jueves, 28 de abril de 2016

La segunda gran aventura de Sherlock Holmes


     En el transcurso de 1890 (¡Ya hace más de un siglo!) fue publicada por primera vez  El Signo de los Cuatro, correspondiendo esta misma a la segunda novela escrita por Sir Arthur Conan Doyle sobre su personaje más famoso: el detective Sherlock Holmes.  En sus páginas el ingenioso investigador una vez más es acompañado por su inseparable amigo, el doctor John Watson, quien vuelve a ser el narrador de las aventuras de su compañero, tras ser  testigo de sus aventuras e intervenir directamente en ellas.  Debe mencionarse en todo caso que no se trata de una obra demasiado larga (en español no alcanza a las doscientas páginas), por lo que se lee de manera rápida, aunque ello también gracias al talento de su autor para cautivarnos con la caracterización que realiza de sus dos héroes.  Asimismo ayudan a entusiasmarse en el texto la creación de nuevos personajes, diseñados de tal manera que resultan más que atractivos; por último no se debe olvidar la existencia de una trama en la que imperan la intriga y la aventura, permitiendo además desarrollar varios temas de interés, como se irán presentando a lo largo de este texto.
     Pues su argumento o más bien el caso que debe resolver Holmes, parte de una manera muy especial y atendiendo a añejos patrones de las viejas historias: a través de la ayuda de una dama en apuros, quien por supuesto está descrita como una mujer femenina, angelical…y desvalida; alguien a quien proteger para seguir los esquemas de conducta de la sociedad en la que se enmarca esta narración.  Por otro lado, la introducción de esta fémina en la cronología de los residentes de Baker Street resulta bastante significativa, por cuanto esta no desaparece de sus vidas a lo largo del resto de su bibliografía, ya que se transforma en alguien importante para la felicidad de uno de estos dos.  Pues volviendo a su trama, la señorita en cuestión los lleva a involucrarse en esos típicos crímenes que implican tesoros desaparecidos y venganzas entre medio…Solo que su escritor lo sazona todo de tal modo, que una vez descubierta la identidad del responsable de las cuitas del afectado (que resulta ser otro sujeto y no su nueva clienta), el lector llega a encontrarse con un criminal que escapa a los estereotipos maniqueos y termina por ganarse la simpatía (si es que no su comprensión) de los lectores.
     Este título permite tomar conciencia de que el mal no es solo algo relacionado con la violencia y los sujetos marginales, que habitualmente podemos encontrar en este tipo de relatos, sino que tiene diversos tipos de manifestaciones. De este modo se introduce la idea de que la avaricia y la deslealtad, son otros de los flagelos que causan estragos en el corazón humano.  De igual modo los villanos pueden ser más que unidimensionales malvados y por lo tanto pueden guardar dentro de ellos la noción del honor, como también la certeza de la justicia, que no los aleja del resto de la comunidad.  Es así que el libro deja claro que en cualquier lugar y aún entre los que ostentan una posición social privilegiada, existen individuos de actitud reprochable (de igual modo hasta los parias pueden dar muestras de nobleza).
      La novela a su vez se constituye en un medio para conocer la realidad en que vivió Conan Doyle, miembro del poderoso imperio británico de aquellos tiempos y que cuando apareció esta obra había conquistado la India, teniendo posesiones en ella y varios intereses comerciales, como políticos.  Pues el libro da señales de esta historia de dominación, debido a que varios de sus personajes se encuentran ligados a ello, entre europeos y autóctonos del exótico país.  Por tal razón parte de la narración transcurre en esta otra nación, haciendo mención directa a los conflictos entre colonizados y colonizadores, a las costumbres de sus lugareños, su lenguaje y otros aspectos.  Como ya es habitual entre las obras del escritor, este demuestra ser alguien bastante documentado acerca del mundo más allá de sus fronteras, entregando rica información para el lector, que hace de la ambientación de sus ficciones algo vasto y creíble y con un fuerte asidero en los tiempos en que realizó su labor literaria.  Debido a esto mismo, el novelista hace mención directa a otras facetas de dicha época, como las costumbres carcelarias y las tribus caníbales con las que se encontraban los viajeros de las por entonces tierras ignotas, que aún quedaban a finales del siglo XIX (no obstante muchas veces ello era una exageración novelística, propia de los relatos de quienes tenían estos supuestos encuentros con tribus primitivas).
     Lo anterior tiene que ver con la figura de uno de sus personajes más llamativos, un aborigen que en su descripción corresponde a la visión xenófoba, que tenían los “blancos” de entonces hacia los pueblos originarios.  Cabe en todo caso destacar el atractivo por tal exotismo y que para mucha gente de estos países poseían sus gentes.  La siguiente cita explica mejor que nada la visión que se tenía de estos indígenas:

    “Era un hombre fuerte y corpulento y, al verlo de pie con las piernas separadas, me di cuenta de que la pierna derecha, desde la rodilla hasta abajo, no era más que un mástil de madera. Como en respuesta a sus gritos estridentes y airados, se produjo un movimiento en la masa acurrucada sobre la cubierta. Cuando se incorporó, vimos que era un hombrecillo negro, el más pequeño que he visto en mi vida, con una cabeza grande y deforme y una gran mata de cabellos revueltos y enmarañados. Holmes ya había sacado su revólver y yo eché mano al mío nada más ver a aquella criatura deforme y salvaje. Estaba envuelto en una especie de capote o manta oscura, que sólo dejaba al descubierto su cara; pero aquella cara bastaba para quitarle el sueño a cualquiera. Nunca he visto unas facciones que expresaran tanta bestialidad y crueldad. Sus ojillos brillaban y ardían con luz siniestra y sus gruesos labios se arrugaban, dejando a la vista los dientes, que rechinaban y nos hacían muecas con una furia casi animal.
     –– Si levanta la mano, dispare ––dijo Holmes tranquilamente.
     Estábamos ya a un largo de distancia, con nuestra presa casi al alcance de la mano. Aún ahora me parece que los estoy viendo a los dos: el hombre blanco, de pie, con las piernas separadas, vociferando maldiciones; y el diabólico enano, con su rostro espantoso y sus afilados dientes amarillos, tirándonos mordiscos a la luz de nuestro foco”.

      La relación entre Holmes y Watson resulta ser bastante curiosa, puesto que  se transforma en un gran ejemplo de lo que significa mantener una estrecha amistad incondicional entre hombres (tema recurrente en la literatura desde los antiguos relatos orales mitológicos).  No obstante estos dos no pueden ser más distintos entre sí y ante la fraternidad que los une (siendo que al parecer no poseen otros amigos), bien uno puede preguntarse cómo es posible tal unión.  Pues el buen doctor deja en evidencia más de una vez su admiración hacia el detective, lo que se hace más notorio por el hecho de que este lleva un registro de todas sus aventuras, para luego convertirlas a narración literaria.  Mientras Watson es un hombre emocional y sencillo, el otro es sin duda un sujeto racional y de gustos más “refinados” (como su interés por la cocaína), quien es por completo feliz siempre y cuando puede dar rienda suelta a su privilegiado intelecto.  De hecho, el principio de esta obra da las claves para comprender mejor las pasiones que mueven al sabueso y lo que incluso llega a causar cierto rechazo en su compañero, quien no justifica su amor hacia ciertas sustancias.  Es respecto a esto último, a los apetitos narcóticos de Sherlock, que llama la atención la naturalidad con la que el autor hace mención de sus costumbres (sin mayor juicio de valor que el hecho por el propio amigo), lo que a la luz de hoy en día para muchos resulta algo escandaloso (razón por la cual en la mayoría de las adaptaciones audiovisuales del personaje, tienden a “olvidarse” de esta faceta suya).
   
    Otro aspecto que puede llamar la atención en la personalidad de Sherlock Holmes, viene a ser su vida privada, desconocida por su amigo y biógrafo, la cual poco a poco va quedando al descubierto para este y los mismos lectores.  Pues a medida que el tiempo transcurre, se van revelando varios aspectos suyos que dan noción del pasado de Holmes, mucho antes de conocer a Watson; de igual modo se sugiere una vida en “paralelo” al tiempo que pasa con el doctor, una en la cual se codea con todo tipo de gente (y no necesariamente de la más rancia alcurnia).  Es así como se nos va presentando a un héroe multifacético, alguien que está lleno de sorpresas.  Pues Holmes saca partido de todo lo que tiene a su disposición: por ende aprovecha sus experiencias fuera del hogar de Baker Street, lo mismo que los distintos conocimientos que adquiere y la confianza de los muchos conocidos con los que logra entablar algún tipo de cercanía; luego todo ello le permite reunir los medios suficientes para superar cualquier imprevisto.
    También resulta interesante el trato que hay entre los personajes, uno en el cual la caballerosidad, el sentido de la hospitalidad y el respeto resultan pilares fundamentales de las relaciones interpersonales.  No solo en el comportamiento deferente de los varones hacia el entonces llamado “sexo débil”, se encuentra este aspecto, sino que se haya en abundancia entre señores de toda índole, destacando justamente el comportamiento que tiene el “criminal” de esta novela.  No hay la menor duda de que el libro retrata otro mundo, o más bien una sociedad con rígidos patrones de conducta y donde la formalidad no es algo solo para las situaciones de etiqueta.
    El nombre de la novela, tan esotérico como se sabe era del gusto de su autor profundizar en este tipo de temas (quien era miembro de una sociedad secreta: la Golden Dawn), tiene que ver con un pacto que cobra vital importancia para la trama.  Su significado es explicado bastante bien en el desarrollo, no obstante viene a ser otra manifestación del interés que tenían Conan Doyle y sus coetáneos hacia lo exótico y lo raro.  De este modo en sus páginas también nos encontramos con bizarros ritos y personajes como el ya mencionado aborigen y el mismo “villano”, que de igual modo viene a  ser un sujeto que no pasa desapercibido ante la demás personas.
    En contraste a la personalidad de nuestro personaje principal, se encuentra Athelney Jones, agente de la policía y que tanto en su personalidad, como en apariencia, se describe como alguien distinto al detective (además del hecho de ser un investigador “oficial” en vez de Holmes, quien realiza su labor más por el amor a la aventura). Pues mientras el segundo es alguien que disfruta de la adulación, el otro solo busca satisfacer sus inquietudes intelectuales, de resolver los más complicados enigmas usando solo su inteligencia privilegiada.  No obstante pese al contraste entre el uno y el otro, el profesional de Scotland Yard también es un hombre que ama la justicia, solo que es menos “idealizado” que nuestro protagonista.

    “Mientras Holmes hablaba, los pasos se habían ido acercando y ya resonaban con fuerza en el pasillo. Un hombre muy corpulento y de aire autoritario, vestido con un traje gris, entró dando zancadas en la habitación. Tenía el rostro colorado, voluminoso y pletórico, con un par de ojillos muy pequeños y centelleantes, que miraban con viveza entre unos párpados hinchados y fofos. Le seguían de cerca un inspector de uniforme y el todavía tembloroso Thaddeus Sholto.
      –– ¡Aquí hay lío! ––dijo con voz ronca y apagada––. ¡Un bonito lío! Pero ¿quiénes son todos éstos? ¡Caramba, esta casa parece tan llena como una madriguera de conejos!
      –– Supongo que se acordará de mí, señor Athelney Jones ––dijo Holmes, muy tranquilo.
      –– ¡Pues claro que sí! ––resolló el policía––. Es el señor Sherlock Holmes, el teórico. ¡Que si me acuerdo! Nunca olvidaré la charla que nos dio sobre causas, inferencias y efectos en el caso de las joyas de Bishopgate. Es cierto que nos puso sobre la buena pista; pero ahora reconocerá que fue más por buena suerte que por buen criterio”.

     No cabe la menor duda que tras leer este fascinante título, quien se haya encontrado en una ocasión pasada con la pluma de Sir Arthur Conan Doyle o quien por primera vez se hubiese detenido en sus narraciones, sin duda deseará volver a gozar de sus aventuras y misterios.  Pues Sherlock Holmes hay para rato y ello tan solo en lo concerniente a lo que llegó a escribir sobre él su propio autor.

domingo, 24 de abril de 2016

¡Media década de vida!



     Hace exactamente cinco años atrás comencé lo que sería uno de mis proyectos de vida más importantes (si es que no el más relevante de todo ellos, por no mencionar todas las satisfacciones que me ha dado a lo largo de este tiempo).   El tiempo puede ser tan subjetivo para uno y por esta misma razón desde mi insignificante punto de vista, me pareciera ya otra vida aquella en la cual me senté por primera vez a plasmar gracias a la blogósfera, mis ideas y sentimientos sobre buena parte de lo que me hace feliz: Las historias y los personajes que logran ganarse un lugar muy especial en mi corazón y mi memoria.  Pues de eso se trata la mayor parte de lo que comparto con ustedes a través de esta página, sea nombrando, analizando y comentando libros, cuentos, novelas, películas, seriales y cómics…A la larga siempre se trata de eso, o sea, de una buena historia que como a muchos otros les pasa, logra transportarme a otras realidades, invitándome a conocer a quiénes deambulan entre ellas tal cual si fueran de verdad; entonces por un momento, la magia de la narrativa (gráfica y visual) me seduce lo suficiente como para olvidarme de quién soy y terminar por entregarme a la seducción de todo lo que hay detrás de dichas ficciones.  Por último regreso de mi viaje siempre con algo de valor (lo mínimo un agradecido ratito de sana diversión), que me convierte en alguien menos ignorante e invita a una que otra reflexión por ahí.
     Este quinto año del Cubil ha visto pasar unos cuantos hitos que hoy deseo repasar con ustedes (espero no aburrirlos con este ejercicio de la memoria), que de un modo u otro son significativos dentro de mi propia existencia como individuo.  Asimismo cada uno de estos  corresponden a circunstancias especiales dentro de lo que es  mi “hijo virtual”,  de modo que me parece necesario destacarlos para demostrar cómo estos pasados doce meses, me son significativos dentro de todo lo concerniente a este medio.
     Durante el transcurso del mes de mayo del año pasado, uno de mis mejores y más antiguos amigos, Miguel Acevedo, creador del blog Le Dicen Poesía, publicó en papel su primer libro,  Acto al cual tuve la dicha de asistir, así como pude tener el honor de que me regalara un ejemplar y el que por supuesto me autografió.  Pues ni tonto ni perezoso, de inmediato me lo leí y le dediqué su respectiva entrada a Cartelera de Cine.  Más o menos en octubre de ese año, Miguelito lanzó otra obra suya, esta vez junto a una colega escritora.  Como aún no he podido hacerme de una copia, tengo pendiente su lectura y, por supuesto, escribir algo al respecto.  Ojalá no termine el semestre antes de que ello se haga efecto.
     Al parecer mi propuesta mediática ha logrado conseguir la atención de unos cuantos repartidos a lo largo del ancho mundo.  Es así que unos cuantos escritores me han ofrecido regalarme sus obras, para que luego yo realizara alguna crítica al respecto.  Pues deben saber que la mayoría de estos escritores se tratan de personas originarias del Viejo Mundo, específicamente de la Madre Patria, o sea, de España.  Ante tal gesto me he sentido más que feliz, no obstante a todos ellos les he dicho por correo electrónico (la manera en que me han contactado) que con gusto accedo a ello, aunque  como “romántico” que soy solo leo en papel y que si me mandan impreso tales obras, sin duda que me dispondré a la tarea correspondiente.  Pues resulta que solo R. R. López accedió a mi petición y con una amabilidad que me contentó bastante, me envió desde el país de la Zarzuela su novela Imposible pero Incierto, que lejos supero mis expectativas y la recomiendo de todo corazón.  Poco después publiqué una entrevista a este artista, que también se encuentra entre mis artículos más queridos.  Hace poco R. R. López publicó un nuevo libro, que me encantaría poseer y leer, así como otro previo que también tengo pendiente (a ver si el tío este se anima a obsequiarme una vez más con su talento).

Una imagen para el recuerdo (1997): Cuando estaba en un fan club de Star Trek
y salí en el diario La Tercera.  El vulcano soy yo (me sigo manteniendo regio).

      En el transcurso de junio de 2015, contraje una infección a la que en sus primeras manifestaciones apenas le tomé la preocupación.  Pues el asunto era mucho más grave de lo que me esperaba y debido a mi ineptitud, poco después de un mes de enfermar,  me vi obligado a internarme en una clínica para poder sanarme.   Los primeros días allá fueron críticos para mí en lo que concierne a mi estado de salud, si bien en todo momento albergué esperanzas de que prontamente estaría en casa ya mejor.  Mientras tanto uno de los medios con los que conté para entretenerme y seguir la vida (casi como si nada hubiera pasado) fue “Internerd” y en especial el mismo Cubil y los blog que acostumbro seguir…Pues en lo que para mí vino a ser otra manifestación de que Dios siempre ha estado conmigo y que sus caminos son misteriosos para nosotros, apenas entré a la llamada Guillermocracia me encontré con el texto titulado Siete blogs que leemos desde la Guillermocracia y entre los que se encuentra justamente el de un servidor.  Pues mientras  “navegaba” sentado en la cama que ocupaba en aquel entonces, en medio del cuarto que tenía para mí solito, tuve una satisfacción que no solo me demostró que lo que hacía era valioso para otros, sino que me dio mayores fuerzas para reponerme con la idea de tener una razón más para mejorarme.
      Apenas volví a mi hogar tras estar dos semanas completas no en las mejores circunstancias, con rapidez me fui reestableciendo y como durante un tiempo me pasaba los días y las noches en su mayoría en casa (y más bien en mi cuarto) durante la convalecencia, retomé con todas las ganas el blog y que tan solo unos días antes de que me dieran el alta pude comenzar a hacerlo.  Todo esto fue una verdadera terapia para mí.  Mucha gente me visitó aquellos días en casa, entre familiares y amigos; fue una época que en todo caso recuerdo hasta con nostalgia, ya que me sentí muy querido y sin dudas la disfruté bastante.  Hay muchas cosas que podría contar al respecto, sin embargo dejaré los detalles para otra ocasión, que igual pienso amerita todo esto su propio post.  No obstante hay dos personas que deseo nombrar, dentro de aquellos que me acompañaron durante ese periodo.  Con los dos entré en contacto más o menos por la misma fecha (a finales de julio o principios de agosto) y eso de “entré en contacto” que suena como a algo sobrenatural o en tono de comunicación extraterrestre, se refiere a que inicié mis conversaciones con ambos gracias a este blog mismo y a la magia del chat de Gmail.  Ya llevaba alrededor de dos años cuando supe de la existencia de un blog muy particular, El Cuchitril de Cidroq, el cual desde México administra su creador Eduardo Romero.  Pues soy su ferviente seguidor y también lo tengo entre mis enlaces recomendados.  Hace rato ya que ambos nos dejábamos comentarios, recíprocamente en varias de nuestras entradas respectivas, respondiendo el uno al otro apenas sucedía esto otro.  Fue así como en esos días Eduardo decidió pasar a un nivel más locuaz en la comunicación y me agregó a su chat de Gmail.  Por otro lado, desde Venezuela Roger Senra, autor del blog Materia Oscura de la Mente, me invitó a dialogar del mismo modo, luego de que supo de mi existencia tras leer lo que escribí acerca del ya mencionado R. R. López.  Debo decir que desde entonces mantengo amenas charlas con estos colegas blogueros, hoy en día amigos para mí, al menos una vez a la semana y ello es algo que me agrada mucho.  Siempre me es muy gratificante conocer a gente inteligente y aprender de los demás; a su vez me doy cuenta sin dudas de que estos dos son personas nobles, pues basta con leernos para que uno se dé cuenta de que son almas afines.  Esto sí que es sacarle provecho a los adelantos tecnológicos: poder mantener lazos con quiénes están a kilómetros de distancia.
      Otro amigo mío de los que llamo “históricos”, Mauricio Tapia, en agosto del año pasado estrenó dos blogs, Escritos al Lotijuai y La Quinta Anormal.  Desde que estos nacieron, espero con ansias actualizaciones suyas y por supuesto que los tengo entre mis recomendados.  Pues a Mauricio (“Pelao” para los entendidos) se le ocurrió realizar en La Quinta Anormal una serie de entrevistas por diversos motivos y es así como tuve el gusto de ser el segundo en tener dicho espacio, para presentarme en su genial página.  La entrevista fue subida a la Red durante septiembre y apenas llegó octubre, bajo permiso de su responsable, la puse en el Cubil.  Para qué voy a mentir, el texto salió bastante largo, ya que aproveché de explayarme sobre varios temas que me son caros y además de referirme a hartas cosas que muchos no conocen de mí.  Debo admitir eso sí que el texto en cuestión tuvo su polémica, en especial con algunos de mis amigos (no voy a decir el nombre del más involucrado al respecto, solo las iniciales, Mfkarlos), debido a que por simple estupidez mía hice público, aunque de manera “encubierta”, mi malestar con otro querido amigo de esos entrañables y lo que muchos encontraron incorrecto.  Luego tras darme cuenta de mi grave error y hasta pedir disculpas, subsané el entuerto, menos mal.
   El mes de agosto del año pasado me dio otra satisfacción, cuando esta vez desde Colombia, el compañero bloguero Mauricio Vargas, administrador de esa “joyita del terror” que es Léase a Plena Noche, me preguntó si era posible usar uno de mis más viejos textos (y que originalmente escribí para la revista virtual Insomnia) para su fanzine en papel (y también en digital) del mismo nombre.  Fue así como mi artículo ¿Es Stephen King un autor feminista? fue impreso en las tierras del excelso Gabriel García Márquez.
     Justamente debido a la entrevista que me realizó Astarajael (por medio de uno de sus tantos avatares, en este caso Siouxie), poco a poco fue regresando a mi vida otro viejo amigo, de esos que son demasiados valiosos para uno y a quienes unos extraña tras tanto tiempo sin verse.  Pues bajo el nick de Sardaukar dejó unos cuantos comentarios en el post publicado en La Quinta Anormal y después lo hizo cuando  lo puse en mi propio blog.  Pese a su intención de ocultarse bajo ese guerrero pseudónimo, de inmediato descubrí su identidad, en especial tras “analizar” sus palabras.  Para ser sincero, en la medida que Robertito fue manifestándose más y más con sus comentarios (a veces iniciando largos debates por diferencias en las apreciaciones estéticas de cada uno, lo que incluso ha incluido a otros lectores), pude recuperar a esta persona tan importante para mí.  Hoy solo le falta hacerse seguidor, je, pero al “pobre” a veces lo superan ciertos aspectos de la Internerd.
     En el transcurso de febrero de esta año obtuve otro reconocimiento por medio de un colega bloguero, esta vez de parte de Vladimir Vásquez, otro amigo venezolano que por medio de La Cueva del Lobo me ha hecho un gran favor al incluir mis entradas en más de una ocasión entre “Lo Mejor” de la semana.  Pues deben saber que su página tiene más de una década de vida, logrando todo un reconocimiento internacional debido al gran aporte que llega a ser para la divulgación de nuestros temas favoritos.
      Hace unos cuantos años que no me nominaban para un premio honorífico entre blogueros (la mayoría ha sido debido a la gentileza de Tomás Rivera de Kindlegarten) y así fue como tan solo este viernes recién pasado otro españolísimo, el tercera vez mencionado aquí R. R. López, me comunicó que me tenía entre sus considerados para el Blogger Recognition Award.  Pues a días del aniversario que ahora mismo celebro junto a ustedes, se me ha concedido este honor, de modo que en el transcurso de esta semana escribiré el post al respecto (algo así como propio de la sincronicidad de la que habla Carl Gustav Jung, debido a la cercanía entre un suceso y otro).
      Ha sido un quinto año intenso… ¿No?



viernes, 22 de abril de 2016

Cristianismo, paganismo y voluntad.


       A un Dios Desconocido es una novela del destacado escritor estadounidense John Steinbeck, premios Pulitzer y Nobel, publicada en 1933.  El libro lleno de simbolismos religiosos aborda varios temas, siendo como el resto de sus obras de ficción un texto tanto profundo, como agradable de leer y que se termina con rapidez; por otro lado, no está exento de la crítica social encontrada en el resto de sus trabajos de ficción, así como de una honda espiritualidad, a la par de varios momentos de gran emotividad y el uso de un lenguaje lleno de lirismo que conmueve.
      La narración comienza con la descripción de la relación familiar entre el protagonista, Joseph Wayne y su padre, bastante estrecha pese al formalismo con el que se tratan padre e hijo (algo que en todo caso resulta propio de las maneras y usadas por las gentes que aquí aparecen), la cual se constituye en el punto de partida de lo que más adelante se detallará, a medida que los acontecimientos se desarrollan.  Puesto que Joseph si bien no es el único vástago de su progenitor, sí es el más amado y el único que recibe su significativa bendición.  Tras las palabras de su padre, quien actúa como los patriarcas del Antiguo Testamento, Joseph decide colonizar las tierras de la frontera que el gobierno está entregando a quienes desean hacer patria en ellas.  De este modo puede comenzar una nueva vida y así convertirse en la figura central de la propia familia que desea tener.  No obstante el peso que llega a tener en este otro lugar llega a ser tan grande, que también se transforma en la figura central de la comunidad que se edifica a su alrededor.  Posteriormente los tres hermanos varones del protagonista, cada uno con una personalidad por completo distinta, terminan por seguir su mismo camino y luego de un tiempo se van a levantar sus hogares junto a quien ahora los lidera.  Las diferentes visiones de mundo entre los Wayne, provocan los acostumbrados roces entre familiares, dando pie además a uno que otro conflicto que tendrá su propia repercusión para los planes sagrados del personaje principal.
      Si bien Steinbeck escribía obras de carácter realista, que denunciaban las miserias de su época y dejaban claros loa abusos de los poderosos con los desamparados y pobres (puesto que además realizó varias de estas obras en plena Depresión Económica de su país), por mucho que este título no deja de presentar tales rasgos, se constituye en una novela compleja que puede ser leída en otros niveles de interpretación; es así como se encuentra redactada en un tono que recuerda demasiado a la Biblia,  como además a ratos pareciera que se tratara de un libro propio de la fantasía (de hecho en más de una ocasión mantiene cierta ambigüedad, con respecto a la descripción de varios de sus episodios, que despiertan la duda sobre su supuesta condición sobrenatural). 

     “Habían llegado a un claro abierto, casi circular y plano como un estanque. Estaba rodeado de árboles oscuros, rectos como pilares y celosamente juntos. En el centro del claro se erguía una roca, misteriosa y enorme, tan grande como una casa. Parecía haber sido modelada, astuta y sabiamente, pero no se encontraba forma en la memoria a la que asociarla. Un musgo corto y denso vestía de verde la roca. El edificio se parecía a un altar fundido y derretido sobre sí mismo. En uno de los lados de la roca se abría una cueva ribeteada de helechos. Un arroyuelo brotaba silenciosamente de la cueva, atravesaba el claro y desaparecía bajo la maraña de arbustos que cercaban el claro. Un enorme toro negro descansaba junto a la corriente; sus patas delanteras estaban dobladas bajo su cuerpo, un toro sin cuernos con dos bucles brillantes y oscuros en la frente. Cuando los tres hombres entraron en el claro, el toro se hallaba rumiando contemplando la roca verdosa. Giró la cabeza y miró a los hombres con ojos perfilados de rojo. Resopló, se puso en pie, bajó la cabeza ante ellos y luego, dándose la vuelta, se lanzó a la maleza, abriéndose camino. Los hombres vieron su cola azotando el aire un instante y el escroto negro que llegaba casi hasta las rodillas oscilando y después desapareció y oyeron cómo se hundía en el follaje.
     Todo transcurrió en un segundo.
     (…)
     —Espera un momento, Tom —dijo lánguidamente—. Aquí hay algo. A ti te asusta, pero a mí me resulta familiar. En algún sitio, quizá en un sueño he visto este lugar, o quizá he sentido este lugar.
     Dejó caer las manos a los lados y habló en un susurro, saboreando cada palabra.
     —Este sitio es sagrado y antiguo. Es antiguo y sagrado.
     El claro estaba en silencio. Un águila surcó el cielo circular, rozando casi las copas de los árboles.
     Joseph se volvió despacio.
     —Juanito, tú conocías este lugar. Has estado aquí antes.
     Los ojos azul claro de Juanito estaban llenos de lágrimas.
     —Mi madre me trajo aquí, señor. Mi madre era india. Yo era un niño y mi madre esperaba un hijo. Vino aquí y se sentó junto a la roca. Estuvo sentada mucho tiempo y después nos marchamos. Era india, señor. Creo que los ancianos siguen viniendo aquí a veces.
    ¿Los ancianos? —inquirió Joseph con viveza—. ¿Qué ancianos?
     —Los indios viejos, señor. Siento haberlos traído aquí, señor, pero al estar tan cerca, mi sangre india me hizo venir, señor”.

    
     Por otro lado el nombre del protagonista, Joseph (José en español), corresponde al mismo de varios personajes famosos del libro sagrado judeocristiano.  Es así como Joseph se vuelve sin duda el visionario de un mundo más puro y mejor, así como en un profeta y el líder natural de sus propias creencias religiosas, que le traerán tanto satisfacciones como sufrimientos.  Joseph con su enorme energía y personalidad magnética, si bien nunca avasallante, doblega la naturaleza que se entrega a él como una mujer; de igual modo logra conquistar el corazón de la mayoría que lo conoce, quienes hacen lo posible por serles gratos.  No obstante este hombre pese a que actúa de manera amable con los demás, resulta un extraño para estos mismos, quienes nunca lo llegan a conocer por completo, puesto que sus designios llegan a ser misteriosos.  De este modo esta alternancia entre su aspecto más sociable y su dimensión única y hermética, recalca sus características que lo convierten en un sujeto de connotaciones mesiánicas. 
       Debido a las especiales características de Joseph, surgen los problemas con su hermano más ortodoxo en materia religiosa y también  las diferencias con el sacerdote católico, con quien se encuentra dos veces a lo largo del libro.  Lo anterior debido a la misma fuerza de sus convicciones, la que asusta a estos dos hombres (al primero debido a su intolerancia, propia de su mente estrecha y al segundo cuando termina reconociendo la potencia detrás de sus palabras).
      Llama la atención la fuerza que posee el personaje de Joseph, un sujeto que mezcla en sí mismo una voluntad, un determinismo y una seguridad que hace que los demás se sientan naturalmente atraídos hacia su persona.  Por lo tanto la figura de Joseph como protagonista, cuyo único “antagonista” verdadero viene a ser su ya mencionado hermano, viene a ser el motor de todo lo que ocurre en esta novela. 
       Asimismo volviendo a la vieja confrontación entre hermanos, es que los lectores nos encontramos con un tópico tan antiguo como la humanidad misma y que bien  lo podemos encontrar en las figuras bíblicas de Caín y Abel del Génesis, como en José y sus hermanos, quienes lo abandonaron producto de los celos que sentían por él (habiendo muchos otros antiguos ejemplos que podría mencionar).  Es entonces que el significado de esta oposición entre hermanos, que en todo caso se aman, no puede tener un carácter más religioso.

     “Quiero hablar contigo, Joseph. Quiero prevenirte.
      —No es el momento —le dijo Joseph con hosquedad—. Hablaremos mañana. He salido para ver a los caballos.
      Burton no se movió.
      —Estás mintiendo, Joseph. Crees que no te ha visto nadie, pero yo te he visto. Te he visto haciendo ofrendas al árbol. He visto cómo ha ido creciendo en tu interior esta creencia pagana y vengo para prevenirte.
      Burton se había exaltado y respiraba agitadamente.
      —Esta tarde viste la cólera de Dios avisando a los idólatras. No era más que un aviso,  Joseph. Me hizo recordar las palabras de Isaías: «Habéis abandonado a Dios y su cólera se volverá contra vosotros».
      Se detuvo para recuperar el aliento tras ese torrente de emoción y se le pasó la ira. — Joseph —suplicó—, ven al granero y reza conmigo. Cristo te abrirá sus brazos otra vez. Cortemos el árbol.
      Joseph se apartó bruscamente de él y se sacudió la mano extendida para contenerlo.
      —Sálvate a ti mismo, Burton.
      Soltó una risa breve.
      —Estás demasiado serio, Burton. Vete a la cama. No te entrometas en mis juegos. Ocúpate de tus cosas”.

      Siguiendo la línea relacionada con el tema religioso, que en esta obra da pie a un montón de ideas para comentarse, se puede observar la separación que existe entre la religiosidad presentada por el protagonismo y otros como él (los indígenas, la gente sencilla del campo y el anciano solitario que conoce hacia el final del libro), en contraste con la opción teológica representada por su hermano y el cura ya mencionados.  Los primeros se rigen bajo una doctrina matriarcal, a través de una teología de tipo panteísta.  Es así que la divinidad se encuentra para todos ellos presente en la naturaleza misma, a través de figuras tales como la madre tierra, los elementos y, en especial en esta novela, los árboles.  A raíz de esto Joseph llega a creer firmemente que el espíritu de su padre,  se haya dentro del roble bajo cuya frondosidad ha erigido su hogar; luego tal cual los antiguos druidas, se dedica a rendirle tributo por medio de numerosas ofrendas.  La fe del hombre no queda velada a los ojos de los demás, quienes o bien aceptan su opción o en el menor de los casos, se lo censuran.  Este paganismo del protagonista se presenta en todo caso como algo benigno y conecta a los seres humanos con la tierra misma, quienes como campesinos se encuentran mayormente conectados con ella.   Luego la propia desgracia en la que caen Joseph y los suyos, se encuentra directamente relacionada con las fuerzas de la naturaleza, de modo que la única manera de que todo vuelva a su cauce, resulta ser por medio del seguimiento de los ritos ancestrales.

       Por otro lado, nos encontramos con la posición cristiana, la cual según el rigor de la época y de los corazones de sus representantes, no puede convivir pacíficamente con otras teologías. Es así que para sus seguidores todo aquello distinto, resulta ser nada menos que una aberración.  Las disputas entre cristianos e “idólatras” demuestran la existencia de la intolerancia religiosa, siendo que solo los primeros son quedan declarados como intransigentes y cerrados al diálogo.  En cambio los panteístas se ven mucho más libres y felices con su ideología, que aquellos (o más bien quien) abraza las doctrinas de Cristo al pie de la letra.  No obstante hay que ser justos y separar las aguas cuando se trata de referirse al carácter evangélico de Burton y el del padre Angelo, ya que ambos tienen posiciones distintas respecto a cómo llevar en sus vidas la idea del cristianismo.  Puesto que el primera resulta ser un claro ejemplo del protestantismo gringo, el llamado puritanismo,  que no queda bien posesionado si se toma como ejemplo la actitud prejuiciosa de su devoto.  En cambio el sacerdote católico resulta ser un hombre mucho más cariñoso y sabio, teniendo una actitud humilde y hasta paternal con quien cree que está errado en sus concepciones. 
     Es aquí cuando llegamos al nombre de esta novela, el cual atiende no solo al texto lírico que da pie a su desarrollo, sino que se refiere a esa idea de un dios omnipresente, pero no a través de una liturgia lejana a sus creyentes, sino que vivo por medio de cada una de las manifestaciones naturales que nos rodean (de modo que no tiene nombre, puesto que su magnitud es tan inconmensurable, como para que no tenga valor nominarlo o querer minimizarlo de alguna otra forma).  No obstante también hace referencia al misterio mismo del sentido de la vida y el papel del ser humano en el mundo, por lo que aparece la interrogante de a qué dios seguimos… ¿A uno lejano a nosotros e incapaz de conocer sus designios? ¿O a otro que nos ama y es más cercano como aquel que sigue el padre Angelo? ¿O tal vez somos nuestros propios dioses y/o profetas tal cual sucede con el propio Joseph? Y no hay que olvidar que es la naturaleza, supuestamente lo más cercano que puede llegar a estar el hombre y la mujer de la idea de un dios (des) conocido.
     La búsqueda de la felicidad viene a tomar también un papel fundamental en el texto, razón por la cual el mismo Joseph realiza su viaje en busca de nuevas fronteras y luego le siguen los demás Wayne.  Su enlace amoroso y su amistad con Juanito, la actitud festiva de los pobladores humildes, como también la descripción idílica de la vida familiar en las tierras de esta familia, son otras manifestaciones de este hondo sentido que tiene para el ser humano el deseo de pertenencia y trascendencia; todo ello a través de la identificación con la tierra en que se vive, la convivencia con otros y la lucha por concretizar los ideales de uno mismo.  De este modo Joseph y la mayoría de los personajes que le secundan, se muestran en esta obra como sujetos movidos por el deseo de lograr dicha plenitud.   Es cuando aparece la idea de la Tierra Prometida, otro concepto bíblico, visto en las páginas de esta novela a través del hogar de los Wayne.
     En el párrafo anterior se nombra de manera indirecta el elemento costumbrista de esta obra, siendo que un detalle que lo evidencia bastante y que además nos da luces acerca de cómo era el diario vivir en los tiempos y la sociedad en la que transcurre, viene a ser todo lo relacionado a la pareja de Joseph.  Pues esta entra en escena primero como una muchachita, o más bien ya como una mujer, que con solo diecisiete años de edad es alguien autónomo (algo casi impensable para la mayoría de nosotros).  La profesión a la que se dedica para vivir es la de profesora, única actividad que en aquellos años era aceptada para las féminas como algo digno (casi una proyección del rol maternal, tal como era visto en ese entonces).  Posteriormente se casa y su nuevo destino es el de ser otra dueña de casa y nada más.  El resto de las esposas que aparecen en el libro, en especial el de la potente figura de la cuñada Rama, vienen a ser iguales modelos de lo que se esperaba de las mujeres en este mundo de antaño.


      Existe cierto erotismo que llama la atención en el libro, el cual permite evidenciar mejor la poderosa carga emocional de los personajes, aunque siempre todo ello referido a la presencia de Joseph.  Esta dimensión de la novela por increíble que parezca, no se contradice con su sentido religioso, puesto que al contrario apoya la idea de Joseph como una potente figura.  Las siguientes citas pueden explicar mejor que mi escasa capacidad lo antedicho

      “—Es mía —dijo exultante—. Todo lo que hay debajo es mío, hasta el centro de la tierra.
       Dio unas patadas sobre la tierra blanda. Después el júbilo dio paso a una punzada de deseo que recorrió su cuerpo como una corriente caliente. Se tiró cuerpo a tierra sobre la hierba y apretó la cara contra los tallos húmedos. Sus dedos agarraban la hierba mojada y la arrancaban y volvían a hacerlo. Sus muslos golpearon pesadamente la tierra.
       La furia pasó al fin y sintió frío y se sintió perplejo y asustado de sí mismo. Se incorporó y se limpió el barro de los labios y la barba.
    ¿Qué ha sido esto? —se preguntó
       —. ¿Qué me ha pasado?, ¿acaso puedo tener una necesidad tan grande?
      Trató de recordar con exactitud lo ocurrido. Por un instante, la tierra había sido su esposa”.

      “Oyó la puerta de entrada abrirse lentamente. Llegó un ruido de faldas desde el cuarto de estar. Joseph se quedó quieto, escuchando, preguntándose distraídamente quién andaría ahí, pero no llamó. Al poco, se abrió la puerta de su dormitorio y volvió la cabeza para ver quién era. Rama estaba desnuda en el umbral de la puerta. La luz de la lámpara caía sobre ella. Joseph vio sus abultados pechos, terminados en duros pezones oscuros y la tripa ancha y redonda y sus piernas poderosas y el triángulo de vello negro rizado. Rama jadeaba, como si hubiera estado corriendo.
       —Es una necesidad —susurró con voz ronca.
      Joseph sintió una opresión en la garganta y en el pecho, como gravilla ardiente que le bajara por el cuerpo.
      Rama apagó de un soplo la luz y se lanzó sobre la cama. Sus cuerpos se unieron furiosamente, sus muslos pegando y golpeando y las piernas musculosas de Rama agarradas a él. La respiración se cortaba en sus gargantas. Joseph sentía los pezones duros contra su pecho; Rama se quejó con voz ronca y sus anchas caderas tamborilearon contra él y su cuerpo se estremeció hasta que la presión de los brazos tensos de Rama aplastó la respiración en el pecho de Joseph y sus miembros hambrientos extrajeron sin resistencia posible la semilla agonizante del cuerpo de Joseph. Rama se relajó, respirando pesadamente. Los músculos tensos se volvieron suaves; se quedaron juntos, exhaustos.
      —Tú lo necesitabas —le dijo en un susurro—. En mí era deseo, pero en ti era necesidad. El río caudaloso de tu pena se ha desviado y ha pasado a mí. El dolor es como un placer triste y cálido y se quita en un momento. ¿No crees tú lo mismo, Joseph?
     —Sí —respondió Joseph—. Tenía necesidad.


       A un Dios Desconocido quizás no sea la novela más emblemática de su autor y/o la más conocida, tal vez dicho honor sea compartido por De Hombre y Ratoncitos, Al Este del Paraíso, Las Uvas de Ira y La Perla (y ello gracias a sus alabadas adaptaciones cinematográficas), no obstante resulta ser un libro más que recomendable por su enorme peso literario, gracias a los temas abordados en él (que de seguro son muchos más de los identificados por un servidor) y a la belleza con la que está escrito.  Sin duda leer a este escritor resulta más que grato para uno…Es así como se la puede mencionar como otra historia, de esas que uno agradece haber gozado con todo su corazón.

domingo, 17 de abril de 2016

La preeminencia de los viejos monstruos.


     La fascinación por lo extraño, lo bizarro, la violencia, el misterio y los monstruos (y en general todo aquello distinto o que se sale de la norma y que nos saca de la seguridad de lo que tenemos por costumbre vivir) ha existido entre nosotros desde los comienzos de la humanidad.  Pues lo que tememos y provoca rechazo, aun así tiene su atractivo, por cuanto no viene a ser otra cosa que una faceta más nuestra, ya que la oscuridad forma parte de la misma naturaleza de quienes somos.  Es por esta misma razón que las historias de terror y los hijos de la noche son tan populares y no pierden vigencia, aún ya entrado hace rato el siglo XXI. 
     Una de las manifestaciones de este deseo por acercarse a lo siniestro, vinieron a ser los llamados penny dreadfiull, antiguas publicaciones de precio muy barato, que se vendían en demasía a finales del siglo XIX en Inglaterra.  Este fue un periodo famoso por el doble estándar de la sociedad victoriana, ya que bajo la opulencia de este imperio, las pesadillas del mundo real estaban al acecho de sus súbditos.  Este detalle lo podemos reconocer por medio de las oscuras fantasías de escritores de la talla como Arthur Conan Doyle y sus relatos de Sherlock Holmes, Bram Stoker con su inigualable Drácula, el mismo H. G. Wells, padre de la ciencia ficción, Robert Louis Stevenson a través de Doctor Jekyll y Mister Hyde, entre otros; todos ellos autores y narraciones que a la fecha nos siguen deleitando y evidencian lo más turbio de la época en que vivieron.  Es así que los penny dreadfull trataban de hechos de miedo, asesinatos y otros casos, algunos hasta reales, de modo de aprovecharse del gusto público por tales temas.
       Transcurrido el tiempo, en pleno año de 2014 nos encontramos con una de las últimas propuestas mediáticas de Showtime, productora de cable que ya antes nos ha entregado otras aplaudidas producciones, siempre dirigidas eso si a un público adulto y sofisticado (Dexter, Masters of Horror y United States of Tara, por mencionar algunas), llamada justamente Penny Dreadfull..  El programa fue creado por John Logan, destacado guionista con un buen número de títulos cinematográficos de renombre tales como Gladiator, The Time Machine, Star Trek: Nemesis y The Last Samurai (entre muchas otros más), lo que demuestra su interés por los argumentos de época y su talento por las implicancias literarias de las historias, aspectos claramente hallados en este otro éxito de la cadena y que en pocas semanas más estrena su tercera temporada.  Debe saberse que Logan se ha encargado de escribir si no todos los episodios de esta obra, al menos lo ha hecho con la mayoría, de modo que siempre está presente su sello característico, que desde su debut logró mantener la atención del público.
La Criatura de Frankenstein.
        La serie en sí transcurre en la Inglaterra de aquellos años, teniendo a varios personajes de protagonistas, algunos sacados de reconocidas obras de la literatura victoriana y/o romántica, así como a uno extraído del cine de terror hollywoodense de la década de los treinta del siglo pasado; lo mismo aparecen otros inventados a propósito para completar el complejo dramatis personae que aquí encontramos.  Todos estos se encuentran relacionados con el mundo sobrenatural, convirtiéndose en inesperados aliados la mayoría, al enfrentarse a males antiquísimos y de gran poder que (por supuesto) desean asolar al mundo; por otro lado, no deja de expresarse la propia maldad que se haya en el corazón humano, por lo que no es necesario enfrentarse a seres mágicos para reconocer la existencia de la vileza que nos rodea: pues muchas veces somos nuestros propios monstruos.
       Penny Dreadfull es un programa que a veces se desarrolla de forma lenta, pero no por ello pierde su intensidad dramática.  Por el tiempo que se da para desarrollar su argumento, que escapa a los recursos facilistas y procura desarrollar mejor la psicología de sus protagonistas, así como la conexión que existe entre todos ellos, resulta ser un producto solo para los amantes de las grandes historias de este estilo y que se disfruta más todavía si se ha gozado leyendo las fuentes literarias de la que se nutre.  Es además una serie hecha a conciencia para gente con criterio formado,  por un lado debido a la “exquisita” violencia de sus escenas más gores y que presentan una belleza estética ante lo macabro, de la que es heredera de los grandes autores del género en su formato audiovisual (Dario Argento, Wes Craven, John Carpenter y Stuart Gordon, por solo mencionar algunos).  La violencia llega a tal extremo, que incluso se presentan bebés y niños entre las víctimas de las atrocidades del programa, algo que no deja de impactar a sus espectadores.  Por otro lado, el hondo erotismo que exuda, con una imaginaría tanto hétero como homosexual, también resalta esta atmósfera especial que la convierte en un show si no para los más valientes, sí para aquellos de mentes más amplias; a su vez es posible encontrar en sus capítulos desnudos completos femeninos y masculinos.
      Considerando la preocupación de sus responsables por hacer algo de calidad y de sobresalir de entre toda la oferta que hay entre la competencia, en materia de sustos para la pantalla chica, se han primado varios aspectos para potenciarla y destacarla dentro de la parrilla programática.  Es así como siguiendo la  línea de lo ofrecido por Showtime, el programa cuenta con unos estilizados créditos de apertura, que alterna imágenes alusivas a su temática (arañas, colmillos, murciélagos…), además de otras sacadas de sus mismos capítulos y que permiten conocer a algunos de sus personajes.   Todo ello acompañado por un precioso tema musical orquestado, compuesto por Abel Korzeniowski, quien ha estado detrás de su banda sonora en todos los capítulos de sus dos primeras temporadas.  A su vez, en su casting destacan dos actores de renombre con un montón de películas a cuestas: Es así como nos podemos reencontrar aquí con el veterano Timothy Dalton (uno de los James Bond de los ochenta y noventa), quien a sus poco más de setenta años se ve tan lozano, que llega a dar envidia; asimismo también podemos contar con el trabajo de Josh Hartnett, actor mucho más joven que el primero y quien sin embargo ya tiene a cuestas varios títulos ligados al terror, desde su debut en 1998 con Halloween H20.  Tampoco se puede olvidar el desempeño de Billie Piper, actriz británica que se hizo famosa como la primera companion del Doctor Who, cuando se relanzó al personaje más popular de la televisión británica en 2005 (en el que estuvo durante sus dos primeras temporadas); por lo tanto reencontrarse con ella en la televisión y en una producción gringa (si bien escenificada en su país natal), resulta ser un aliciente más para apreciar esta obra.
       La dedicación con la que se preocuparon para conseguir una ambientación lo más creíble, respecto a la época y el lugar donde transcurre todo, no le debe envidiar a los presupuestos millonarios de Hollywood; ello debido a que los escenarios reales, tanto como los generados por computadora son tan cuidados y hermosos, que el efecto de su verosimilitud resulta plausible.  El Londres representado acá es tan magnífico, como se sabe era ille tempore, mientras que cuando se trata de plasmar su misma pobreza, la alternancia entre una faceta y otra no deja de ser creíble; de igual manera sucede con la elección cuidada para las escenas que requieren paisajes naturales (como bosques y playas), que sin duda aumentan la sensación de ser testigos de una historia que en realidad ocurrió.  A ello se acompaña el vestuario que ayuda bastante a crear la ilusión de viajar en el tiempo y contemplar a gente del periodo victoriano, mientras se disfruta de su espectáculo.  Además, siguiendo con el arduo trabajo por otorgarle el mejor aspecto decimonónico  a esta serie y en lo que concierne a sus aspectos más bizarros, las dos primeras temporadas por su parte representaron dos espectáculos que vienen de tal época y que son claros ejemplos de su morbosidad…De este modo la primera temporada presenta nada menos que El Gran Guignol, show teatral consistente en dramatizar pequeñas piezas de carácter terrorífico; mientras que la segunda temporada giró parte de su trama en lo que concierne al  Museo de Cera, aunque este último en su aspecto más terrorífico.
      
Un vampiro tal como aparecen en esta serie.
     Tal como es habitual en las series dramáticas de Showtime, sus episodios duran casi una hora y sin comerciales entre medio, siendo que además sus temporadas resultan ser bastante cortas, si se las compara con la de otros ejemplos (ocho episodios la primera y diez la segunda).  La brevedad de ello puede entenderse debido al alto costo de su producción, ya que sin vacilaciones se trata de un programa de gran calidad técnica y artística, lo que ya ha sucedido con otras series de este estilo, que primando su espectacularidad e intensidad acortan considerablemente su extensión.  No obstante este mismo detalle aparte de dejar con gusto a poco a muchos de sus seguidores, también impide el desarrollo más óptimo de varios de sus personajes, quienes quedan en desmedro al potenciarse otros.  
        En cuanto a la trama de las dos temporadas que ya fueron emitidas, debe saberse que la primera de ellas giró en torno al popular tema de los vampiros, si bien estos corresponden a aquellos de tipo monstruoso y no a esos glamorosos que hoy en día abundan en el cine y la televisión.  En cuanto a la segunda temporada, el mal al que se enfrentan los protagonistas proviene en esta ocasión de un pequeño (aunque mortal) grupo de brujas.  Debe saberse eso sí que aquellos antiquísimos enemigos sirven a un poder mucho mayor, lo que se supone en la tercera temporada por fin quedará revelado por completo.
       Entre quienes protagonizan esta serie podemos encontrar a:

       Vanesa Ives: Hermosa mujer que viene a ser sin lugar a dudas el personaje más importante y uno de los más carismáticos de toda la serie.  Su relevancia para la trama viene a ser tan destacada, que es la única en tener un episodio por temporada dedicado en exclusiva a ella (lejos dentro de los mejores de todo Penny Dreadfull).  Pese a su lado más sensual, posee un gran corazón que la lleva a dar emotivas demostraciones de su empatía con otros; no obstante carga sobre sus hombros con la culpa de su pasado y ciertas habilidades sobrenaturales que la acercan a las criaturas de la noche, que hace lo posible por rechazar.  De gran fe católica, sus creencias entran en crisis cuando se trata de compatibilizarlas con quién es realmente.
       Malcom Murray: Es el guapo hombre mayor interpretado por Timothy Dalton, quien inicia la cruzada contra los seres del mal para poder rescatar a su única hija, raptada por tales seres.  Relevante en él es que viene a ser un experto viajero y cazador de las tierras africanas. Por otro lado, Malcom es nada menos que el padre de Mina, la esposa de Jonathan Harker, ambos personajes centrales de la novela Drácula; es así como bajo su figura se introduce la riqueza del legado literario del que se nutre esta serie, siendo que en todo caso se trata de un personaje modelado en exclusiva para este título.  Este a su vez se encuentra profundamente ligado a Vanesa, en un lazo de años que sin que ambos se hayan dado cuenta, se ha estrechado de manera significativa.
      Ethan Chandler: El único gringo de relevancia en el programa, es una especie de vaquero que por razones que hasta el momento no han quedado muy claras en un 100%, ha escapado de su país y se esconde bajo un alias.  Un guerrero nato, lleva consigo una maldición que lo transforma en un célebre monstruo y que sobrepasando su bestialidad, le otorga un papel vital en lo que concierne a la batalla contra la oscuridad.  Este y Vanesa llegan a compenetrarse bastante bien una vez que llegan a conocerse.  Pese a sus antiguas culpas que lo convierten en todo un prófugo, es sin vacilaciones uno de los sujetos más heroicos de todos los que aquí aparecen.
      Victor Frankenstein: Uno de los dos grandes productos de la imaginación de Mary Shelley, es acá un joven científico de personalidad retraída y adicto a la droga, quien se convierte en el cómplice inesperado de Murray y su gente.  Su inteligencia y secreta ciencia, lo lleva a crear más de una vez vida a partir de la muerte, así como a enfrentar desde un punto de vista racional la amenaza que pende sobre la sociedad, una vez que se manifiesta la sombra de quien luego será conocido como el Maestro.
     La Criatura/John Clare: El primer vástago de Frankenstein, guarda consigo la misma personalidad que podemos hallar en su símil literario; por esta razón mantiene con Victor una complicada relación, debido a que su creador lo abandonó apenas lo trajo al mundo.  Es así como el “monstruo” le exige que le haga una compañera, bajo la amenaza de hacerlo infeliz si no cumple con su petición; de igual modo este es una personaje de gran elocuencia, amante de la poesía, la belleza y de una sensibilidad exquisita.  Por otro lado, es capaz de sonreír, sentir compasión y cofraternizar con quienes lo rodean.  Pese a su imagen diferente, posee cierta belleza que no lo hace tan aterrador.  En sus intervenciones es posible reconocer varios diálogos suyos extraídos de la obra cumbre de su autora.
      Brona Croft/Lily: Prostituta de origen humilde, que se liga sentimentalmente a tres de los protagonistas masculinos de la serie.  En un principio se encuentra enferma de tuberculosis, enfermedad de carácter mortal para cuando aparece; no obstante luego su existencia toma un giro inesperado, de modo que en la segunda temporada cambia lo suficiente como para darnos más de una sorpresa.  Se trata de alguien de connotaciones trágicas, que termina por convertirse en alguien por completo diferente a lo que en un principio era.
       Dorian Gray: El noble permanentemente joven y bello salido de la narrativa de Oscar Wilde, mantiene todos los rasgos originales del libro que le dio origen.  Es así como viene a ser un hombre que guarda con celo el secreto de su supuesta inmortalidad, relacionada con un cuadro donde quedan retratados todos sus pecados; asimismo es alguien que disfruta de experimentar todos los placeres posibles, donde los eróticos son los que más frecuenta y de tal modo que disfruta intimando tanto con mujeres como con hombres.  En un principio se veía como alguien casi angelical, pese a su lado siniestro, no obstante hacia finales de la segunda temporada se convierte en el mismo monstruo ideado por Wilde.
        Zembene: El supuesto empleado de Malcom es un hombre de raza negra, que se vino con este luego de su último viaje al Continente Negro.  De pocas palabras, semblante adusto y gran valentía, como el resto de los personajes de esta serie tiene sus propios esqueletos en el armario.  Siente por Murray una lealtad a toda prueba.  Lamentablemente es el personaje más desaprovechado de toda la serie, pese a todo el potencial que posee para desarrollar varias líneas argumentales de interés.
       Ferdinand Lyle: Egiptólogo que comenzó como personaje recurrente en la primera temporada y luego en la segunda se convirtió en alguien estable.  Es un dulce hombre mayor que se interesa en los misterios que descubren Malcom y los suyos, llegando a volverse un gran aliado, si bien sus verdaderos motivos para ello no resultan por entero claros.
       Evelyn Poole: Una mujer mayor de gran sensualidad, que como Lyle comenzó en un papel secundario, pero que después se volvió en alguien principal, manteniendo un amorío con Sir Malcom.  De entre todos los ya mencionados, es la única persona ligada por completo al mundo de la oscuridad.

jueves, 14 de abril de 2016

Otra historia de calidad de Silver Surfer.



        Una vez más el personaje cósmico creado por Stan Lee y Jack Kirby en plena década de los sesenta para las revistas de los 4 Fantásticos, Silver Surfer, nos volvió a dar un argumento complejo, adulto y emotivo que escapa a las convenciones del género (esto si se recuerda la recomendable novela gráfica que ya fue abordada con anterioridad en este blog: Parábola).  Al tratarse de un “superhéroe” como este, proveniente de otro mundo y con poderes tan grandes que prácticamente lo convierten en un dios entre los seres humanos, sus autores pueden permitirse escribir textos más elaborados que aquellos que tratan sobre simples batallas con diversos tipos de enemigos.  Todo gracias a que en su naturaleza como “extranjero”, puede evaluar desde fuera la conducta de sus anfitriones, llegando a tener así un punto de vista mucho más objetivo que si fuese uno más de nosotros (y que no obstante como figura superior, ha optado por hacer suya la sociedad con los simples mortales).  Por lo tanto, este ser casi sobrenatural sirve como medio de análisis y crítica de nuestra propia humanidad.
        Comunión corresponde al primer arco argumental del llamado volumen 4 de las aventuras, de quien en español es llamado Deslizador Plateado o Surfista de Plata.  Entre septiembre de 2003 y abril de 2004 salieron los seis números que comprenden esta miniserie.  Debe saberse que su guión corrió a manos de Dan Chariton y Stacy Weiss, siendo este su primer trabajo para el noveno arte, algo en lo cual demostraron salir victoriosos.  En cuanto al apartado gráfico, ello corrió a manos de varios profesionales del dibujo, Milx, Len Medina y David Yardin, quiénes realzaron con su trazo el emotivo argumento detrás de esta obra, con dibujos que si bien muestran el lado más maravilloso de todo gracias a la existencia de seres fantásticos, no deja de ilustrar en especial por la expresión del rostro de sus personajes, las emociones que existen sin duda en el corazón humano.  Las heroicas, pero minimalistas portadas de la colección fueron compartidas además por otros talentos en los que destacan Jae Lee y Adi Granov (entre otros).
        La trama gira en torno a un tema bastante atractivo para el público en general, el cual además se encuentra relacionado indirectamente con el mismo origen alienígena del ex heraldo de Galactus: Las abducciones extraterrestres.  Pues en todo el mundo niños están desapareciendo en circunstancias bastantes dramáticas, de modo que sus adultos desesperados tratan de saber su paradero, como bien queda detallado en dos de los personajes principales.  Es así como una mujer afroamericana madre soltera, dedicada a la lectura de la fortuna en las palmas de sus clientes, se transforma en la protagonista por ser quien lleva bajo sus hombros el mayor peso de esta tragedia, que permite abordar temas como la intolerancia y la fe, tal como más adelante se irá detallando.  Un punto que destaca en el karma de este personaje, viene a ser que su hija es autista, lo cual hace aún más sobrecogedoras sus cuitas, que ya existían desde antes de que se produjese el secuestro.  Al cuadro se suma un hombre rico, también padre solo, quien ha perdido a su único hijo y que gracias a los medios con los que cuenta puede supuestamente recuperar a su retoño extraviado.  Los destinos de ambos se unen como era de suponer.  Un tercer actor dentro de esta historia (en lo que a humanos “normales” se refiere) forma parte de todo esto: un agente de la policía, quien conoce desde hace años a la protagonista y el cual se involucra más de la cuenta en todo ello (siendo que al principio se presenta como alguien indolente, aunque luego demuestra su valía como persona).
       Como quizás habrá quedado claro tras leer el párrafo anterior, si bien se trata de una miniserie perteneciente a Silver Surfer, este no aparece como el personaje principal.  De hecho el extraterrestre solo viene a tener importancia en los últimos capítulos de esta novela gráfica y antes solo interviene de manera esporádica, incluso sin diálogo alguno.  No obstante quien se llamara originalmente Norrin Radd, se constituye en el nexo dentro de todo esto, lo que quedará revelado pasada la primera mitad de esta obra, ya que existe un verdadero plan de carácter cósmico y/o mesiánico detrás de estos incidentes.
      Los acontecimientos son expuestos desde el punto de vista de la mujer, de modo que el lector llega a conocer sus pensamientos y además se sensibiliza frente a la pérdida que significa una separación de este estilo.  Su vida desde antes de la crisis que en esta obra se detalla, resulta lo suficientemente desgraciada como para hacer más heroicos sus esfuerzos por recuperar a su hija.  Por otro lado, el autismo de la pequeña es un detalle que demuestra en mayor medida la significancia del amor maternal incondicional.  La soledad de esta madre, primero al estar imposibilitada para comunicarse a gusto con su pequeña y luego al enfrentarse a las consecuencias de la abducción, se agrava por el hecho de que apenas cuenta con la atención de quienes la rodean.  No obstante, luego poco a poco comienza a descubrirse la comunión de la cual hace alusión el título de esta miniserie, puesto que el propio pesar de la protagonista le permite unir su vida junto a otros, ya sea con quienes viven su misma desgracia, como quienes por medio de su solidaridad terminan sintonizándose con ella, para demostrarle que no estamos solos.  Por otro lado, la comunión a la que hace relación el título de este cómic, mantiene una estrecha relación con los mismos niños desaparecidos, quienes tienen un papel fundamental en un plan que está por sobre los designios humanos.  Asimismo, el argumento muestra la existencia de una comunidad formada por seres inteligentes de muchas especies extraterrestres, un tercer nivel o concepto de comunión, que se encuentra profundamente ligado a los infantes.

      Considerando que buena parte de esta historia transcurre en Nueva Orleans, ciudad estadounidense marcada por su cultura mestiza que recoge las tradiciones africanas y francesas, los autores se permiten otorgarle esta atmósfera costumbrista a la trama, que una vez más alejan esta historieta de los típicos relatos que encontramos en estas revistas.  De igual manera las creencias de su gente, que incluyen esta herencia propia de dos pueblos, alternan entre los principios propios de la llamada brujería y santería criollas, con los del catolicismo, dogmas arraigados en la sociedad dentro de la que se desarrolla el argumento. Por lo tanto la fe toma en este caso un rol destacado, por cuanto la protagonista en más de una ocasión se cuestiona su posición al respecto, de modo que queda de manifiesto la significancia que posee esta faceta en nuestras vidas.  Si bien nos encontramos con alguien que duda acerca de depositar sus esperanzas en fuerzas superiores y/o sobrenaturales, otros en esta obra no vacilan en creer con firmeza en sus convicciones teológicas.  También el mismo Silver Surfer y quienes lo acompañan en su extraña cruzada, en su “rareza” mantienen cierta cualidad que los hace verse angelicales o demoniacos, según el prisma con el que se les mire.
     La carga onírica en el guión de esta obra es bastante fuerte, ello gracias al feliz trabajo compartido de su sólido guión y un dibujo que si bien cambia en cada capítulo debido a la alternancia de un artista y otro, dejan claro de que se trata de algo dirigido a un público adulto y que puede apreciar algo más sofisticado que de costumbre.  Algunas de estas viñetas, que se mueven entre los más idílicos sueños y las peores pesadillas, no dejan de ilustrar la atmósfera singular en la que pasa todo.  El mismo lenguaje empleado en muchos de los diálogos, no es apto para mentes infantiles, habiendo detrás de estas palabras, tal como en varias de las situaciones con las que nos encontramos, un reflejo del mundo real, pese a que se trate de una historia con un superhéroe entre medio; de este modo la miseria del mundo tal y como lo conocemos, aquel propio de la gente mayor y que lamentablemente también llega a nuestros pequeños, se hace notar en Comunión.
     No obstante pese a lo más trágico de este cómic, se trata de una obra acerca de la esperanza, el poder del amor (en especial de una madre) y la valoración de nuestros pequeños como la promesa de la posibilidad de un mundo mejor.  A la larga tal como queda detallado en la historieta, el destino que nos espera lo hacemos nosotros mismos y en ello resulta primordial lo que logramos construir junto a quienes nos rodean.
Una preciosa viñeta doble de esta recomendable novela gráfica.
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