miércoles, 31 de diciembre de 2014

¡La Guerra de Panem (cinematográfica) ha comenzado!


     Durante el mes de noviembre del año que acaba de terminar, se estrenó mundialmente la primera película de las dos en total, que adaptan la novela Sinsajo de Suzanne Collins.  El último tomo de la trilogía de Los Juegos del Hambre fue dividido para, supuestamente, contar mejor su historia, esto es ser lo más fiel posible a los acontecimientos narrados en el libro y sin caer en la omisión de sus detalles más relevantes (no obstante queda bien claro que este tipo de decisiones, atiende más bien a razones comerciales que a pretensiones estéticas, o sea, pretende sacar más dinero del público).  En todo caso esta cinta inicial del mencionado díptico, se ha convertido a poco tiempo de su debut, en un éxito de público y crítica.   Lo anterior se debe a un guión sólido, incluyendo un trabajo más que eficiente de su director, Francis Lawrence, quien tomó la saga cinematográfica en sus manos a partir de la cinta anterior (Los Juegos del Hambre: En Llamas).   Pero lejos uno de los puntos más fuertes de esta cinta, así como del resto de las películas que componen la tetralogía aún no acabada, resulta ser el trabajo de su actriz principal, la joven Jennifer Lawrence (supuestamente salvo su apellido y trabajar en el séptimo arte, no hay parentesco familiar entre director y actriz), quien una vez más logra personificar a la carismática Katniss Everdeen no solo convincentemente, sino que con una humanidad que sobrecoge (es así como a lo largo de las tres películas que ha filmado sobre estas novelas, en más de una ocasión ha logrado emocionar a su audiencia hasta las lágrimas).
     Cuando se trata de realizar una producción hollywoodense, sobre un libro o una saga literaria tan popular como la que inspira esta serie de cintas, por lo general existe la preocupación por parte de sus responsables de hacer más solvente su “producto”, reclutando entre sus filas a actores de renombre y otorgándole con ello un atractivo adicional con el cual conseguir mayores divisas.  De este modo ya desde el primer largometraje, la versión fílmica de Los Juegos del Hambre ha contado con la labor de artistas de la talla de Donald Sutherland, Woody Harrelson, Stanley Tucci y de Phillip Seymour Hoffman...Pues bien, para las dos últimas partes del ciclo, incorporaron a su prestigioso casting a la también veterana y laureada Julianne Moore, en otro papel destacado de entre la gran gama de personajes que intervienen en esta historia.  Lo hecho por la camaleónica actriz hasta el momento en Sinsajo parte 1, no ha decepcionado a sus seguidores y para quienes hayan leído esta última novela además, hace desear como nunca verla interpretando el increíble destino de la presidenta Coin.
    Siguiendo con lo de los actores famosos que intervienen en estos largometrajes, cuando se supo del deceso de Phillip Seymour Hoffman, mucha gente lo lamentó y más todavía por quienes habían gozado de su papel en la saga ¿Qué pasaría entonces con su personaje en las películas finales? Un rol tan importante como el suyo, no podía ser eliminado del argumento y ante el hecho de que otro histrión lo tomara, resultaba igual “intrigante” el cambio de cara para dicho personaje (si bien la mismísima Julianne Moore reemplazó a Jodie Foster, cuando esta se negó a filmar Hannibal, la continuación de El Silencio de los Inocentes en los noventa y lo hizo bastante bien).  Al final lo que hicieron con lo filmado por Hoffman, fue aprovechar al máximo su metraje y en  un determinado momento ocuparon los ya sofisticados efectos digitales como para simular la presencia del fallecido actor (ahora bien, cabe saber en qué momento es el actor real quien aparece en escena y cuándo ya es otro sobre el cual se “implantó” el rostro del fenecido). 
    Como bien sucedió con las dos cintas anteriores de la saga, se respetaron en esta ocasión bastante los hechos principales y varias de sus líneas argumentales…No obstante se puede considerar como todo un aporte al guión adaptado, el uso de otro personaje tan querido dentro de Los Juegos del Hambre, como bien lo viene a ser Effie Trinket y quien en el caso del libro apenas sale hacia su final; de este modo se potenció su papel, dándole muchas más escenas y diálogos, incluso convirtiéndola en alguien con un carácter mucho más aceptable para las masas, que el de su versión original.  Volviendo al tema del carácter de fiel adaptación del texto literario, por parte de esta película, en ella es posible apreciar con gran dramatismo muchos de sus momentos más emblemáticos y retratados con una crudeza inesperada, en una cinta que en una primera instancia puede ser considerada como una obra “juvenil”.  Pues bien, en Sinsajo parte 1 no deja de verse el mensaje antibélico del libro que la inspira, por lo que cuando se trata de reflejar la crudeza de la guerra, no hubo reparos para convertir a imagen, por ejemplo, la devastación del Distrito 12 con sus miles de cadáveres y el hospital que llega a visitar la heroína, para lograr concientizarse aún más sobre la importancia de su liderazgo en la rebelión contra el gobierno.  Respecto a esto, es que se puede afirmar que la película para nada viene a ser una ligera obra dirigida a un público gustoso de tramas livianas, si no que asume la tradición de las obras de ciencia ficción comprometidas con el discurso de crítica social.
    ¿Y de qué trata el argumento de la cinta en sí? Pues es la continuación directa de Los Juegos del Hambre: En Llamas y donde se efectúa una rebelión en el país de Panem, el cual por 75 años estuvo sumido en una dictadura y/o totalitarismo.  Es así como diferentes grupos a lo largo de sus 13 distritos, inspirados por las acciones de la joven Katniss Everdeen (conocida como Sinsajo, un ave mutante que simboliza la libertad y la esperanza para su gente) en los llamados Juegos del Hambre, realizan su alzamiento contra el presidente Snow y sus esbirros, para acabar con el control del Capitolio al resto del país.  De este modo en esta película es posible ver el comienzo de la lucha armada entre los dos bandos y donde Katniss junto a los suyos interviene directamente; amparados además por el militarizado Distrito 13, que se suponía estaba arrasado tras su primera rebelión, pero que en realidad estuvo durante décadas preparándose para la revancha. Asimismo importante viene a ser dentro de este largometraje, los intentos para rescatar a Peeta Mellark de las garras del enemigo, quien junto a otros veteranos de los Juegos del Hambre, se haya en calidad de prisionero.
    Tras pasar una serie de entuertos, los protagonistas se encuentran a las puertas de la invasión por parte de las fuerzas rebeldes, a la sede del poder del tirano Snow en el Capitolio; es cuando la escena final de esta obra deja a muchos con un sabor amargo (en lo que concierne a quienes no han leído el libro), pues quien otrora fuese el dulce Peeta,  es mostrado en toda su locura asesina, tras haber sufrido el lavado de cerebro por parte del dictador durante su cautiverio.  La escena en sí adelanta el carácter apocalíptico que debiera tener Sinsajo parte 2 y donde una parte primordial de su guión, debe tratar acerca de la lucha por despertar en Peeta al buen muchacho que fue en su momento.  Mientras tanto cabe armarse de paciencia, para poder ver por fin la tan ansiada conclusión, repitiéndose entre medio una y otra vez este tercer filme y sus predecesores. 

La protagonista en uno de los momentos más emotivos del filme,

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