viernes, 31 de octubre de 2014

Maestros del Horror 26: “Dream Cruise” de Norio Tsurata.


26.1 El Director.

     Norio Tsurata es un prominente director de cine japonés con una inmensa filmografía dedicada al terror, ya sea tanto en cine como en televisión.  Pese a la gran cantidad de títulos a su haber, difícil es encontrar información detallada como para hacerse una mejor idea del impacto de su contribución artística (a menos que uno haya tenido la suerte de haber visto más de su obra, aparte del trabajo hecho para Maestros del Horror).  En todo caso a la hora de evaluar este tipo de producciones, es decir las provenientes del llamado país del Sol Naciente, se debe recordar que sus producciones poseen particularidades propias; de este modo para algunos las obras del género niponas bien no pueden ser de su agrado, debido a las razones que a continuación se nombrarán.  Pues a diferencia de los occidentales, en especial de los gringos, los japoneses no pretenden filmar basándose en la espectacularidad visual (grandes efectos especiales y/o presupuestos), si no que sus títulos resultan lejos mucho más baratos (incluso los hechos para el cine) y más bien se orientan a la creación de un clima enrarecido, que a una puesta en escena ostentosa; todo ello gracias al apoyo de la labor de sus actores, que con muy poco material físico realizan interpretaciones convincentes y melodramáticas. De este modo las obras de Tsurata, comparten con gran parte de las de sus colegas, la idea de contar una historia terrorífica más centrada en las cuitas de sus protagonistas, que en la presentación espectacular del horror de turno (no así en el caso de sus animaciones, animes, donde ponen todo su empeño para demostrar sus virtudes técnicas).  Y todo ello puede resultar falso, precario o poco convincente al espectador acostumbrado al gore estadounidense o a sus imitaciones europeas.
      Algunas de las películas de este director se han estrenado en las salas latinoamericanas como Chile, México y Perú, mientras que otras han llegado directas al mercado del DVD y blu-ray, gracias a empresas de la zona.  Dentro de lo que se ha podido ver por acá de este autor se pueden nombrar:

Ring 0: Birthday (2000): Precuela de la famosa saga de terror japonesa y que dio origen a dos muy buenas versiones hollywoodenses.  En el caso de esta cinta, la trama se dedica a contar los eventos previos al filme original, cuando la chica muerta que se les aparece a quienes osan ver su video maldito, aún está viva; de este modo la película de Tsurata cuenta cuáles fueron las circunstancias que crearon su amenaza.

Kakashi (2001): Con mucha intriga, cuenta de una joven cuyo hermano, único pariente vivo, desaparece.  Cuando la muchacha llega hasta su departamento para saber más sobre él, haya una carta de una antigua compañera de escuela de ambos, quien le había pedido ayuda a su hermano para poder enfrentar sus propios temores.  Es entonces que la protagonista viaja hasta el apartado pueblo de donde proviene la misiva y allí se encuentra con que sus habitantes recelan de los forasteros, lo que por supuesto tiene relación con el verdadero destino de su familiar.

Yogen (2004): Conocida en estos lares como La Premonición, es otro thriller sobrenatural tal como le gusta a su autor.  Su guión cuenta de un padre de familia que en un viaje junto a los suyos, se cruza con un diario que anuncia la muerte de su hijita pequeña en un accidente de carretera y al rato después el hecho se consuma frente a sus ojos.  Años después vuelven los eventos de este tipo a rodear al desgraciado hombre.
Norio Tsurata.

26.2 La Película.

     Estrenada originalmente el 2 de febrero de 2007, corresponde al cierre de este programa de culto que por dos años regaló a sus seguidores tantas obras de culto, incluyendo el regreso magistral de verdaderos maestros consagrados internacionalmente y que por una razón u otra no hacen tantas producciones seguidas como uno quisiera.  A su vez tal como al finalizar la primera temporada con el aporte del séptimo arte oriental, más específicamente japonés, con la recomendable Imprint de Takeshi Mike, se quiso invitar a otro nipón como broche de oro de la serie.  En Dream Cruise (Viaje de Ensueño en castellano) Tsurata ofició de guionista como es su costumbre en sus otras cintas, basándose en un relato de su compatriota Koji Suzuki (el escritor japonés de literatura de terror más popular de su país y con más adaptaciones de su narraciones para el cine, considerado por todo esto como el Stephen King de su país).
     La historia es la siguiente: un guapo hombre de negocios estadounidense que lleva años trabajando en Japón, tiene pesadillas respecto a un triste incidente de su infancia, el cual le trajo como consecuencia sentirse responsable de la muerte de su hermano pequeño; como el hecho ocurrió mientas ambos estaban solos en pleno mar, contrajo además una verdadera fobia a este.   Su jefe lo manda a ir a arreglar unos asuntos legales con uno de sus clientes, con cuya esposa tuvo o mantiene (no queda bien claro en el episodio) una relación amorosa en secreto.  El marido “engañado” da señales de saber la verdad entre los dos y con artimañas consigue que estos hagan un supuesto breve viaje en su embarcación; es cuando una vez lejos del puerto, que comienzan las verdaderas amenazas y que si bien tienen que ver con el pasado de los dos adúlteros, también involucra un terrible secreto del mismo marido.
     El tema de los triángulos amorosos y la “justa” venganza de uno de los implicados, ha dado curso a un montón de historias, pero en este caso al tratarse de una obra de esta procedencia, correspondía que se agregara un nuevo elemento a la ecuación: uno (o dos) fantasmas.  Teniendo en cuenta la diversidad de temas terroríficos abordados en sus dos años de existencia (brujería, zombies, vampiros, amenazas extraterrestres, psicópatas, demonios, etc.) no podían faltar los tradicionales espíritus de los muertos y más si ellos poseen como motivación el castigo a los vivos por sus pecados, que más encima tienen que ver con sus propias muertes.  Considerando todo esto, el telefilme en cuestión aborda el tema de la culpa en más de uno de sus personajes, lo que implica también la idea de que nuestro pasado pesa sobre nosotros y trae sus consecuencias, aunque uno no quisiera; de este modo el episodio resulta ser uno de los más moralizantes de todo el programa.
     La figura del fantasma es habitual en el cine de terror japonés y a ello se suma además otro tema recurrente en sus producciones, el de las maldiciones (por lo general ligadas a un castigo proveniente desde el Más Allá).  Por otro lado, la misma imagen del fantasma vengador (los que incluyen sus lentos movimientos) y el uso del cabello convertido en una herramienta monstruosa como un medio para asustar, agregan más todavía una estética propiamente oriental a esta entrega. Es así que este capítulo no puede ser más “japonés”, partiendo (aparte de los detalles ya mencionados) porque fue filmado en este país y buena parte de sus diálogos son en su idioma; además muchos de entre quienes trabajaron en su producción, resultan ser originarios de dicho lugar.  Ya se ha dicho algo acerca de las características de la cinematografía de terror nipona, de modo que tomando en cuenta ello, este capítulo da muestras de la genialidad de sus autores, quienes con muy poco presupuesto logran hacer una obra sobresaliente.  El talento para trabajar con escasos presupuestos, se puede observar por el hecho de que casi toda esta historia transcurre en un puro escenario (la nave) y salvo unas cuantas escenas acuáticas, no hay mayores cambios de ambiente; de este modo la trama misma se pone claustrofóbica, pese a que los personajes se encuentran en medio de un paisaje natural; a su vez todo esto permite acentuar el clima de peligro y de acoso, en el que se encuentran las víctimas de un odio tan grande como el que aquí se muestra.
    El nombre de este mediometraje no puede ser más irónico y/o significativo: Dream Cruise, el Viaje de Ensueño, que en vez de ser algo idílico, se transforma en algo pesadillezco; por último cabe recordar que este capítulo parte con un sueño, nada agradable por cierto, y que unas cuantas imágenes suyas poseen una fuerte carga onírica.

domingo, 26 de octubre de 2014

Superman, el Cuarto Mundo y Jack Kirby.


     Jack Kirby (1917- 1994) fue uno de los grandes creadores que tuvo el cómic de superhéroes, dejando a su muerte un legado invaluable que en el presente ha sido el semillero de un montón de historias, gracias a tantos personajes salidos de su fértil imaginación.  En su juventud este guionista y dibujante intervino en las primeras historias del Capitán América, mucho antes de su “resurrección” en Marvel.  Luego junto al mismísimo Stan Lee estuvo involucrado en el origen de nada menos que de los primeros personajes 100% originales de la compañía, los 4 Fantásticos, luego de Hulk y Thor, todos ellos verdaderos emblemas de la llamada Casa de las Ideas.  Tras una serie de desavenencias con la empresa que ayudó a dar vida, se fue a su mayor competidora en el mundo de las historietas, DC, y allí se convirtió en el primer artista del área en lograr la distinción de su nombre en las portadas de los cómics que realizó.  Fue así que para DC no solo fue el responsable del origen de clásicos como Kamandi (el último niño humano en un mundo futuro y apocalíptico lleno de animales evolucionados e inteligentes) y Demon (la historia del brujo medieval Jason Blood, quien fue hechizado por nada menos que la bruja Morgana de la leyenda artúrica, para albergar dentro de su cuerpo al poderoso demonio Etrigan y que pese a ello se convirtió en un importante superhéroe mágico), entre otros, si no que incorporó un concepto nunca antes visto en la historia de los cómics de superhéroes: el  Cuarto Mundo.  Esta idea correspondía a un complejo argumento que se desarrollaba a través del lanzamiento de varias series en torno a distintos personajes (la gran mayoría de su autoría) y que se interconectaban para contar una trama mayor acerca de una antiquísimo conflicto bélico y cósmico entre las fuerzas de la luz y la oscuridad; sus protagonistas correspondían a verdadera divinidades, los llamados Nuevos Dioses.  En el lado del bien se encontraba el paradisiaco planeta de Nueva Génesis, liderado por High Father, el cual con su aspecto de patriarca del Antiguo Testamento era acompañado por un montón de atractivos personajes y donde sin dudas destacaba el varonil y belicoso Orión, hijo de nada menos que del gobernante de Apokolips, planeta enemigo de todos estos, Darkseid.  En cambio en Apokolips se encontraban las encarnaciones “divinas” de los mayores defectos del ser humano, en seres inmortales gobernados por el dictador absoluto Darkseid (una imponente criatura que parece hecha de piedra y asemeja un ídolo pagano), entre los cuales se pueden nombrar a los malignos Abuelita Buena, Kalibak, Desaad y las Furias (bellas mujeres asesinas psicópatas).  La creación de toda esta mitología causó tan gran impacto, que en la actualidad todos estos personajes siguen apareciendo y protagonizando un montón de colecciones y series en DC, amén de que además todo lo concerniente al Cuarto Mundo se encuentra bastante relacionado con las aventuras de Superman, ya que fue justamente en la revista dedicada a Jummy Olsen, el gran amigo fotógrafo del Hombre de Acero, que apareció por primera vez Darkseid.  Es así como la novela gráfica que inspira hoy estas líneas gira en torno al Azuloso y a sus personajes de apoyo, entre los que sobresalen el ya mencionado colorín y varios de los caracteres creados por el Rey, ligados al Cuarto Mundo durante su etapa gloriosa en DC.
     De 1999 data la novela gráfica Superman: La Evolución Americana, la cual tiene como fuente de inspiración un guión del propio Kirby y que tenía planificado para usar en la revista Superman´s Pals Jimmy Olsen, la cual como bien decía su nombre, giraba en torno a su compañero del Daily Planet.  Pues bien, considerando la fecha de la aparición de este cómic, queda más o menos claro que en su momento el artista no llegó a concretar la publicación de su argumento, por lo que pasaron décadas hasta que lo desempolvaron de las oficinas de la compañía y tras darle una remozada de modo de “actualizarlo” a los tiempos de aquel entonces, publicarlo en una edición “Prestige” con la ayuda de Mark Evanier en el guión y de Steve Rude en el dibujo.  
La mítica portada que introdujo a los Nuevos Dioses,
a Orion y que dejó en claro el estatus de estrella
de Jack Kirby.
     Respecto a Mark Evanier se puede decir que no fue elegido por razones arbitrarias a la hora de firmar el guión final, puesto que siendo un autor ya veterano cuando realizó este trabajo, en su juventud había conocido a Kirby, trabajando como su ayudante e incluso años después escribió una biografía/ensayo sobre el Rey, la cual es considerada una obra capital a la hora de analizar la obra de este.  Evanier además ha trabajado con otros personajes clásicos de DC como Blackhawk, Jóvenes Titanes y Mister Milagro (otra creación del Rey perteneciente al Cuarto Mundo).  No obstante si se tuviera que hablar de lo mejor de su producción en el arte de la historieta, lejos se encuentra su trabajo junto a Sergio Aragonés en la serie paródica y de homenaje Fanboy, llena de referencias bastante graciosas al Universo DC (impagable el número de esta colección dedicado a Batman y donde es posible ver a su protagonista, Fanboy, encontrándose con distintas versiones del Murciélago, desde el de Frank Miller para el Regreso del Caballero de la Noche al de Bruce Timm de Batman: La Serie Animada, entre otras); también dentro de la misma línea se encuentran Sergio Aragonés Destruye DC y su “contrapartida” Sergio Aragonés Masacra Marvel.   En cuanto a Steve Rude uno de sus mayores logros es la creación junto al guionista Mike Baron del cómic de ciencia ficción independiente Nexus y que luego fue comprado por la prestigiosa editorial Dark Horse, para luego sacar nuevas historias suyas bajo los pinceles de su cocreador.  Sobre su labor para Superman: La Evolución Americana, se puede decir que usó una estética preciosista y clásica, que emula a los mejores diseños del maestro Jack Kirby, con trazos muy bien delineados y algo caricaturescos.  Los bellos diseños del dibujante se potenciaron gracias a los tonos pasteles y cálidos de la paleta de colores, que los acompañan gracias al talento de Bill Reinhold.
     La verdad es que hablar de esta novela gráfica es referirse a una trama que lo único que pretende es aventura, intriga y acción de principio a fin.  De este modo su argumento responde a las tramas clásicas del Superman de la época de Kirby, en plena Edad de Plata, donde la ciencia ficción “blanda” imperaba y por lo general los argumentos de tipo sesudo, con crítica social entre medio, no eran lo primero a tener en cuenta por parte de sus autores; no obstante gracias a esta obra estamos frente a un título muy entretenido y el cual logra con creces su objetivo: entretener sanamente a sus lectores, usando no solo a Superman para regocijo suyos, sino que también a varios de los habituales en los títulos correspondientes al Cuarto Mundo desde los tiempos de su génesis.  Es así que por sus páginas desfilan los ya mencionados Azuloso, Jimmy Olsen, Darkseid, el Guardián (otros superhéroe de Metropolis, que en este caso corresponde al clon del original que cubrió sus calles durante la Edad Dorada) y Dubbilex (un ser con aspecto demoniaco y telépata, pero heroico y quien trabaja junto al Guardián para los laboratorios del Proyecto Cadmus) y los monstruosos Symian y Mokkari (ciudadanos de Apokolips dedicados a la creación de criaturas sintéticas, gracias a la manipulación genética y que, por supuesto, trabajan para Darkseid), entre otros.  También es posible encontrarse entre sus poco más de 50 páginas, con la criminal organización de Intergang, mafia que se nutre de los avanzados artilugios provenientes de Apokolips y ello debido a las triquiñuelas de su gobernante.   Su trama es sencilla, aunque muy divertida: Una inmensa bestia de aspecto aterrador se encuentra asolando para variar la vía pública de Metrópolis, siendo su aparición no un hecho aislado, sino que otra aparición de una serie de monstruos que al parecer se encuentran ligados entre sí.  Sin lugar a dudas este resulta ser un nuevo trabajo para Superman, quien junto a sus aliados logra resolver el caso que involucra todo un complot para devastar la ciudad y usando a estas espantosas criaturas.  Entre medio se haya el magnate de las telecomunicaciones Morgan Edge, otro “villano” recurrente en las historietas del kryptoniano. 
    En el desarrollo se nos regala con un flashback del pasado y los “orígenes secretos” de uno de los protagonistas de esta historia; asimismo el guión se encuentra lleno de guiños a todo lo concerniente a la etapa de Kirby, en las colecciones de Superman.
    Si bien como ya se afirmó más arriba, este cómic no es para nada una obra sesuda, ni mucho menos cargada en un claro desarrollo psicologista de sus personajes…No obstante en ella aparece un personaje especial, quien resulta ser un joven “normal” como el propio Jimmy Olsen, quien trabaja como botones en el mismo edificio del Daily Planet y a través del cual es posible hacer una comparación con el ya citado amigo del superhéroe.  Pues bien, el muchacho que en un principio se muestra como un sujeto amable y simpático, resulta ser un pusilánime que ante cualquier peligro que pueda comprometerlo, hace caso omiso a sus responsabilidades morales; ello provoca la crítica de su contrapartida, siendo que Olsen tal como bien sucede desde su aparición en las viñetas de Superman, no vacila en embarcarse en la empresa que viene a ser todo esto. Al final el muchacho de corazón cobarde tiene su propia epifanía y así una vez más nos encontramos con una moraleja, tal como es posible encontrar en los cómics del género.
    ¿Y a qué se debe el título de este tomo? Pues bien, cabe recordar que Symian y Mokkari son connotados genetistas (“científicos locos”), así como el Guardián y Dubbilex son fruto de esta disciplina, por otro lado los mismos monstruos que aquí aparecen provienen de estos experimentos…Y es así que considerando que una vez más las mentes criminales de Apokolips pretenden salirse con las suyas, la idea es darle una variación al concepto de la evolución (o involución) humana, así como a la del pueblo estadounidense, representado por supuesto por nada menos que la ciudad de Metrópolis.  Nada más se dirá al respecto, para no caer en los odiosos spoilers

Una viñeta de este cómic de aires nostálgicos.

domingo, 19 de octubre de 2014

El Terror regresa desde el Mar (y esta vez no gracias a William Hope Hodgson).


      La segunda novela del multipremiado escritor estadounidense de literatura de terror y fantasía Robert McCammon, si bien la tercera en ser publicada, corresponde a El Buque de la Noche (The Night Boat) y la cual data de 1980 al ser editada profesionalmente.  Se trata de una obra de juventud, la cual realizó su autor mucho antes de conseguir la consagración y, tal como luego afirmó a sus lectores y editores, tiempo antes de conseguir la suficiente madurez literaria en el arte de contar historias, como para sentirse en realidad orgulloso de tal libro.  Por esta misma razón es que décadas después McCammon optó por sacar de circulación este título, junto a otros 3 más que a su parecer no eran dignos de estar a la altura de sus “obras maestras”.  Dentro de estos vástagos literarios rechazados se encuentran su novela de vampiros Sed de Sangre (They Thirst en su traducción a la lengua de Cervantes), un texto increíble  que para quien lo haya leído y disfrutado, bien le puede costar entender tamaña decisión por parte de su escritor; también dentro de este grupo de “repudiados” está su texto El Príncipe de los Infiernos (Baal en su nombre original), de temática demonológica, ya que hace referencia a la entidad satánica mencionada en la Biblia y en muchos otros documentos antiguos; el otro libro del que denegó corresponde a Bethany´s Sin y que al parecer no alcanzó a ser publicado en nuestro idioma.  Siendo justos, cuesta entender acciones como ésta, puesto que la calidad literaria de su novela sobre chupasangres y la que ahora inspira este texto es innegable; de las otras dos nada más se puede decir, ya que quien aquí redacta no ha tenido la oportunidad de leerlas.  Cabe decir que pese a la genialidad de McCammon (independientemente de su “locura” de no hacer más ediciones de los títulos ya mencionados), apenas ha sido traducido al castellano, pese al respeto que se ha ganado entre quienes conocen su legado.
Robert McCammon.
     ¿Y de qué se trata El Buque de la Noche? Pues su argumento es el siguiente: David Moore es un hombre que ya está en la treintena de su vida, hijo de un acaudalado hombre con quien no terminó muy bien sus relaciones y que además de arrastrar su fracaso como heredero de una importante firma, lleva sobre sus hombros el peso de ser el único sobreviviente de la tragedia familiar que le costó a su esposa e hijo.  Es por todo esto que decidió autoexiliarse a una pequeña, aunque paradisiaca isla caribeña llamada Coquina; allí es dueño del único hotel de la zona y ha conseguido algo de paz a su atormentada alma, convirtiéndose además en un respetado miembro de su comunidad, pese a su calidad de extranjero entre los descendientes de los esclavos africanos llevados por los colonos a dicho lugar y haciéndose además gran amigo de su mayor autoridad policial  Amante del mar aun teniendo en cuenta de que éste le quitó a sus seres queridos, un día mientras buceaba buscando tesoros arqueológicos desenterró para sorpresa suya y los de la isla, nada menos que un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial y en la práctica casi intacto; por supuesto que en condiciones normales un armatoste de tal tamaño y peso, imposible que hubiese salido a flote con sólo la ayuda de un hombre, pues en realidad su resurgimiento más bien respondió a la intervención de fuerzas oscuras sobrenaturales.  La nave guarda un pasado de violencia y horror con los habitantes de la misma isla, ya que fue responsable de un espantoso ataque a ella durante los años de la guerra, de modo que los de Coquina cuando entran en conocimiento de su regreso, advierten que ello no son buenas noticias.  Es así que en contra de lo que debería ser normal, los tripulantes del viejo sumergible a su manera siguen vivos, claro que en un estado deplorable que sin lugar a dudas corresponde a lo que se conoce como zombies; de este modo quiénes antes fueron orgullosos oficiales nazis, regresan a sembrar el terror en Coquina, cegados por el odio y un hambre de carne y fluidos frescos, ya que la condición en la que se hayan ha sido la manera de castigarlos por su atentado de antaño a la isla.  Es entonces que motivado por la clara responsabilidad que le toca debido a su liberación del submarino, que el protagonista hará todo lo posible por deshacerse de la amenaza de lo que bien los habitantes de la zona llamaron como el Buque de la Noche; a ello se le suman un pequeño grupo de aliados, incluso algunos algo inesperados.
     A la hora de evaluar la trama de esta sin duda recomendable novela, se pueden considerar varios aspectos suyos, que pueden resultar interesantes a más de uno.  En primer lugar cabe destacar que su autor aborda en ella el tema del nazismo y sus crueldades, haciendo que los antagonistas de esta obra provengan de dicha ideología, considerada sin vacilaciones por millones de personas como toda una expresión real e histórica inmediata de la más vil maldad humana; de este modo que el tormento de Coquina provenga en parte de sujetos de tal grupo, deja más que claro la calidad siniestra del enemigo.  No obstante pese a lo que viene a ser el nazismo en sí, McCammon fue de lo más objetivo y para nada maniqueísta, por lo que llegó a otorgarles a sus nazis (o ex nazis) una humanidad inesperada; es así que incluso hacia el final del libro, deja claro los recios valores morales que destacan al resto de la narrativa del autor:  de este modo del libro se infiere la concepción de que nadie se merece los más peores tormentos, aun cuando haya sido un hijo de perra en su pasado; asimismo uno de sus personajes principales resulta ser un ex agente nazi, al que se le da este beneficio de dotarlo de una creíble personalidad y sin caer en estereotipos baratos.
    
También destaca en esta novela primaria otra temática atractiva a los fanáticos del género: la magia negra, aunque para ser más exactos, en su variante del vudú.  Esta disciplina esotérica proveniente de la tradición caribeña, propia de los negros traídos a la fuerza desde África como esclavos  y aposentados en lugares como Haití, dio origen a la creencia de la existencia de los hoy en día populares zombies, ya que en un principio su antecedentes provienen de las prácticas arcanas de sus brujos o los más bien llamados “santeros”.  De este modo que el submarino y sus hombres hayan logrado sobrepasar las leyes de la física, creando una verdadera invasión de muertos vivientes en Coquina, tiene que ver sin vacilaciones con las manipulaciones de estas oscuras artes.
    Ligado a lo anterior, se encuentra un viejo leiv motiv tan viejo como la raza humana misma, la venganza.  La idea de un castigo por los crímenes que esté por sobre los códigos morales aceptados por la civilización, una vez más hace su aparición en este libro, donde el odio que ha provocado la maldad de otros trae como consecuencia el deseo de responder al mal con mal y a la violencia con violencia.  No obstante como queda demostrado en esta narración y más debido al talante moral de la pluma de su autor, este tipo de iniciativas se devuelve contra sus mismos empleadores, por mucho que hayan tenido “buenas intenciones” de vengar a las víctimas inocentes.  Es así que sólo existe una manera para poder combatir el vacío que acarrea la vileza del hombre: el amor y todo gracias a un acto de contrición que implica además el autosacrificio, como bien se puede ver en la novela gracias a las decisiones de más de uno de sus personajes.
     Como bien decía un antiguo amigo que tuve, el lector ávido de sensaciones extremas se encuentra con el compromiso por parte de su escritor de responder a sus exigencias y entrega en más de una ocasión algunas de las descripciones más claramente gores del género.  En todo caso aún en su lirismo más emotivo, e incluso dentro de las que el propio McCammon reconocería como sus obras de madurez, este escritor se caracteriza también por ser un cultor exquisito de la sangre, las vísceras desparramadas y la truculencia.  Todo esto puede comprobarse en la siguiente cita textual:

     “—Por favor no me matéis —susurró Johnny Majors.
     Dos garras se abatieron; cogieron la cara del hombre y le clavaron las uñas profundamente, haciéndole sangrar. Y lenta, muy lentamente, empezaron a desgarrarla mientras él gritaba de puro dolor. Los dedos le arrancaron la nariz a tiras; una mano le asió por la garganta y le hincó las garras, asfixiando sus gritos; le perforó la yugular y brotó un chorro de sangre. Johnny Mayors yacía paralizado contra la pared manchada con los ojos velados de terror; sus nervios sentían la agonía pero su cerebro estaba ido y era incapaz de responder. La mano de su garganta empezó a desollarle la carne, y aparecieron sus venas y sus cuerdas vocales. Las sombras se acercaron al olor y al calor de la sangre. Una se aproximó y se inclinó con los ojos enrojecidos; extendió una garra para robar un trozo de mejilla que colgaba de un jirón de piel. Una mano, con tres dedos y el hueso al aire en los nudillos, buscó su ojo, y al momento se lo sacó como un grano de uva tembloroso.
     El hombre abrió la boca y gimió, y luego se estremeció involuntariamente. Se le cayó la cabeza hacia atrás, mostrando la garganta rebanada bajo la luz plateada. La arteria perforada de su cuello siguió bombeando sangre, creando charcos cada vez mayores.
     Entonces las sombras de ojos escarlata cayeron sobre él, y sus lenguas y labios consumieron vorazmente su cara y su garganta. Los dientes mordían la carne, la desgarraban y la despedazaban hasta llegar al hueso, hambrientos; el peso de los seres lo aplastó. Levantó una mano, pero se quedó inerme colgando, en el aire, mientras curvaba lentamente los dedos; después cayó. La habitación se llenó con los ruidos del festín; los crujidos de los dientes en los huesos, los sorbos en las heridas abiertas y los desgarrones de la carne. La sangre cubría el suelo y varios de los seres se agacharon a lamer los charcos, enloquecidos y embriagados por su sabor fuerte y dulzón. Empezaron a hacerle pedazos, y a morderle los huesos en busca del tuétano y los fluidos. Actuaban cada vez más aprisa, más frenéticamente; los sonidos de su respiración resonaban en la habitación. La mujer gimoteaba en el suelo. Ellos se empujaban unos a otros para llegar a las heridas; si una estaba seca, buscaban otra y silbaban enfurecidos cuando otro les empujaba. Abrieron nuevos torrentes de fluidos, como si fuera vino tinto que manaba de toneles de carne. Estaban impacientes, voraces en su banquete, desgarrando jirones de cuerpo y atesorándolos, apurando hasta la última gota. Y cuando acabaron con el hombre, cuando lo hubieron despedazado y chupado hasta dejarlo seco, cuando decidieron que no tenían bastante para llenar sus venas y arterias arruinadas, ni bastante para paliar su terrible dolor, ni para asfixiar su fuego abrasador, se volvieron vengativos hacia la mujer.
     Ella los vio acercarse, algunos andando, los otros a rastras por el suelo, y fue incapaz de moverse. Estaban furiosos porque todavía no se habían saciado, no habían aliviado su inhumano dolor, y sus dientes eran implacables.
    Mientras devoraban su cuerpo inmóvil, uno de ellos se apartó y se puso en pie. Tenía las manos y los labios manchados de sangre y mientras retrocedía del amasijo de cuerpos, levantó una mano y chupó los fluidos humanos. Se quedó en un rincón, contemplando cómo los otros satisfacían su hambre”.

     Considerando en todo caso que el talento de Robert McCammon ya era notorio en una novela como ésta y de la cual tal como se afirmó más arriba prefirió prescindir, sí es cierto que al ser una obra temprana suya, se puede notar que todavía carecía de la experticia suficiente como para sacarle completo provecho.  Es así que en determinados momentos de su desarrollo la narración hace unos cuantos flashbacks, es decir, realiza un retroceso al pasado de los acontecimientos que se narran, para mostrar los antecedentes de las situaciones actuales.  Uno de estos gira en torno a la misma tripulación del tristemente bautizado Buque de la Noche, en pleno régimen nazi; pues bien, este episodio bastante entretenido al final se desperdicia, pues luego de ello no vuelve a repetirse esta trasposición de la narración y la línea argumental que prometía más datos acerca de los hombres del submarino, y en especial de su aterrador capitán, se diluye por completo  Luego dedica otro vistazo al pasado de uno de sus protagonistas, circunstancia vital suya que no puede ser más intrigante y que si le hubiese dado más tiempo y proyectado de tal manera de otorgarle a éste las herramientas adecuadas para enfrentarse de manera más espectacular a los zombies, el libro habría ganado con ello (no obstante se puede entender tal decisión, ya que el conflicto se resuelve sólo gracias a la intervención del hombre común y corriente y no de las fuerzas sobrenaturales como habría sido en el caso de que este personaje tomara un rumbo diferente; cuando se suponían que estos poderes eran superiores a los mortales, a la larga se demostró en el libro que bien eran corruptos o bien ineficaces para salvaguardar la vida humana).  Luego existe un personaje al que McCammon despilfarra por completo, haciéndolo desaparecer de escena, luego de que le otorgó varios pasajes y sin darle la oportunidad de convertirse en el héroe que se supone era.

    Como dato anecdótico acerca de la edición en español de este libro gracias a Ediciones B, la cual correspondía a una colección de bolsillo con hermosos relieves en la portada, lleva en ella debajo del dibujo una frase publicitaria al más puro estilo de los afiches cinematográficos y que reza así: “El terror llega a las profundidades marinas”.  Pues bien, esto es un grave error, ya que si el que realizó tal portada hubiese sido consecuente con el argumento del texto, debería haber puesto en ese caso “El terror llega desde  las profundidades marinas”… ¿Se entiende por qué razón la crítica?  En todo caso se agradece que la edición traiga consigo un epílogo del mismo autor, quien explica en él cómo fue que escribió dicha obra, dando datos de interés respecto al proceso creativo que lo llevó a ello.
     Para terminar un listado del resto de los personajes de este libro que se lee con gracia, de forma rápida y amena, obviando eso sí a su protagonista y al cual se le dieron las suficientes líneas como para definirlo, aunque sin caer en el spoiler.

     Kip: El mejor amigo de Moore ostenta el cargo de representante mayor de las fuerzas policiales de Coquina, siendo como gran parte de su gente de raza negra.  Es un hombre casado y padre de una hija, quien de niño vivió junto a su tío que practicaba el vudú.  No obstante sus recuerdos al respecto los reprimió, hasta que volvieron con la crisis del Buque de la Noche; de este modo es posible ver en su persona el prototipo del personaje que en su racionalismo niega su faceta más instintiva y, por ende, primitiva.
     Boniface: Anciano que fue uno de los testigos del primer ataque del Buque de la Noche a la isla y ello lo lleva a querer castigar a sus tripulantes por tal acción; es así que no duda en usar sus conocimientos en vudú para maldecirlos, pero luego, años después, se entera de que este hecho se le va de las manos.  Dirige un culto vudú en Coquina, donde es sumamente respetado, y cuando regresan sus enemigos hace todo lo posible por resarcir su culpa, pero se enfrenta a la incredulidad de unos cuantos.  Sin dudas uno de los mejores personajes del libro.
     Frederick Schiller: El único sobreviviente del submarino alemán, quien logró salvarse por pura suerte cuando éste se hundió.  Cuando se entera de su reaparición, viaja hasta Coquina ignorando las verdaderas circunstancias en que volvió.  Pese a lo que se esperaría de alguien con sus antecedentes, no es un hombre malvado.
     Jana Thornton: Hermosa mujer quien hace su inesperada aparición en la trama, cuando ésta ya va por sobre la mitad.  Llega hasta Coquina en una avioneta que ella misma conduce y representa a una organización histórica que pretende exhibir en un museo al submarino hallado.  Pese al shock que le significa enterarse del ataque de los zombies, demuestra la calidad de su espíritu siendo una de las principales compañeras de David.  Es el único personaje femenino destacado en el libro.
     Cheyne: En su caso, aparece ya comenzado el último cuarto del desarrollo de esta novela.  Es el líder tribal de los indios caribes, los habitantes autóctonos de la isla y que viven aislados en ella del resto de los lugareños.  De aspecto arisco debido a las cicatrices que cubren la mitad de su rostro, guarda igual que otros protagonistas un doloroso pasado con el submarino.  Su ayuda resulta primordial cuando se efectúa el poderoso clímax de esta obra, en medio de una tormenta tropical que no viene a ser otra cosa que la manifestación de las fuerzas de la naturaleza, en contraposición con la corrupción a la normalidad que vienen a ser la gente del submarino (de este modo, también la tormenta resulta el paisaje adecuado para que se efectúe la devastación total y propia de toda historia de este tipo).

viernes, 17 de octubre de 2014

¿Qué pasó con John Doe?


                                         

       En el año 2004 se estrenó con bombos y platillos el nuevo programa de Fox que supuestamente era uno de sus platos fuertes de la temporada: John Doe.  El programa fue un éxito, convirtiéndose sin lugar a dudas en un título de culto y consiguiendo fervorosos seguidores; estos no dudaron en formar de inmediato comunidades y subir a la Red distintos planteamientos y discusiones respecto a los cuestionamientos que desde su capítulo piloto el programa presentó.  Pese a las numerosas virtudes de la serie, entre las que destacaban el mismo carisma de su protagonista, el atractivo físico del actor que interpretaba a éste (Dominic Purcell) y en general unos sólidos guiones, la serie para sorpresa de millones fue cancelada hacia el final de su debut.   Fue así que con sólo 21 capítulos y un final de temporada que quedó en suspenso esperando su resolución, John Doe dejó “huérfanos” a sus seguidores que se mordieron las uñas y tiraron el pelo preguntándose cuál era el verdadero motivo de las cualidades extraordinarias de su personaje principal y qué había de cierto en lo que mostraba la impactante revelación de su última escena.
     La trama general de la serie gira en torno a lo siguiente: Un hombre despierta desnudo en medio de una pequeña isla desierta, a lo que se le suma el hecho de que no posee memoria alguna de quién es, ni de su pasado.  Además tiene una marca extraña por debajo de su esternón, la que parece un símbolo arcano. Cuando logra llegar a la civilización y entrar en contacto con otros seres humanos, se da cuenta de que es capaz de responder a cualquier tipo de preguntas que le hagan, pues aún sin saber por qué razón,  tiene conocimientos sobre tema que exista (historia, ciencia, artes, etc.) e incluso maneja hasta las lenguas más exóticas. Por otro lado su vista le permite ver sólo en blanco y negro.  Es entonces que aprovecha sus conocimientos para ganar dinero haciendo inversiones bursátiles, de modo de conseguir la seguridad económica como para vivir tranquilamente y así tener los medios para averiguar quién es realmente.  Entre tanto logra hacer un pequeño grupo de amigos, quiénes le permiten mantener un sentido de pertenencia, de modo que John Doe, nombre que escoge para sí mismo,  no se encuentra por completo solo en medio del misterio que es su vida. 
    El nombre del protagonista en español puede ser traducido como Fulano de Tal o Juan Pérez, ya que es el dado en Estados Unidos a los desconocidos o, para ser más precisos, a los cuerpos de sujetos de quienes se ignora su verdadera identidad al momento de ser hallados.  Es así que el protagonista cuando debe escoger un nombre para incorporarse a la vida pública, opta por ello, haciendo atención a sus propios orígenes inciertos.  Por otro lado, un nombre tan simple como este, recalca en contraposición su naturaleza maravillosa y que lo hace sobresalir entre el resto de las personas (lo que además lo convierte en alguien especial para tanta gente, entre aliados y villanos).
    En el primer capítulo el protagonista se ve inmerso en un caso policial, el cual gracias a sus extraordinarias facultades ayuda a resolverlo.  Este hecho da el punto de partida para que el programa gire por un lado, en los casos delictuales en los que se inmiscuye el personaje dentro de su investigación; además permite la introducción de algunos de los personajes con los que Joe llega a entablar una sólida relación.  Paralelo a los capítulos de tipo policial, se encuentran aquellos que giran en torno al propio misterio sobre quién es en realidad Doe, por qué razón posee tales facultades y en los que se encuentra involucrada una ominosa organización sólo conocida como Fénix.
     Respecto al grupo que se hace llamar Fénix, en lo poco que se llegó a desarrollar sen la única temporada, se pudo ver que era de carácter científico como también medianamente esotérico. Para esta gente John Doe era de gran importancia, si bien nunca se pudo saber la verdad acerca de sus motivos para dominarlo; no obstante en determinado momento de la trama, al más puro estilo conspirativo de series como Los Expedientes-X, Millenium o Fringe, se presentó a Doe y al espectador una razón verosímil acerca del misterio sobre quiénes eran en realidad el protagonista y la gente de Fénix, sin embargo todo resultó al final ser una tapadera para sus verdaderos fines. Se puede contar sobre ellos además que sus dirigentes y/o miembros incurren sin vacilaciones en prácticas que llegan a la ilegalidad y que sin duda los convierte en criminales, ya que incluso llegan a cometer asesinatos a sangre fría; además poseen un gran poder adquisitivo y/o medios económicos, los que les permite realizar sus acciones con espectacularidad.  Supuestamente la mayoría de sus integrantes son sordomudos, puesto que se comunican usando lenguaje de señas y no hablan.  En un principio esta gente se ve manejada por una dura mujer mayor, pero luego se deja claro que la dama era sólo un eslabón más en sus oscuras pretensiones, pues se le dio un destino inesperado al personaje. Quien en realidad lidera al grupo es un hombre de quien nunca se vio su rostro, salvo en el capítulo final donde se descubre su supuesta identidad y ello en un giro increíble de los acontecimientos.
Logotipo de la serie que incluye la extraña marca que lleva
en su cuerpo el protagonista.
     A mediados de la temporada, en uno de los episodios más entretenidos de la serie, el cual transcurre casi por completo dentro de un avión, John Doe conoce a una doctora con la que llega a entablar una relación amorosa.  Este personaje volvió a aparecer en otro capítulo, mas luego el romance pareció diluirse, puesto que no se volvió a usar en las historias; tal vez los planes de los responsables de la serie era rescatarla del limbo en temporadas posteriores, siempre y cuando el programa hubiese seguido en emisión.  Algo curioso respecto a este romance, es que la actriz encargada de interpretarla es nada menos que Gabrielle Anwar, actriz que en su juventud durante la década de los noventa hizo unos cuantos filmes de renombre (Perfume de Mujer y la tercera versión de La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos, entre otros); no obstante luego su carrera se diluyó y apenas se supo de ella hasta su aparición acá.  Por otro lado si bien bella a su manera, llama la atención lo mayor que se le ve en la serie, más si se le compara con la regia presencia del protagonista.
     Teniendo en cuenta la trama general de John Doe, es posible encontrar en ella una tendencia por abordar el tema de la identidad y la búsqueda de los lazos que permitan definir ésta misma; de este modo los recuerdos (o más bien la ausencia de ellos) y el pasado cumplen un papel destacado en el programa, puesto que no sólo John Doe es mostrado acá como un individuo fragmentado y sensible frente a la preocupación por lo que bien podríamos llamar lo que dejamos atrás y que en el caso de muchos de los otros personajes corresponde a su antiguas decisiones y a las consecuencias que ello les ha traído.  Es entonces que existe la posibilidad de mejorar la propia condición vital de cada uno, gracias a las nuevas oportunidades que se les presentan y a las que les sacan provecho sin vacilaciones; de este modo también el compañerismo es esencial para conseguir dichos objetivos.
     Dentro de los elementos característicos del programa destaca el gore de la mayoría de sus episodios, lo que va en sintonía con su trama de tipo policial; ello corresponde a los distintos cadáveres que se ven a lo largo del programa, todos ellos víctimas de los criminales con los que se cruzan los personajes. Los guiones preponderan además el suspenso y la intriga, acompañados por supuesto por la acción y la aventura, con una pequeña cuota de humor.  Todo esto es posible gracias a la versatilidad del protagonista, quien debido a su infinita gama de conocimientos, sobresale entre a los que ayuda, de modo que gracias a sus talentos puede participar tanto como investigador, como también de hombre ducho en defensa personal y artes marciales.
    Siendo el protagonista absoluto del show John Doe (de ahí su título), pese al relativo atractivo que puedan tener los personajes “comparsa” de la serie, éste es presentado como un tipo de personalidad agradable, amistoso y leal; de este modo independientemente de su extrema inteligencia, se destaca en él su gran corazón y ternura, siendo que su falta de memoria y de relaciones interpersonales anteriores a su “despertar”. Por otro lado su sentido de orfandad hace que un hombre tan carismático como él despierte en muchos (y en el espectador) simpatía y empatía.  Para quien hubiese visto el programa clásico de los noventa El Camaleón, John Doe recuerda en muchos aspectos a su protagonista Jared, ya sea tanto por su extrema inteligencia, soledad como su regio porte. Dentro de todo lo que corresponde al enorme encanto de John Doe, se encuentra el trabajo mismo de Dominic Purcell, el actor que tuvo a su cargo interpretarlo; queda claro que independientemente de las virtudes histriónicas de éste, su clara belleza masculina logra provocar mayor interés hacia el protagonista, de modo que ante un sujeto tan encantador bien resulta difícil ser indiferente.  Frente a toda esta situación, sin dudas Purcell se convirtió en todo un símbolo sexual, rol que aumentó su carga con el estreno de su siguiente programa de televisión, Prision Break, donde en esta ocasión tuvo un papel mucho más adulto y dramático.  No obstante los guiones de la serie desde el punto de vista visual no destacaron tanto su sex-appeal, puesto que pese a lo que se esperaría, apenas se le pudo ver a torso desnudo o semidesnudo, a diferencia del capítulo piloto que si explotó esa faceta suya (lo que en cambio sucede en shows donde el papel principal gira en torno a un hombre joven y apuesto, como la ya mencionada El Camaleón y Farscape). 
     Siendo el estreno de la serie bastante llamativo y ofreciendo una serie de interrogantes interesantes como para conseguir de forma rápida un público cautivo, se podría decir que tampoco fue gran cosa si se lo compara con el debut de otros programas.  También es posible afirmar que los primeros capítulos fueron sorprendentes, si bien no dejaban de ser entretenidos, aunque bien eran olvidables.  No obstante ya llegados al capítulo 5 más o menos, el programa tomó su rumbo e identidad, ello gracias a mejores argumentos y a que ya al menos había el suficiente material argumental (en parte gracias a las relaciones que habían logrado conseguir los distintos personajes entre sí) como para crear mejores historias.  Este hecho hace parecer que tal vez sus creadores no tenían bien claro para dónde iba la serie, lo que queda demostrado por el hecho de que pasaron hartos capítulos como para que uno de los personajes tuviese real importancia y no fuera un mero nombre en el listado del casting, en vez de contar con apariciones esporádicas y casuales; a ello se suma la muerte de uno de los otros personajes, que ocurre sorpresiva y dramáticamente a mediados de la temporada, lo que en parte ayudó a potenciar la figura del otro protagonista ya mencionado.
    Mimi Leder, directora de un filme ya clásico de desastre de los noventa (Impacto Profundo, 1998) y de la cinta de acción El Pacifista de la misma época, estuvo muy involucrada en la realización de la serie.  Considerando que la Leder comenzó su carrera en la misma televisión dirigiendo un montón de capítulos para el drama médico ER, cuando le tocó dedicarse a John Doe, hace rato que era una consagrada artista tras la cámara; de este modo la directora se encargó de varios de los mejores capítulos del programa, dándole además un claro carácter cinematográfico de magnificencia y de superproducción a los guiones que tuvo en sus manos.  La artista dirigió en total 6 de sus capítulos, entre ellos el piloto y el final, además de ejercer entre sus productores.
     Aparte del propio John Doe, los demás protagonistas de esta serie corresponden a los siguientes:

Teniente Jamie Avery: Bella mujer de aspecto duro, que ostenta un alto cargo en la oficina de policías, donde desde el primer episodio John Doe llega para resolver varios casos.  Hija de un padre también agente, carga con el peso que significa la figura de su padre, ya fallecido, además de una triste historia de amor que se nota también la dejó marcada lo suficiente como para convertirla en alguien reservado.  En un principio su personalidad incrédula la hace recelar del prodigio que ofrece desinteresadamente sus servicios, hasta que por fin John se gana su confianza y, quizás lo más importante, su leal amistad.
Frank Hayes: Este afectuoso hombre de raza negra es un oficial compañero de la teniente Avery, quien se convierte si es que no en el mejor amigo de Doe, en uno de los más cercanos a éste.  Padre de familia, se encuentra en proceso de separación con su esposa, ya que ésta le reclama el poco tiempo que pasa con ellos, puesto que gran parte del día (y de la noche) se la pasa en sus labores policiales; de este modo tanto en Hayes como en Avery, es posible reconocer al sujeto abnegado en sus obligaciones profesionales, si bien esclavo de su trabajo, a tal punto de renunciar a su propia vida privada la mayor parte de las veces.  Este tipo de personajes, correspondiente a la autoridad a cargo de la defensa de la ley y el orden, es habitual en las series gringas; ellos representan la idealización de los líderes de su comunidad, como ejemplos de entrega a los suyos y rectitud de corazón.
Digger: Es el dueño del bar al que llega John Doe por casualidad en el piloto.  Este es el quien hasta más o menos la primera mitad de la temporada, se mostró como alguien frívolo y hasta cierto punto pedante, además de que sus breves apariciones hasta el momento le otorgaban diálogos que para nada lo hacían verse simpático (aparte de tener por lo general un tono anecdótico dentro de los guiones). No obstante como ya se ha mencionado más arriba, se convirtió luego en un personaje mucho más complejo, de vital importancia para la trama general y en, quizás, el más importante aliado de John.  Digger (“Excavador” en inglés) es claramente un apodo y el origen de éste nunca quedó claro.  Desde antes de reforzar su protagonismo, quedó claro que había tenido un pasado más que interesante, lleno de aventuras arriesgadas; es así como luego se hizo uso de este aspecto suyo para convertirlo en otro tipo más que capaz e inteligente, que en más de una ocasión llega a sacar de aprietos al mismo Doe y al resto.
Karen Kawalski: Joven y bella estudiante de arte, quien en un principio trabajaba para Digger, hasta que luego tuvo como empleador a John Doe.  Como el resto de los protagonistas de la serie, posee un pasado complicado y que la marcó lo suficiente como para que en su caso compartiera con Doe el sentimiento de soledad y orfandad, a tal punto que la relación entre ambos llegara a ser mucho más emotiva que con los demás (en el plano hermana menor/hermano mayor).  Asimismo es una chica talentosa y muy sensible.


domingo, 5 de octubre de 2014

La primera gran aventura de Wolverine en solitario.

   Los entendidos en cómics y en especial en los de la llamada Casa de las Ideas, es decir Marvel Cómics, bien tienen claro cuál fue la primera aparición del mutante más famoso de su universo: Wolverine.  Conocido en español como Lobezno y Geopardo, tuvo su debut en las páginas de nada menos que de otro importante superhéroe marvelita, Hulk, en el número 180 de su colección, si bien a la siguiente entrega recién tuvo su primer enfrentamiento contra el Coloso Esmeralda.  Este importante suceso fue en el año de 1974 y un año después se le incorporó dentro de las filas de los X-Men, cuando se quiso convertir a este grupo en un ejemplo de comunidad multiracial (elemento que en aquellos años no era habitual en este tipo de ficciones, de modo que en cierta medida las historietas de los X-Men sentaron precedentes); de este modo el canadiense se reunió a otros extranjeros, como Coloso de Rusia, Rondador Nocturno de Alemania, Tormenta de África y otros más que en este momento escapan a la memoria.
    El enorme atractivo de Logan, tal como también es llamado, lo convirtió casi desde el principio en el foco de la atención de los lectores, si bien en parte a su misterioso pasado que sólo con los años se fue dilucidando; ello hizo que se transformara en uno de los personajes más exitosos y carismáticos de las historietas de superhéroes.  Pese a todo, hasta cierto punto el chaparro de garras retráctiles poseía una personalidad más bien unidimensional, caracterizándose por su actitud más o menos pendenciera y poco amistosa, además de poseer un aire fanfarrón que más de alguien podía encontrar sexy.  Tuvo que ser publicada la primera miniserie dedicada en exclusiva a su persona, como para que se le dotara de una mayor complejidad psicológica y que le permitiera por fin conseguir la madurez argumental; de ese modo fue posible que sus próximas aventuras y desventuras fueran más grandes que la vida.
    De 1982 data Wolverine: Honor, miniserie de 4 números que llevó a Logan al país del Sol Naciente, Japón, donde se le otorgó el protagonismo que se merecía, a la par de dotarlo de connotaciones heroicas y trágicas en el mejor estilo del panteón de Marvel.   La novela gráfica fue hecha por la dupla compuesta por Chris Claremont en el guión y Frank Miller en el dibujo, ambos ya maestros consagrados del noveno arte para cuando apareció.
   
Chris Claremont.
Hablar de Chris Claremont es referirse al guionista más intrínsecamente ligado a las viñetas de los mismísimos X-Men.  Durante 16 años ininterrumpidos estuvo a cargo de la revista de cabecera de los mutantes, creando además títulos paralelos, entre especiales, miniseries y nuevas colecciones.  A este artista se le deben algunas de las sagas más famosas de sus aventuras clásicas, como bien resultan ser el ciclo de Shi´ar, Fénix Oscura y Días del Futuro Pasado, entre otros.  Por otro lado impagable resulta ser su creación de fuerte personajes femeninos, que luego hicieron escuela para autores posteriores, como el también multipremiado Greg Rucka.  De este modo Claremont introdujo en las historias de su autoría a féminas tales como Rouge (Pícara), Psylocke (Mariposa Mental), Shadowcat (Gatosombra), Emma Frost, Mystique (Mística), Lilandra y muchas más; varias de ellas luego alcanzaron tal notoriedad, que consiguieron sus propios títulos, ya sea de forma regular o a través de especiales.  Si bien por lo general ligado a las colecciones Marvel, Claremont ha trabajado también para DC, donde creó un nuevo grupo de superhéroes, Sovereig Seven, con Image en Wildcats y Cyberforce  y en Dark Horse para sus cómics de Aliens.  No obstante su paso por otras compañías fue breve y luego volvió a Marvel, tras arreglar sus rencillas con estos.
    Frank Miller puede jactarse de ser tanto o más popular que el mismísimo Stan Lee, siendo además el artista veterano de los cómics con más adaptaciones para el cine y el video casero de sus obras (300, Sin City, Año Uno y El Regreso del Caballero de la Noche).   Tras su exitosa y hoy considerada de culto etapa dedicada a Daredevil, Miller era sin duda uno de los primeros nombres a la hora de considerar quién ilustrara el guión de Claremont.  Respecto a su trabajo en general, se puede destacar que Miller no sólo es un destacado dibujante, con una muy especial estética en la cual se puede apreciar su talento para manejar las sombras en sus diseños, si no que también es un cotizado guionista tanto de personajes ya consagrados, como de su propia autoría.  En el primer apartado se pueden mencionar una vez más sus trabajos para Daredevil y lo hecho con Batman, mientras que en el segundo grupo destacan sus obras de corte adulto como Hard Boiled, Ronin y los ya mencionados 300 y Sin City.
     La trama de la novela gráfica a la que está dedicada este texto, trata sobre un viaje que realiza Wolverine a Japón, con la intención de reencontrarse con un antiguo amor, la sensible Mariko, heredera del poderoso clan Yashida.  Lo que debería ser una feliz reunión se transforma en toda una prueba para la voluntad del canadiense, quien se ve sumergido en medio de la vorágine donde se encuentra involucrada la Yakusa, o sea, la mafia nipona.  Justo cuando se creía muerto al padre de la mujer a quien amaba Logan, se descubre que éste seguía vivo y que por ello su única descendiente debía obedecer los rígidos patrones de lealtad de su cultura, de modo que Mariko se vio obligada a casarse contra su voluntad y todo ello debido a la supuesta deuda de honor, que su progenitor había contraído con el hombre que la desposó.  No sólo el marido de Mariko resulta ser alguien cruel, quien más encima la violenta física y verbalmente, si no que por igual su padre resulta ser un sujeto malvado y al cual nada más le interesa obtener poder económico y social.  De este modo Wolverine se decide a salvar a su amada de tan detestable destino, aún en contra de la voluntad de ésta y quien considera que es su deber acatar los deseos tanto de su progenitor como de su marido.  En su particular cruzada para recuperar su amor perdido y además salvarla de su mala suerte, Logan se enfrenta al propio padre de Mariko, a ninjas y a una muy especial mujer, experta en artes marciales, con quien llega a establecer una relación bastante inesperada, pero que se explica dada las circunstancias y la naturaleza de ambos.  Considerando aún las increíbles facultades de quien también fuera llamado Arma-X, su tarea no resulta fácil, poniéndose en juego además la propia dignidad de éste.
     Cuando el lector abre la primera página de esta obra, lo primero que llama la atención es su carácter literario, ya que el guionista se vale de una narración en primera persona por parte de Wolverine; de este modo es posible conocer sus propios pensamientos y/o punto de vista, otorgándole de este modo al personaje la humanidad que le faltaba en argumentos anteriores a éste.  Logan se presenta a partir de esta historia como un hombre que tiene clara conciencia de quién es, un tipo reflexivo e inteligente, aún cuando sea puro corazón e instinto en muchas ocasiones, aspectos del personaje que luego lo definirían por completo.   Estos “cartuchos” que corresponden al racionamiento del protagonista, por supuesto que se alternan con los respectivos diálogos entre los demás personajes y el mismo Wolverine (incluyendo textos en japonés, que luego son traducidos). 
Frank Miller.
     Claremont aprovecha de ser respetuoso en su guión con la cultura y tradición japonesa, haciendo uso de sus costumbres e historia para otorgarle credibilidad a una trama que transcurre en su mayor parte en esta nación.  A su vez el escritor aborda en paralelo el tema del honor desde los mismos orientales, ya sea entre criminales, como inocentes, rindiéndole tributo a un pueblo de ancestrales costumbres; a ello se suma el honor de un sujeto como Logan, quien en primera instancia pareciera ser alguien ajeno a esta tradición (debido a su origen de occidental y extranjero), pero quien demuestra ser tan meritorio de reconocimiento por la calidad de su espíritu, como si de un samurai se tratara.  Es en determinado momento de los acontecimientos, cuando Wolverine se ve sometido a la vergüenza  pública, que es posible recorrer junto a éste todo un camino de tribulaciones; no obstante como era de esperar, el mutante logra obtener la epifanía que le devuelve el orgullo antes mancillado y lo anima a resarcirse.  Por lo tanto en la historieta queda más que explicado su título, ya que el honor cobra vital importancia para definir su trama y a la mayoría de sus personajes (si bien no todos resultan ser dignos de respeto).
    Dentro del argumento se encuentra la presencia de las dos mujeres que acaparan la atención del protagonista: por un lado la femenina, dulce e introvertida Mariko, quien primera se muestra como una mujer por completo sumisa y que luego, por fin, demuestra ser una persona valerosa y que se entiende haya logrado obtener el corazón de Logan.  Por otro lado se encuentra una mujer por completo diferente a Mariko, Yukio, quien no sólo se transforma en toda una rival para Arma-X, si no que también en una de sus mujeres, ello tras el agravio que sufre éste a manos de lord Shingen, el padre de Mariko.   Ambos guerreros y asesinos natos son almas gemelas en muchos sentidos, ya que tal como Logan, Yukio es una persona marcada por la violencia, su propio trabajo y su soledad; a su vez esta última resulta ser una mujer salvaje, sexual, tal como también lo es Logan.  Cuando Yukio y Wolverine se enfrentan por primera vez, queda clara la tensión erótica entre ambos, si bien desde un principio la dama demuestra ser más avasallante y por ello cuando su enemigo es derrotado, aprovecha la circunstancia para conseguirlo en otro tipo de duelos; no obstante a su tosca manera la guerrera lo ama y en más de una ocasión le demuestra el talante de su sentimiento por él.
    En lo que respecta al dibujo de esta novela gráfica, Miller realiza un Wolverine que se aleja por completo de la imagen de galán que otros artistas le otorgan, si bien le entrega una gran virilidad y además en muchas viñetas lo muestra como toda una criatura bestial, en poses que dejan claro su talento mortal.  A su vez destaca su intención de homenajear el arte japonés, del cual queda claro es admirador, en muchas imágenes que recuerdan ilustraciones niponas clásicas.
    Por último, este título inspiró parte del argumento de la película del año pasado Wolverine: Inmortal y también una serie de animé de 13 episodios llamada simplemente Wolverine.  Ambas pseudoadaptaciones son sin dudas recomendables.

Gran ilustración de Frank Miller para este cómic y que muestra su enorme talento para escenas de acción por completo cinematográficas.

jueves, 2 de octubre de 2014

El Terror llega desde el Mar (y no gracias a Lovecraft).


I- El Autor.

    William Hope Hodgson fue un escritor inglés que entre 1877 y 1918 tuvo una vida lo suficientemente extraordinaria e intensa, como para crear en su corta existencia una obra literaria de verdadera trascendencia.  Hijo de un severo pastor evangélico, quiso hacer fortuna a los 13 años de modo de desligarse de su control y por esa razón se embarcó durante 8 años, navegando por los mares.  En aquel tiempo el océano todavía seguía siendo bastante inexplorado, encerrando muchos misterios para los valerosos hombres que se aventuraban en sus aguas.  A su vez tampoco contaban con los medios técnicos como para viajar por completo seguros, cuando la naturaleza se manifestaba con toda su majestuosidad.  De este modo seguramente durante esta etapa de su vida tuvo una serie de experiencias, que de seguro rayaron en lo terrorífico y que lo llevaron a crear una obra que fue lo suficientemente poderosa, como para influenciar de forma directa a alguien como el maestro H. P. Lovecraft.  Por lo tanto la idea del mar como un cúmulo no sólo de secretos, si no que de monstruosidades viscosas y acechantes, provino primero de su mente fantasiosa; además cabe decir que lo que Lovecraft ideó tanto leyendo a sus autores predilectos como el mismo Hodgson, al igual que de forma teórica revisando los viejos volúmenes enciclopédicos de su biblioteca, el escritor inglés lo inventó usando sus propias memorias como fuente original del terror de origen marino.  Es así que al leer a Hodgson quien apenas sabe sobre barcos y navegación, se encuentra con una serie de datos, que el autor incorpora a su narración de forma erudita y espontánea; de tal modo ello sirve tanto para aprender del tema, como para conocer aspectos de interés acerca del mundo de su época.  Como muchos artistas de talento y apasionados, Hodgson vivió con intensidad, alistándose con valor en la Primera Guerra Mundial, lo que lo llevó a morir en las trincheras… ¿Se imaginan qué más habría hecho para la literatura si no hubiese desaparecido tan pronto, como bien sucedió con sus colegas Ambrose Bierce y el ya mencionado H.P.L?

El escritor de estas fabulosas narraciones.

     Otro aspecto a destacar de su pluma, es el uso de la narración en primera persona por parte de los protagonistas e incorporando viejos manuscritos, de donde supuestamente provienen los textos de sus historias (otros procedimientos narrativos bastante usados por Lovecraft y compañía).
     En su corta vida, publicó una obra que una vez que los estudiosos comenzaron a buscar los antecedentes literarios de Lovecraft, lo rescataron del olvido hasta otorgarle el título honorífico de maestro de éste; es así que hoy en día su obra es editada con seriedad, si bien en nuestra lengua española pese a ser de dominio público, pocas son las empresas que se aventuran a ello y sólo los más acérrimos al género lo conocen.   En vida tuvo varios problemas para ver sus trabajos impresos, recibiendo varios rechazos.  No obstante su persistencia le otorgó al final frutos y logró escribir, como publicar sus cuatro novelas y una serie de cuentos que a la largo le otorgaron el reconocimiento, aunque como a muchos de sus pares todo de manera póstuma.
     Su libro más célebre es La Casa en el Confín de la Tierra, ambientada en la real y mágica tierra de Irlanda y que trata acerca de una antigua mansión que es el límite entre nuestro mundo y dimensiones de corte infernal.  Entre medio se encuentran una serie de criaturas espantosas y malignas, como pocas veces o nunca habían sido descritas en su momento; a su vez su protagonista es un atormentado hombre que es testigo de nada menos que del correr del tiempo de forma gradual y acelerada, de forma que en la novela contempla incluso el final de la existencia tal como la conocemos.
     Otra de sus novelas famosas es Los Botes del “Glen Carrig” (y a la cual los españoles titularon de forma bastante poética Los Náufragos de las Tinieblas, en la antigua edición de Martínez Roca).  Esta obra trata acerca de un grupo de personas que naufragan y llegan a una zona apartada y desconocida en medio del mar, luego a una isla, sitios donde se encuentran con una serie de criaturas espantosas.  El libro no puede ser más entretenido y los mil y un peligros a los que se enfrentan sus personajes, mantienen al lector atento como una de las mejores narraciones de aventura y misterio.
     Los Piratas Fantasmas tal como dice su literal título, trata sobre temas caros a la narrativa del siglo XIX y principios del XX, piratas y fantasmas; de este modo en esta novela toma un papel primordial el nefasto barco que lleva a sus particulares protagonistas, quienes necesariamente no son delincuentes de altamar, pero que se encuentran sometidos a la siniestra naturaleza del barco en el que han decidido servir y sin sospechar la verdad sobre dicha embarcación.
    Más en el terreno de la ciencia ficción y con el elemento romántico propio de la literatura de los inicios del género, se encuentra El Reino de la Noche.  Esta novela, la más extensa de su trayectoria, transcurre en un futuro muy lejano de la Tierra, en el cual el planeta se encuentra en una noche eterna y los pocos humanos que permanecen, viven en una gigantesca pirámide que los protege de los horrores del exterior.
    Dentro de su producción en narrativa breve, destacan sus cuentos dedicados a Carnacki, quizás el primer detective dedicado a casos paranormales, quien además usaba un libro esotérico y de magia para enfrentarse a los 9 casos de los cuales su creador escribió.  Uno de los puntos más destacados de esta serie de relatos, fue que el personaje se constituyó sin que lo pretendiera su autor, en el antecedente para varios héroes de este tipo, ya sea en la literatura (John Silence de Algernon Blackwood, Titus Crow de Brian Lumley y Harry D´Amour de Clive Barker), el cómic (John Constantine de las historietas de Hellblazer de DC), la televisión (por supuesto que Fox Mulder y Dana Scully de Los Expedientes-X) y el cine.   En vida Hogsdon publicó 6 cuentos sobre Carnacki, sin embargo el mismísimo Augusth Derleth, a quien le debemos el rescate de la obra de Lovecraft al fundar la editorial especializada Arkham House, editó de forma póstuma otros tres cuentos del ciclo para gusto de sus seguidores.  Carnacki ha sido revisitado por otros autores en diversos tipos de historias.
     La prestigiosa editorial española Valdemar, especializada en cuidadas ediciones de literatura clásica, gótica y fantástica, sacó una edición que contiene 6 relatos del autor, todos ellos ambientados en el mar.  A continuación un breve comentario y análisis para cada uno de los textos que comprenden este librito.

II- Los Cuentos.

1- La nave abandonada.

    El cuento comienza con una significativa conversación para introducir la historia central y donde el protagonista les cuenta a sus oyentes una horrible experiencia en alta mar, que tuvo durante su juventud.  Antes de iniciar su relato, éste mismo al más puro estilo de la literatura racionalista de la época, realiza una reflexión acerca del origen de la vida y lo que lo lleva a narrar posteriormente su aventura; es así que sus palabras reflejan el interés científico de una época, en la cual aún existían muchos misterios en la naturaleza para el hombre, pues no se contaba con los medios técnicos, ni los conocimientos previos que permitieran explicar muchas de estas interrogantes.  En cierto sentido las ideas planteadas por el ya anciano médico que protagoniza este relato, son muy propias de la base pseudocientífica, que luego autores de la talla de Lovecraft tomarían para sí, con la intención de darle mayor credibilidad a su obra:

     “-Es el material. -dijo el viejo médico de a bordo-. Más las condiciones y, quizás un tercer factor. Sí, un tercer factor, aunque habría que ver, habría que ver. Interrumpió su frase y empezó a cargar la pipa.
     -Siga, doctor. -dijimos, alentándolo.
     Estábamos en el salón de fumar del San-a-lea, viajando por el Atlántico Norte; el doctor era todo un personaje. Encendió la pipa; se acomodó y empezó a explicarse:
    -El material es el medio de expresión de la fuerza de la vida, el punto de apoyo, en cuya ausencia es incapaz de expresarse o, en realidad, de expresarse en cualquier forma inteligible para nosotros. El papel del material en la producción de eso que llamamos Vida es tan poderoso y la fuerza de la vida está tan ansiosa de expresarse que estoy convencido de que, dadas las condiciones correctas, ésta se manifiesta incluso a través de un medio tan poco prometedor como es un pedazo de madera. Afirmo, caballeros, que la fuerza de la vida es a un tiempo tan ferozmente apremiante y tan indiscriminada como el fuego. Sin embargo, hay quienes consideran la esencia de la vida como exuberante. Hay aquí una paradoja.
    -Sí, doctor. -dije- En resumen, usted argumenta que la vida es una cosa, un estado, un hecho o como quiera, que demanda un material a través del cual manifestarse, y que dado el material, más las condiciones, el resultado es la vida. En otras palabras, que la vida es un producto de la evolución... ¿No es cierto?
     -Tal como entendemos la palabra. -dijo el doctor-. Aunque podría haber un tercer factor. Pero estoy convencido de que es una cuestión de química; y una vez dadas las condiciones, el animal es tan omnipotente que se aferrará a cualquier cosa en la que pueda manifestarse. Es una fuerza engendrada por las condiciones, pero, con todo, esto no nos acerca ni un milímetro a su explicación, no más que a las explicaciones de la electricidad o del fuego. Pertenecen, los tres, a las fuerzas externas: monstruos del vacío. Nada que esté a nuestro alcance puede crear alguna de ellas; nuestro poder se limita a hacer, suministrando las condiciones, para que cada una de ellas se manifieste a nuestros sentidos físicos. ¿Me explico?
    -En cierto sentido. -dije- Pero no estoy de acuerdo. Tanto la electricidad como el fuego son cosas naturales, pero la vida es algo abstracto, una especie de vigilia que todo lo penetra. Oh, no puedo explicarlo, ¡quien podría! Pero es espiritual; no sólo surgido de una condición, como el fuego, o la electricidad. El suyo es un pensamiento horrible. La vida es una especie de misterio espiritual.
      -Tranquilo, muchacho. -dijo el doctor, sonriendo- O de lo contrario podría pedirte que demostraras el misterio de la vida de la lapa o del cangrejo, digamos. -Me dirigió una sonrisa de inefable perversidad- De todos modos, -continuó-, supongo que como todos habrán adivinado, tengo una historia increíble que apoya teoría de que la vida no constituye un misterio o un milagro mayor que el fuego o la electricidad. Pero recuerden, caballeros, que aunque hayamos logrado darles nombre y aprovecharlas, estas dos fuerzas, siguen siendo, en lo fundamental, tan misteriosas como antes. Y, de cualquier manera, lo que voy a contarles no explicará el misterio de la vida; sólo les brindará uno de los pretextos sobre los que descansa mi sensación de que la vida es, como he dicho, una fuerza que se manifiesta a través de condiciones y que puede tomar para sus propósitos y necesidad la materia más increíble e improbable porque sin materia, no puede existir, no puede manifestarse”.

Una de las tantas ediciones de
El Reino de la Noche.
    En los comienzos de su carrera profesional como médico de una embarcación, este ya experimentado anciano divisó junto al resto de la embarcación en que navegaba, un barco que desde lejos se veía llevaba largo tiempo a la deriva.  Curiosos, un grupo de hombres liderados por su capitán, entre los que iba el entonces joven médico, llegaron hasta la nave y allí pudieron comprobar el estado deplorable y extraño en el que el vehículo se encontraba; no obstante pese a sus anomalías, decidieron abordarla y a partir de ese momento comenzaron a descubrir una serie de particularidades del barco, que les hicieron conocer una nueva forma del miedo.  La experiencia fue tan aterradora y peligrosa, que por poco no lograron escapar con vida.
    El carácter anómalo del bote, logra superar cualquier idea preconcebida del género hasta entonces, dotando a lo que debería ser un objeto inanimado de cualidades extraordinarias y que sin duda responden al temor a lo desconocido.  La descripción de los horrores con los que se encuentran los marineros, bien pueden llegar a ser un deleite para los lectores ávidos de manifestaciones grotescas; a su vez Hodgson se muestra sin dudas como un maestro para crear ambientaciones opresivas y marcar el ritmo del suspenso, con el que la intensidad de su narración va en aumento considerable. El cuento a su vez deja expresado de forma explícita, la insignificancia del ser humano frente al verdadero poder de las fuerzas de la naturaleza; asimismo no deja de presentar una moraleja acerca de las consecuencias de la curiosidad y la avaricia humanas, con el castigo correspondiente y que resulta ser un tema recurrente en este tipo de historias.

2- El Regreso al Hogar del Shamraken.

      Depende de cómo se interprete este cuento, es de terror o no, ya que su desenlace deja con más de una interrogante acerca del destino final de sus personajes; por otro lado, quizás dependa de la experiencia y visión de mundo de cada lector, tomarlo todo ello como una bendición o una maldición.
    El argumento gira en torno a un grupo de ancianos que llevan años trabajando juntos en el mismo barco, el Shamraken que le da título a este cuento.  Si bien la mayoría de estos hombres ha hecho su vida en tierra, teniendo sus propias familias, dentro del barco han llegado a crear sus propios lazos y que les ha dado un sentido de familia entre sí, como comunidad aparte.  Varios de estos recios marineros en su larga existencia han perdido a un ser querido y en algunos momentos en los que realizan esta travesía, comienzan a recordar a su gente.  Es cuando llegan a un lugar donde sucede un extraño fenómeno supuestamente natural, que muchos de ellos comienzan a darse cuenta de que ésta será su última travesía.
    De este modo el título hace mención a una vuelta a casa no sólo como al regreso tras una jornada más de trabajo, siendo habitual en este tipo de labores un largo periodo fuera del hogar, si no que la lleva a un plano mucho más melancólico y humano; es así que luego sus protagonistas toman la nueva experiencia por la que pasan (y que para muchos podría ser aterradora), como una oportunidad para por fin alcanzar la paz que buscaban.  Tras años de efectuar las mismas labores de siempre, viejos, habiendo sobrevivido a sus seres más queridos, toman con más que resignación el desenlace de su viaje.   Considerando lo anterior, esta narración hasta cierto punto distinta al resto de las que componen este recomendable libro, posee un especial lirismo y el cual se completa con la descripción de las  maravillas que les toca pasar a sus personajes, por mucho que estas pudiesen ser vistas como algo de carácter ominoso:

    “Y después de eso, los dos viejos se sentaron junto a los demás y observaron. Al sonar las cinco campanadas, a las diez y media, hubo un murmullo de los que estaban más cerca de la proa y un grito del vigía. Ante esto, la atención de todos se dirigió a un punto ubicado casi en línea recta hacia adelante. En aquel sitio en especial, la niebla parecía estar fluyendo con un brillo rojo curioso, ultraterreno y, un minuto después, estalló ante sus ojos una vasta bóveda formada por refulgentes nubes rojas. Ante el espectáculo, todos y cada uno de ellos gritaron expresando asombro y empezaron a correr de inmediato hacia la parte superior del castillo de proa. Allí se congregaron en un grupo apretado, con el patrón y el oficial entre ellos. La bóveda parecía extender ahora su arco a lo lejos a cada lado de la proa, de modo que la nave enfilaba para pasar exactamente por debajo”.

3- Una Voz en la Noche.

     Toda una joyita resulta esta historia, tan sugerente y además tan gráfica a la hora de expresar la idea del espanto…marino.  En esta ocasión el relato comienza con una embarcación (una de las tantas habituales en la obra de Hodgson) que durante su travesía nocturna, se encuentra con un bote que irrumpe su cotidianeidad; la nave mayor sólo va tripulada por dos hombres, mientras que la menor se encuentra dirigida por un supuesto anciano y al que los dos marineros recién logran ver en parte hacia el final de la historia.  En medio de la oscuridad quien tripula la pequeña embarcación, les cuenta sus vicisitudes, luego de solicitarles víveres a los otros dos hombres.  Contra lo esperado, el suplicante, quien apenas tiene para subsistir en su precario hogar, no se atreve a pedirles que lo rescaten, tampoco a su mujer, la cual lo espera en un islote.  Es entonces cuando el protagonista les cuenta a sus oyentes, la desgracia que lo llevó junto a su amada a vivir en una miseria nunca antes conocida y el motivo del cual ambos hayan optado por no dejarse tentar para regresar a la civilización…
    Los dos eran pasajeros de un barco que naufragó y si bien sus tripulantes lograron salir con vida, los abandonaron a ambos; no obstante lograron subsistir gracias a una embarcación que encontraron abandonada en pleno mar.  Todo iba bastante bien para los dos, hasta que descubrieron que no estaban solos en dicha nave, ya que existía en ésta una rara forma de vida y que por mucho que evitaran su influjo, al final terminó por marcarlos de por vida.  La condición de esta pareja llegó a tal punto, que la apariencia de ambos y su conducta se convirtió en su vergüenza y temor. 
    De seguro esta narración en su momento fue demasiado osada y hasta enfermiza para los lectores de su época, puesto que si ya en La Nave Abandonada el autor proyectó el terror a una expresión nunca antes vista entre sus contemporáneos, en este caso llevó las cuitas de sus personajes a una dimensión mucho más sórdida que las de los protagonistas de la otra obra mencionada.  Si en el cuento que encabeza esta colección el espanto se produce como efecto de la aventura de sus personajes, en este caso el horror resulta una extrapolación de miedos más reales como lo son la misma pobreza, la enfermedad (en una época en la cual existían males como la lepra, que por entonces no tenía cura y convertía a quienes la padecían en verdaderos monstruos) y la soledad, que en este último caso resulta casi deprimente cuando la víctima llega a compartir sus recuerdos:

Carnacki en el mundo de las historietas.
     “...Al principio nos pareció que en toda la costa que había a nuestro alrededor no quedaba ni un solo lugar que no estuviera oculto bajo aquella horrible sustancia; pero más tarde pudimos comprobar que nos equivocábamos, pues al navegar siguiendo la costa, a cierta distancia, vimos un pequeña extensión de algo que parecía arena fina y allí desembarcamos. No era arena. Lo que era no lo sé. Lo único que he podido observar es que sobre ella no crece la masa, mientras que nada más que ésta aparece en todas partes, salvo allí donde esa tierra que parece arena dibuja extraños senderos entre la gris desolación, que es en verdad un espectáculo terrible de ver.
    ...Es difícil haceros comprender cómo nos animamos al encontrar un sitio que aparecía absolutamente libre de aquella sustancia. En él depositamos nuestras pertenencias. Luego volvimos al barco para recoger las cosas que parecía que íbamos a necesitar. Entre otras cosas, logré llevarme a tierra un de las velas del barco, con la que construí dos tiendas pequeñas, las cuales, pese a tener un forma muy irregular, cumplían su cometido. En ellas vivíamos y teníamos almacenadas las cosas que necesitábamos, y durante varias semanas todo fue bien, sin que sufriéramos ningún percance digno de señalar. A decir verdad, nos sentíamos muy felices... porque.... porque estábamos juntos.
    ...Fue en el pulgar de la mano derecha de mi amada donde apareció la primera porción de sustancia gris. No era más que un pequeña mancha circular, muy parecida a un lunar gris. ¡Dios mío! ¡Qué temor embargó mi corazón cuando ella me la enseñó! La lavamos entre los dos, rociándola con ácido carbólico y agua. Al día siguiente, por la mañana, volvió a enseñarme la mano. La mancha gris, parecida a un verruga, volvía a ser visible. Durante un rato estuvimos mirándonos en silencio. Luego, todavía sin mediar palabra, nos pusimos a eliminarla de nuevo. Estábamos a la mitad de la operación cuando de pronto mi amada dijo: ¿Qué es eso que tienes en la cara, amado mío? Su voz reflejaba inquietud”.

4- Desde el Mar sin Mareas.

      Contado de una forma  bastante tradicional, a través de un manuscrito antiguo que es hallado de forma inesperada, trata sobre la espantosa situación en la que se haya un pequeño grupo de gente y cuyo barco ha quedado varado en el entonces misterioso Mar de los Sargazos (lugar real lleno de estas algas y donde muchos vehículos acuáticos se perdieron en la antigüedad).  El mismo autor hace referencia a sí mismo en fragmentos de la narración, los que hacen alusión a los manuscritos mencionados; este procedimiento tradicional en la literatura corresponde a una manera de otorgarle verosimilitud a la ficción, dándole apariencia de documentos reales:

     “Este "quinto mensaje" contiene un relato fundamental e impactante de sus vidas durante el año 1879 y sigue siendo único como documento cargado de soledad y anhelo humanos. Lo he visto y leído totalmente con el interés más intenso y doloroso .La escritura, aunque tenue, es muy legible y todo el manuscrito lleva la marca de la misma mano y la misma mente que escribieron la lastimosa narración de la pérdida del Homebird, a la que ya me he referido y con la cual, sin duda, muchos estarán familiarizados. Al cerrar esta pequeña nota explicativa, me siento estimulado a preguntar si en algún lugar, alguna vez, se encontrarán los tres mensajes perdidos. Y podría aún haber otros. No puedo imaginar qué historias de lucha humana y esforzada contra el destino pueden contener. Sólo podemos esperar e interrogarnos. No podemos aprender nada más, porque ¿qué es esta pequeña tragedia perdida entre los incontables millones de tragedias que el silencio del mar retiene con tan pocos remordimientos? Y sin embargo, insisto, pueden llegarnos noticias de lo desconocido: surgidas de los silencios desolados del espantoso Mar de los Sargazos, el lugar más solitario e inaccesible de todos los lugares solitarios e inaccesibles de esta tierra. Por eso, afirmo, aguardemos. W.H.H”.[1]

     La trama central de este relato cuenta acerca de un barco que queda atrapado en la zona mencionada y al final tras una serie de peligros sólo quedan vivos una pareja, un matrimonio, quienes luego llegan a tener una hija.  De este modo el aliciente para sobrevivir a las aberraciones del lugar, resulta mayor que en los cuentos anteriores, ya que en esta ocasión una pequeña inocente está involucrada.  Por lo tanto en el cuento se logra apreciar un tipo de dramatismo diferente, esta vez por el hecho de tratarse de una familia la que se encuentra en riesgo, de modo que el protagonista del relato realiza todo lo posible y usando todo su ingenio con los pocos medios que posee, para mantener a salvo a las dos mujeres que ama.
    Considerando que durante gran parte del relato es una familia donde se centran los acontecimientos, la presencia de un personaje femenino sobresale por sobre otros escritos del tomo, puesto que posee mayor cantidad de diálogos y de participación directa; no obstante tampoco se trata de un desarrollo más complejo de la fémina en cuestión, pero sí su introducción en el argumento convierte este cuento en uno de los mejores acabados de entre los presentes.
    En cuanto a las bestias de esta obra, resultan ser mucho más convencionales que las del resto de los cuentos que componen este libro, si bien Hogsdon hacia el clímax introduce la presencia de una criatura mucho más espantosa y de la cual apenas se sabe, empero ésta queda sugerida al lector (estilo del cual luego el propio Lovecraft se servirá en muchos de sus textos).

5- La Nave de Piedra.

    Increíblemente se podría afirmar sin tapujos, que ciertos aspectos de este relato lo hacen ser el más “lovecrafniano” de la antología.  Lo anterior debido a la particular atmósfera de esta obra, que va más allá de la presentación de la monstruosidad marina de turno, si no  que hace referencia a la existencia de antiquísimas construcciones y por consiguiente de una por igual antigua civilización.  No obstante hacia el final del cuento el narrador se permite racionalizar/explicar varias de sus hechos extraordinarios, a tal punto que muchos de estos pierden su misterio una vez que efectúa esto.  Este proceso de racionalización acerca esta obra al terreno de la ciencia ficción, si bien muchos de los fenómenos “desmitificados” acá, resultan más que probables a la hora de ocurrir en el mundo real; no obstante el ejercicio narrativo que realiza su autor para darle verosimilitud, a la mayoría de los eventos asombrosos que aquí se describen, resulta plausible, aunque responde en parte a la tendencia de una época más positivista como la suya.
    El argumento gira en torno a un barco que se encuentra con una nave más que extraña, toda de piedra y que sin embargo flota sobre el agua.  Una serie de ominosos hechos vaticinan esta aventura con la embarcación, pero es hacia el desenlace que la sorpresa se hace mayor, cuando esta vez resultan ser las mismas fuerzas de la naturalezas, las que una vez más lograr demostrar al ser humano lo poco que es en consideración a su superioridad.

6- Los Habitantes de la Isla Middle.

    Si el relato anterior era a su manera el más lovecrafniano (o mejor dicho, pre-lovecrafniano), éste si bien posee muchos de los elementos típicos de su autor, en especial en lo que se refiere a la ambientación marina, puede ser considerado como el más “tradicional” del tomo.  Esta afirmación se debe a la misma naturaleza sobrenatural de los personajes mencionados en el título del cuento y la que si bien queda más o menos incierta en la narración, los emparenta a medias con los fantasmas o, en mayor medida, con los vampiros.
    Su trama cuenta acerca de un hombre acomodado cuya novia ha desaparecido tras hacer un viaje por el mar, de modo que inicia una búsqueda para encontrarla o en el peor de los casos saber qué sucedió (la nave en la que iba la mujer tampoco llegó a su destino).  Acompañado por un amigo, realiza su expedición hasta que encuentra en medio del océano el barco donde iba su amada; no obstante la embarcación, que se encuentra a las afueras de una pequeña isla deshabitada, está por completo abandonada y sin embargo hay en ella una serie de detalles que despiertan la inquietud.  Luego en el tono propio de las historias de amor trágicas, que terminan con los amantes juntos sumidos en la desgracia o la condenación, el cuento acaba haciendo un guiño más a este tipo de terror más convencional y/o clásico.  Es al respecto que este relato deja claro que un buen misterio no tiene por qué terminar siendo resuelto, puesto que muchos de los eventos de la vida real nunca logran entenderse por completo y/o quedan en suspenso (tal y como queda demostrado en esta obra, donde no se logra saber qué pasó en verdad con la malograda dama y el resto de la tripulación con la que iba):

     “—Fíjense lo limpia y ordenada que está la bendita —dijo, deteniéndose después de unos pasos—. No es natural —hizo un gesto con la mano hacia los avíos de cubierta que nos rodeaban—. Todo está como si acabara de llegar a puerto y no fuera un bendito barco náufrago.
     Siguió hacia la popa, siempre abriendo la marcha. Era tal como había dicho. Aunque los mástiles y los botes de la nave habían desaparecido, estaba extraordinariamente limpia y ordenada, las cuerdas —las que quedaban— prolijamente enrolladas en las cabillas y en ningún punto de las cubiertas se podía discernir alguna señal de desorden. Trenhem lo había captado al mismo tiempo que yo y ahora me tomó del hombro con una mano rápida, nerviosa.
     —Observa, Henshaw —dijo en un susurro excitado—, esto demuestra que algunos estaban vivos cuando entró aquí... —hizo una pausa como para recobrar el aliento—. Pueden estar... pueden estar...
Se detuvo una vez más y señaló sin una palabra la cubierta. Había pasado más allá de las palabras.
    —¿Abajo? —dije, tratando de hablar con animación.
     Asintió con la cabeza, escrutándome el rostro en busca de combustible para la repentina esperanza que se había encendido dentro de él. Entonces llegó la voz de Williams que estaba de pie ante la escalera de entrada a las cabinas.
    —Vamos, señor. No voy a bajar solo.
    —Sí, vamos, Trenhern —grité—. Nunca se sabe qué puede pasar”.




[1] Las siglas hacen clara mención al escritor, William Hope Hogsdon, quien sigue la ya clásica tradición de textos como el Quijote de la Mancha y donde su autor, Cervantes, se introduce en la narración como personaje.

Edición en inglés de La Casa en el Confín de la Tierra.
Los editores destacan claramente la influencia de Hodgson en Lovecraft.
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