión, llegando a estar considerado entre las mejores en la historia.  Es así como “herederas” de esta serie lo han sido programas tales Dark Skies, Los 4.400, Taken y más actualmente y en plena popularidad, Fringe, la que desde un principio se declaró inspirada en The X-Files, siendo que en uno de sus episodios mostró una imagen de esta misma de sus dos famosos protagonistas.
    Conocida en español como Los Archivos Secretos- X, Expediente- X o Archivo- X, fue la primera serie creada por Chris Carter, siendo la más exitosa y longeva de todas las de su autoría (ganando un montón de premios, durando 9 temporadas en total, con 202 episodios y dos películas para el cine).  Su emisión original fue en el canal de la cadena Fox, entre los años 1993 y 2002, estrenándose su último filme el 2008.
    La historia gira en torno a las aventuras de los agentes del FBI Fox Mulder y Dana Scully, a los que a medida que la trama va avanzando, se les irán sumando una montón de entrañables personajes que incluso llegarán a obtener gran protagonismo (como el trío de expertos de la “teoría de la conspiración” llamados Los Pistoleros Solitarios que luego tendrían su propia serie, aunque no con muy buenos resultados).  Mulder y Scully trabajan en los denominados Expedientes-X, correspondientes a casos extraños investigados por su agencia y a los que los medios regulares no atienden; algunos de estos casos guardan relación con archivos guardados años atrás y que fueron considerados o bien ridículos o bien misterios sin resolver.  Dentro de los sucesos que les toca cubrir, hay de todo tipo: extraterrestres, monstruos, mutantes, magia, ciencia extraordinaria, apariciones sobrenaturales, demonología y un largo etcétera.  De este modo la serie alterna entre lo claramente bizarro, las temáticas ligadas al horror mismo, sobrenatural o no, psicóptas, la ciencia ficción pura y un tema del cual este mismo programa sería su principal precursor en el tubo catódico: las teorías de conspiración.
    Fox Mulder y Dana Scully son personajes arquetípicos, de los que independientemente de su naturaleza masculina y femenina, se encuentra muy fuerte en ellos la relación de oposición y simbiosis entre ambos al referirse a sus diferentes personalidades; este contraste y complementariedad entre ambos, le otorgarán al programa su especial atmósfera.  Si bien ambos poseen una gran inteligencia, sensibilidad y heroísmo propios de los personajes de la más rancia tradición clásica, resultan ser individuos complejos que dentro de sus aspectos diferenciadores entre sí, logran una armonía ejemplificadora en su comunión como colegas.
    Mulder fue el primero de su generación en el FBI, con un prometedor futuro, pero su obsesión con los casos extraños lo convirtió en un paria entre los suyos, siendo el objeto de burla de muchos de ellos.   Hasta la llegada de su compañera al apartado cubículo de los Expedientes-X en las oficinas del FBI, trabajaba solo.  El interés de éste por los temas poco comunes entre sus pares, radica en una traumática experiencia vivida cuando tenía ocho años: estando sólo con  su hermana en casa, fue testigo de su abducción por parte de extraterrestres.  Dicho recuerdo será el motor que lo llevará a querer buscar la verdad tras tanto hecho extraordinario y en lo posible saber qué pasó en realidad con su hermana.  Por lo tanto, Mulder será un hombre abierto a las infinitas posibilidades del mundo oculto a los demás, llegando a creer sin dudas en todo tipo de fenómenos ligado a ello.  Por lo tanto de la dupla protagonista del show, Mulder representa el lado más emocional de la dupla.
   Scully en cambio es la racional y por ende, la escéptica, si bien con el correr del tiempo su mentalidad irá cambiando hasta llegar a considerar sin duda la existencia de lo sobrenatural (en especial en las dos últimas temporadas y más en cuanto a todo aquello que se refiere a lo ligado a su propia fe de católica practicante).  Es doctora forense, de modo que es quien ante los hechos que le toca investigar, da la mirada científica, aunque a veces se quede corta en sus explicaciones.  Pese a su personalidad racionalista, la fe católica en Scully es uno de sus puntos más fuertes (de este modo podríamos decir que es una representante de la filosofía escolástica, con una posición neoaristotélica que busca a través de pruebas físicas fehacientes comprobar las cosas; en tanto Mulder desde el punto de vista de la filosofía es más bien platónico al optar por una postura más idealista con respecto a cómo se enfrenta a lo extraño, si bien su actitud lejana a la creencia religiosa, pese a creer en lo sobrenatural, lo acerca más a una posición budista que le permite ser crédulo pese a su negación del ámbito teológico) y quizás por ello en contra de su carácter está más propensa a ser receptiva a ciertos aspectos relacionados con lo sobrenatural y en especial con el mundo de la fe (esto ya desde la primera temporada con uno de los mejores episodios de la serie: Más Allá del Mar); no obstante pese a su naturaleza más confiada, Mulder es más bien ateo y por ello cuando Scully ha tenido experiencias religiosas, éste se ha mostrado más bien intolerante (si bien en uno de los primeros episodios de la temporada inicial, al final del famoso capítulo Conducto, se le muestra “rezando” en una iglesia, aspecto de la personalidad de Fox que luego se omitió en beneficio de una actitud suya menos cercana a la creencia en Dios).
    Cuando Scully entra a los Expedientes-X a trabajar, lo hace para dar una mirada más “seria” a estos, al menos esa es la tarea que se supone le dan sus jefes; no obstante la verdadera intención de quienes la envían es la de desprestigiar a Mulder y a todo lo relacionado con él y los Expedientes-X mismos.  Sin embargo desde su primera misión juntos, la confianza nace y Scully se da cuenta de la validez de la cruzada de su colega, con quien llegará a tener una estrecha amistad, hasta que la relación llegue a convertirse en una de tipo amorosa.
    En medio de sus numerosas aventuras, Mulder y Scully irán haciendo una serie de aliados, como también poderosos y enigmáticos enemigos, siendo que estos últimos tienen que ver con un grupo secreto ligado al gobierno, que guarda todo tipo de datos acerca del conocimiento de inteligencia extraterrestre y otros.  De este modo la serie estará plagada de un montón de carismáticos personajes, entre buenos y malos, a los que más adelante en este texto se les irá describiendo en detalle; no obstante como mi intención a la hora de escribir sobre esta serie es la de analizar temporada por temporada también (al menos de a una o dos por artículo), a medida que estos vayan saliendo, se irán dando antecedentes sobre dichos personajes.
    Dentro de los capítulos de la serie, se encuentran los llamados de la “mitología”, que corresponden a todos aquellos relacionados con el tema extraterrestre y el complot existente para controlar la información al respecto.  La serie misma parte con esta trama central desde el capítulo piloto, lo que se va desarrollando a lo largo de las nueve temporadas.  En el primer año de emisión, los capítulos de la mitología son unitarios, como el resto de los episodios no ligados a esta trama central; pero a partir del último capítulo de temporada inicial, estos corresponderán a cada final de temporada, más el principio de cada una de ellas, incluyendo dos episodios dobles a mediados de la misma y a veces triples.  La primera película para el cine, The X-Files: Figth the Future (1998), corresponde a esta línea argumental unificadora, mientras que el último filme, The X-Files: I Want to Believe (2008), nada tiene que ver con la llamada “mitología” y resulta ser un caso más de los Expedientes y la verdad, bastante olvidable.
    Dentro del carácter de muchos de los episodios, se encuentran algunos que escapan a la ambientación más dramática y hasta terrorífica de la serie, debido a su argumento lleno de humor, que muchas veces recaía en las situaciones propias del absurdo y la autoparodia.  Este tipo de capítulos que en muchos casos correspondieron a algunos de los más célebres y mejores dentro de la serie, partió con el ya clásico Humbug de la segunda temporada, escrito por Darin Morgan ( lejos uno de los más sobresalientes guionistas del programa, quien también aportó con su trabajo en su serie hermana Millenium).  Algunas historias de bizarro humor son Inusual Suspects (capítulo nº 100), Bad Blood (la segunda historia de vampiros del programa, bastante alejada de la ambientación tenebrosa de 3, el primer capítulo que abordó este tema), Jose Chung´s “From Outher Space” (otro de la autoría de Darin Morgan y que tendría su aún superior “secuela” en Millenium) y X-Cops (¡Un cross-over ficticio con el famoso reality televisivo Cops que sigue las andanzas de policías estadounidenses).  El capítulo n° 200, inmediatamente antes del impresionante final de la serie, fue Sunshine Days y que tuvo esta especial cualidad de poseer bastante humor, siendo además un bellísimo episodio homenaje a la televisión.
    Para la séptima temporada, David Duchovny, quien interpreta a Fox Mulder, mostró su aburrimiento tras hacer tantos años la serie, de modo que para la siguiente temporada hubo dos grandes cambios: primero, el actor firmó sólo por la mitad de la temporada; segundo, se introdujo un nuevo personaje estable, el agente John Doggett (interpretado por Robert Patrick), quien al irse Mulder se convertirá en el nuevo compañero de Scully.  Lo más interesante de todo esto, es que a raíz de los sucesos ya vividos por el personaje de Scully, los papeles se invertirán y ahora será Scully la creyente, mientras que Doggett hará de escéptico.  En el capítulo 14 de la temporada, entra un nuevo y bastante carismático personaje, la agente Mónica Reyes (Annabeth Gish), quien del trío que se formará ahora, será la más cercana al mundo de lo sobrenatural y extraño, debido a su interés por ello.
    En la novena y final temporada, Annabeth Gish ya no es una actriz invitada, si no que desde la presentación del programa (que tras ocho años recién cambia su característica gráfica), comparte créditos junto a Gillian Anderson (Scully) y Robert Patrick, más Mitch Pileggi, el actor que por años hizo a uno de los personajes habituales más queridos de la serie: el Director Adjunto del FBI Walter Skinner y que durante este último año de emisión también se convierte en estable.  Toda la temporada no estuvo Fox Mulder, quien sólo regresará para cerrar la serie en los dos últimos episodios.
    Algo característico del programa fue su música, completamente hecha por Marc Snow, el cual creó un tema central electrónico que hoy en día es uno de los más famosos y reconocidos entre el mundo de la televisión (de modo que se supone cualquiera, ya sea fanático de la serie o no, lo reconocería, como sucede con los temas de Star Trek, La Dimensión Desconocida, Sombras Tenebrosas y muchos más).  A lo largo de sus nueve años y dos películas para el cine, Snow logró hacer composiciones que fueron el complemento ideal para la serie, alternando entre lo sinfónico y los sintetizadores, muchas veces ayudando a crear una atmósfera en realidad siniestra, como a veces llegando a realizar verdaderas composiciones sublimes. 
    El tema de apertura de los Expedientes- X a su vez fue acompañado por unos créditos que ganaron el Emmy y que corresponden a una serie de imágenes ambiguas como siluetas y otras apenas reconocibles que hacen alusión a lo ominoso dentro de la serie.  También se agregan las tarjetas de identificación de los personajes principales.
   Un detalle que puede resultar interesante en el programa, es que algunos de los nombres de los capítulos están escritos en idiomas foráneos al inglés, ya sea español, latín, japonés, francés, alemán u otros, lo que guarda relación con los hechos acaecidos en ellos y con un particular grupo étnico que toma protagonismo en él; así es como por ejemplo en El Mundo Gira y Agua Mala (en español en el original) se observa a la comunidad latina en Estados Unidos que quiérase o no, ha dejado su especial impronta en el país del norte.
   Considerando la atmósfera misteriosa de la serie y más encima su juego con llamadas “teorías de la conspiración”, algunos de los personajes recurrentes son llamados con un apodo que recalca su personalidad sospechosa y su relación con hechos que están vedados al dominio público (todos ellos individuos de conducta o bien reprochable, o bien ambiguos en su lealtad e intenciones).  De este modo en la serie nos encontramos con los ya clásicos Garganta Profunda, X, El Fumador (también conocido como El Hombre Cáncer), El Hombre Bien Manicurado y otros más.
Portada de uno de los cómics de la etapa de Topps Cómics.
     Tal como muchas series de éxito, el programa tuvo novelas basadas en ella, entre las que se encuentran historias originales y novelizaciones de algunos episodios, así como también cómics inspirados en el show.  Algunas de las novelas fueron escritas por Kevin J, Anderson, quien ha hecho de su carrera trabajar sobre universos y personajes ya preestablecidos en sagas famosas (como en su anterior labor en libros de Star Wars), siendo su etapa más famosa sus precuelas a la famosa saga de ciencia ficción de Duna de Frank Herbert, coescritas con el hijo de éste (y que para los puristas de la ciencia ficción son verdaderos bodrios).  En cuanto a los cómics mismos, de estos se encargó la compañía Topps Comics, alcanzando los cuarenta números; lo mejor de estas historietas, es que entre sus guionistas tuvieron a nada menos que Doug Moench, un veterano en las historias de terror del noveno arte (en cómics de Batman y Dead Man, entre otros), mientras que sus espectaculares portadas estuvieron a cargo del gran ilustrador Dave McKean (el mismo de muchos cómics de Sandman y varios trabajos en común con su creador, Neil Gaiman).  Posteriormente en el año 2008, el sello Wildstorm ganó los derechos para sacar nuevas novelas gráficas con Mulder y Scully de protagonistas, esta vez teniendo entre sus guionistas a algunos de los autores de muchos de sus mejores episodios para la televisión, como Frank Spotnitz; el éxito de esta nueva etapa, luego permitió un más que interesante crossover con el "universo" de los aterradores vampiros creados por Steve Niles en 30 Días de Noche, de la compañía IDW.
    Entre las curiosidades del programa, se puede contar el hecho que a lo largo de sus más de 200 episodios, algunos de los actores invitados se “repitieron el plato” en él, aunque interpretando a personajes diferentes; así el caso más emblemático fue el de Nicholas Lea, Krycek en la serie, que apareció un par de minutos en el capítulo de la primera temporada Gender Bender y luego a partir de la segunda temporada se convirtió en el personaje recurrente del traidor Alex Krycek.  Otro detalle, pero mucho más “freak” resulta ser que si se mira con atención entre muchos de las estrellas invitadas en los episodios, muchos de ellos corresponden a  hombres calvos (empezando por el propio Skinner)… ¿Alguna cábala de los productores de la serie o una confabulación de los afectados de alopecia para irrumpir en pantalla?
    Como la intención original de escribir este artículo sobre The X-Files es la de analizar y comentar también cada una de sus temporadas por individual, destacando además uno que otro capítulo, más adelante haré referencia temporada por temporada a medida que mi revisión de la serie vaya dándose. 
   Por último una presentación de algunos de los personajes habituales:

  • Director Adjunto Skinner:   Es un hombre serio, veterano de la Guerra de Vietnam cuya lealtad al principio no estuvo bien clara, hasta que en la segunda temporada cuando ya se comenzó a desarrollar el personaje, se sabe que odia el dominio del Fumador sobre los asuntos de su oficina.  Aprecia a Mulder y a Scully y es un gran aliado de estos. 
  • El Fumador: Uno de los cabecillas del llamado “Sindicato” y que por décadas ha estado involucrado en los asuntos más escabrosos que tienen que ver con todo tipo de conspiraciones.  Es un hombre de gran poder y con un manejo de la información que le permite manipular todo a su disposición.  Conoció desde su juventud al padre de Mulder y a Garganta Profunda, con quienes trabajó.  Su apodo se debe a su afición al tabaco.  Salió en la serie desde el primer episodio y de ahí en varios más de la primera temporada, pero tal como Skinner, tan sólo en la segunda se le vino a dar su importancia correspondiente.
  • Los Pistoleros Solitarios: Trío de amigos de Mulder a quienes éste conoce desde sus primeros años en el FBI.  Son expertos en un montón de disciplinas.  Obsesionados con las teorías de la conspiración, mantienen regularmente un impreso llamado Los Pistoleros Solitarios donde publican sus ideas.  El trío está compuesto por Melvin Frohike, el mayor de los tres, un ex-hippie que desde el principio se sintió atraído por Scully; luego le sigue John Fitzgerald Byers, el más pulcro y ordenado del grupo y que viste siempre de traje y corbata; por último está Richard “Ringo” Langly, de largo pelo rubio y amante del rock, por lo que siempre anda con poleras de bandas de rock (le encantan Los Ramones).  Este grupo de nerds son grandes amigos de Fox y Dana, siendo quizás sus mejores socios en la búsqueda de la verdad.  Salieron desde la primera temporada.
  • Garganta Profunda: El misterioso primer informante de Mulder, quien se muestra como alguien que está detrás de muchos de los eventos más oscuros ligados a la conspiración.  Es un hombre mayor que revela datos a su confidente de tal manera que nunca se sabe qué tanto de cierto hay en ellos, manteniéndose siempre en la ambigüedad.  Nunca está bien claro cuáles son sus verdaderas intenciones.  Aparece en varios episodios de la primera temporada, de modo que  después su presencia en la vida de Mulder será tan impactante, que a lo largo de la serie se verá tal relevancia.
  • X: Mucho más joven que Garganta Profunda, es su sucesor, que hace su aparición en la segunda temporada.  Es un hombre de raza negra y de aspecto imponente, de personalidad parca, irónico y que aún en su actuar es mucho más impreciso en cuanto a sus reales propósitos.  Desde el principio le expresó a Mulder su lealtad a su predecesor, pero dejándole claro que en su caso mantiene su propia visión de las cosas y que por ello no está dispuesto a arriesgar su vida.
  • Alex Krycek:  Hombre joven y apuesto que en una primera instancia se presentó como otro agente del FBI y que debía hacer de nuevo compañero de Mulder, mientras éste y Scully estaban separados al disolverse los Expedientes X.  Esto ocurrió al principio de la segunda temporada, no obstante luego se supo que Krycek trabajaba para el Fumador y que era un hombre peligroso y en quien no se podía confiar.  Tras saberse su verdadera identidad, escapa y luego volvería a estar involucrado en un montón de hechos más propios de la conspiración.
Tapa de la edición en DVD de la 1° temporada.


   
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